(Por: Rafael Dupouy Gómez)
El diestro Francisco “Paco” Royo “Lagartito”. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
Francisco
“Paco” Royo Turón “Lagartito”, fue un torero que gozó de gran cartel en
América, especialmente en Venezuela, se presentó en varias temporadas, en una
de ellas, la de 1927, realizó una faena apoteósica que hizo historia,
indultando al toro “Formalito” de la ganadería “La Providencia”, para entonces
propiedad del Gral. José Vicente Gómez, hijo del Presidente de Venezuela,
Gral. Juan Vicente Gómez. Posteriormente, pasó esta ganadería a ser propiedad
de sus hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, quienes se ocupaban siempre
de dirigirla. Antes de entrar en detalles de lo ocurrido aquella tarde
memorable en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), resulta fundamental
destacar algunos aspectos de la vida de este valeroso diestro que vino al mundo
en Belchite (Zaragoza), el 14 de febrero de 1902.
“Lagartito”,
vistió por primera vez el traje de luces en Zaragoza en 1920, enfrentando reses
de Carreros y Antonio Luis Encinas, junto a Durán Guerra y “Torerías”. El 19 de
junio de 1921, volvió a participar en esa misma plaza, alternando con el
valenciano Manolo Martínez. Se presentó con picadores en Barcelona en 1921,
actuando con los novilleros Fausto Barajas y José García “Algabeño” hijo, ante
novillos de Villamarta. “Lagartito” sobresalió por su gran arrojo y valentía,
pero manifestó algunas carencias y brusquedad en el manejo de la muleta.
Nuevamente en Barcelona, “Lagartito” lidió un excelente novillo de Pedrajas,
calificándose su faena como una de las más grandes realizadas por novillero
alguno en ese coso. El 3 de mayo de 1922, sufrió su bautismo de sangre, recibiendo
una seria cornada en el muslo.
El
13 de agosto de 1922, en Barcelona, se hizo el amo de la afición, ya que con su
nombre se llenaba la Plaza Monumental. Alternó con Fausto Barajas y José García
“Algabeño” hijo. El 22 de abril de 1923, se presentó como novillero formal,
junto a Pepito Belmonte y Carrato. Finalizada la temporada de 1923, logró
algunos triunfos importantes que le merecieron sumar actuaciones.
El
16 de marzo de 1924, toreó en la plaza de toros Arenas de Barcelona, siendo muy
ovacionado en ambos novillos de Peña Ricó (antes Albarrán). Compartió cartel
con los novilleros Agüero y “Trinitario”.
Paco
Royo “Lagartito”, se presentó en Madrid, el 23 de marzo de 1924, ante novillos
de don Rafael Surga, compartiendo cartel con “Torquito II” y Tomás Jiménez. El
joven torero aragonés, conquistó importantes triunfos en Barcelona, Zaragoza,
Valencia, Pamplona, Bilbao, Valladolid, Málaga, Tarazona, Tarragona y Córdoba.
Toreó ese año unas 21 novilladas.
En
1925, obtuvo un enorme éxito en Madrid que aumentó su popularidad. “Lagartito”,
logró participar en varias novilladas en la ciudad condal de Barcelona. El 21
de junio de 1925, obtuvo un gran triunfo en Zaragoza, ante novillos del Duque
de Tovar. Estuvo muy valiente esa tarde, y fue muy aplaudido. Cortó la oreja y
el rabo al sexto novillo, siendo sacado a hombros. Alternó con “Morenito” y Lorenzo Latorre. El
12 de julio de 1925, recibió una fuerte cornada en la región lumbar, toreando
en Madrid.
El 2
de agosto de 1925, en la plaza de toros de Las Arenas de Barcelona, Paco Royo
“Lagartito” se presentó con “Majito” y “Ginesillo”. Se lidiaron dos novillos de
don José Bueno para el rejoneador Gaspar Esquerdo y seis novillos de Gamero
Cívico para los novilleros actuantes. “Lagartito” estuvo muy bien ante el
tercer novillo de la tarde. Puso al público de pie durante su faena y se le
concedió una merecida oreja.
Durante
la temporada de 1925, “Lagartito” se consagró como novillero puntero. Toreó ese
año 28 novilladas. Ya estaba listo para doctorarse. Cabe destacar que Paco Royo
“Lagartito”, tuvo dos hermanos que también incursionaron en el mundo del toreo
como novilleros: José Royo Turón “Lagartito II” y Eduardo Royo Turón “Lagartito
III”.
En la
temporada de 1926, su última etapa como novillero, alcanzó numerosos triunfos. Cortó
una oreja en Madrid (España), el día 30 de junio de 1926, toreando con el
diestro venezolano Julio Mendoza y “Gitanillo de Triana”, a un toro de
Coquilla, que brindó al matador de toros Victoriano Roger “Valencia II”. Su
actuación como novillero en la plaza de toros de la Real Maestranza de
Caballería de Sevilla fue apoteósica, el 4 de julio de 1926, cortó las dos
orejas a sus toros, siendo sacado a hombros de la plaza. Los novillos se
llamaron “Sombrerero” y “Canastero”, de la ganadería de Rincón (actual Carlos
Núñez). Esa tarde alternó junto a los novilleros “Angelillo de Triana” y Félix
Rodríguez.
El
19 de septiembre de 1926, recibió la alternativa en la plaza de toros
Monumental de Barcelona, de manos de su
padrino Victoriano Roger “Valencia II” y Nicanor Villalta como testigo. Se
lidiaron toros de la ganadería de don Juan Terrones. El toro de su alternativa
se llamó “Fortuno”, marcado con el número 47, negro. Con el capote, “Lagartito”
ejecutó tres verónicas magistrales. En los quites, otras cuatro verónicas
fenomenales y artísticas navarras de profunda belleza. Luego de la emotiva
ceremonia, con la muleta estuvo colosal deleitando al público con unas series
de naturales de excelente factura. Mató al toro de su alternativa y como premio
recibió una merecida oreja. La ovación fue solemne. A los dos días, el 21 de
septiembre de 1926, toreó en Salamanca con igual éxito. Volvió a presentarse en
Barcelona, el 26 de septiembre de 1926, y cortó nuevamente una oreja.
El
10 de octubre de 1926, confirmó su alternativa en Madrid, junto a Antonio
Posada, quien le cedió los trastos como padrino de la ceremonia, siendo testigo
Manolo Martínez. Al toro de la confirmación de su alternativa, de la ganadería
de Terrones, llamado “Jerezano”, le cortó una oreja.
El
17 de octubre de 1926, en la plaza de toros Monumental de Barcelona, asistieron
Su Majestad la Reina, Doña Victoria, con las infantas doña Beatriz y doña
Cristina, siendo muy ovacionadas en el palco de honor. Se lidiaron seis toros
de Albaserrada, para el rejoneador Simao Da Veiga, “Algabeño” y “Lagartito”. A
pesar de presentar fiebre alta, “Lagartito” cortó una oreja a su segundo toro,
al que realizó una gran faena, liquidándolo eficazmente sin puntilla. Luego de
la gran estocada, “Lagartito” se desvaneció, siendo conducido a la enfermería.
El
crítico taurino de “Uno al Sesgo”, señaló: “Lagartito”
sabe torear. Le ha entrado el toreo a la cabeza como en la jerga taurina se
dice. “Lagartito” torea bien, con buen estilo de capa: es valiente, como
siempre, y con mucho repertorio en los quites. Con la muleta, tal vez sea el
que mayor emplea la mano izquierda y ejecuta todos los pases del moderno estilo
con soltura y desahogo; matando, pone decisión y se va detrás de la espada.
Todo esto unido, da como resultado un torero muy completo”.
La
prestigiosa revista “La Fiesta Brava” de 1926, señaló: “El bravo matador de toros aragonés “Lagartito”, no se ha dormido sobre
sus laureles y apenas terminada su apoteósica temporada en España, se fue a
Caracas contratado ventajosamente por la empresa de Venezuela, donde el joven
matador de toros va a demostrarles que posee arte y un valor enorme para
dominar a las reses bravas y para torearlas como los cánones taurómacos exigen.
Buena campaña se les presenta a los aficionados caraqueños con artista de tal
temple”.
Francisco
Royo “Lagartito”, terminada su gran temporada de 1926 en España, viajó
contratado por el empresario Mauricio
Capriles Power para torear a finales de ese año en Venezuela la temporada
1926-1927 en el Nuevo Circo de Caracas, junto a los diestros: Pablo Lalanda,
José Gismau “Rubito de Sevilla”, Ricardo Romero Freg y el venezolano Julio
Mendoza Palma que regresó de su campaña novilleril en España. “Lagartito” toreó
seis corridas de toros.
EL INDULTO AL CÉLEBRE TORO, “FORMALITO”
El 6
de febrero de 1927, Francisco Royo “Lagartito” compartió cartel con Eugenio
Ventoldrá y el ídolo venezolano Eleazar Sananes “Rubito”, lidiándose por
primera vez en el Nuevo Circo de Caracas, reses de media casta pertenecientes a
la ganadería de “La Providencia”, siendo su propietario para el momento, el
Gral. José Vicente Gómez, hijo del Presidente de Venezuela, Gral. Juan Vicente
Gómez. Esta ganadería era procedente de Gamero Cívico, Campos Fuentes y Antonio
Guerra. La corrida estuvo muy animada y bien presentada. Los ejemplares dieron
excelente juego, destacando el toro “Formalito” que fue indultado por Paco Royo
“Lagartito” al realizar una faena larga y artística.
“Formalito”,
fue un toro cuya nobleza y bravura proporcionaron en la tarde memorable de
1927, la gran oportunidad al diestro Francisco Royo “Lagartito”, de realizar una
de las faenas de muleta más bellas que se vieron en Caracas (Venezuela). A este
hermoso y noble ejemplar, en vista de su maravilloso temperamento, a petición
del público delirante le fue perdonada la vida, regresando triunfalmente a su dehesa
de “La Providencia”, para ser utilizado como semental.
Fue
tan significativa esa faena realizada por “Lagartito”, que hasta le compusieron
un pasodoble al toro “Formalito”, como recuerdo de aquella histórica tarde. La
letra del Pasodoble decía así:
Foto y Letra del pasodoble del toro “Formalito”,
indultado por Francisco Royo “Lagartito” en el Nuevo Circo de Caracas, el 6 de
febrero de 1927. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Puede escuchar el Pasodoble "Formalito".
El destacado
cronista taurino venezolano Oscar
Villalba “Villa-Fraile”, reseñó este importante acontecimiento:
“Los seis toros de
media casta que pisaron el ruedo el domingo pasado acusaron un tipo de toros de
magnífica construcción, de finísima pelambre y cornamenta, ahormados para la
lidia, de una manera sorprendente. Sobresalieron en el lote los corridos en
primero y sexto lugar. El que cerró plaza, de nombre “Formalito”, negro
retinto, corni-delantero, y fino de pezuñas, fue un gran toro que produjo en la
plaza tal desbordamiento de entusiasmo, que el público, de pie, pidió que se le
perdonase la vida, como merecimiento a la excepcional bravura que desarrolló en
los tres tercios de la lidia. Existe un axioma que dice que el toro bravo
descubre al torero; y a la verdad, nunca se vio mejor confirmada tal sentencia
que el pasado domingo.
En cuanto salió “Formalito” y tomó con tanto estilo el
capote de “Lagartito”, el milagro se hizo. Seis verónicas brutales Parando y
Mandando extraordinariamente bien, haciéndose una faja con el toro, y por ende,
masticando eso que en el toreo se llama Temple, puso de cabeza al concurso, y a
mil duros el gramo de éter.
La faena que hizo “Lagartito” con este precioso ejemplar
no es solamente la faena cumbre de la temporada, sino de muchas temporadas.
“Formalito”, eficazmente corrido por Ginesillo y Pastoret, se quedó en el
tercio de los matadores; allí le desplegó el matraco la bandera, produciéndose
un pase con la muleta plegada cambiándole el viaje al toro, de suprema emoción,
que paró los relojes que había en la plaza.
Sin perderle la cara al enemigo, con la muleta en la
izquierda, sobrevino un natural magno al que siguieron tres más. Sonó la
música, y ante el público de pie y el ruedo lleno de sombreros y demás prendas
de vestir, ligó “Lagartito” una faena compuesta de pases por alto, de pecho, en
redondo, de molinetes sobre ambas manos, prevaleciendo el muleteo sobre la
izquierda y derrochando arte, torería, guapeza, y un valor, de los que entran
pocos en el balance de los toreros a fin de año.
Aquello fue la locura en grado máximo. El público pidió
el indulto de la vida de “Formalito”, que concedió la Dirección Técnica, y el
precioso animal, que tan bien dejó el nombre de la ganadería, volvió, noble,
desafiador y gallardo a los corrales, donde su sangre quedará como una herencia
de triunfo en la historia de los toros célebres.
“Lagartito” salió en hombros por la Puerta Grande hasta
su domicilio del Hotel Caracas. Ha sido una de las más merecidas salidas en
hombros que yo he visto.
El resto de la corrida tuvo poco interés ante la hazaña
de “Formalito” y el valeroso torero aragonés”.
Villa-Fraile.
Caracas, Febrero 1927.
El
17 de abril de 1927, Paco Royo “Lagartito”, fue herido gravemente luego de ejecutar
una verónica a su primer toro de Nandín, en Málaga. Lo operó en la enfermería
de la plaza, el Dr. Rafael Campos García. El parte facultativo señaló que
sufrió una herida de 8 centímetros en la región abdominal interior derecha, con
rotura de la piel del plano muscular del peritoneo y salida del asa intestinal;
pronóstico gravísimo. Por momentos, se temió por su vida. Alternó esa tarde con
el rejoneador portugués Simao Da Veiga, que mató sus dos primeros toros y con
los diestros Victoriano Roger “Valencia II” y “Algabeño”. El 15 de mayo de
1927, “Lagartito” resultó nuevamente herido en Barcelona.
El diestro Francisco Royo “Lagartito” actuando en
Barcelona (España), el 9 de octubre de 1927 y en 1934. (Archivo: Hnos. Dupouy
Gómez).
El 8
de agosto de 1927, la revista taurina “La Fiesta Brava”, le dedicó la portada,
anunciando su rotundo éxito, cortando cuatro orejas en Barcelona. En la última
corrida de la feria de Zaragoza del año 1927, obtuvo un clamoroso triunfo,
cortándole las dos orejas a sus dos toros, saliendo a hombros por las calles de
la ciudad hasta el metropolitano templo del Pilar, donde el diestro aragonés oró
con mucha devoción ante la Virgen del Pilar y le ofrendó su capote de paseo,
para luego continuar su recorrido a hombros hasta su casa. Se lidiaron toros de
don Graciliano Pérez Tabernero. En Lima (Perú), Francisco Royo “Lagartito”
toreó con mucho éxito, en 1927-1928.
José
Carralero, en 1928, publicó su libro “Aragón Taurino”, destacando a los toreros
aragoneses, entre ellos: Manuel Pérez “El Relojero”, Joaquín Gil Allen “El
Huevatero”, Nicanor Villa Arilla “Villita”, José Calero Verdejo “Calerito”,
Florentino Ballesteros, Nicanor Villalta y Francisco Royo “Lagartito”. Por su
popularidad, don Benito Simón le compuso un pasodoble torero a “Lagartito”.
“Lagartito”,
regresó a Venezuela, siendo contratado para la temporada de 1928-1929 en el
Nuevo Circo de Caracas, junto a los diestros: José García “Algabeño”, Enrique
Torres, Luis Fuentes Bejarano, Ángel Nava “Gallito de Zafra”, Manuel Díaz “Torerito
de Málaga”, Paco Perlacia y los venezolanos Eleazar Sananes “Rubito” y Julio
Mendoza Palma, quien regresó a su patria con la alternativa como matador de
toros recibida en España.
Cabe
destacar que el hijo del Gral. Juan Vicente Gómez, Presidente de Venezuela, don
Gonzalo Gómez, como nuevo propietario del Nuevo Circo de Caracas, realizó
importantes reformas en su estructura como bien lo reseñó la Revista “Billiken”
del año 1928: “El Nuevo Circo, el
monumental edificio sede de la Tauromaquia metropolitana, ha sido reformado
para la temporada que se avecina: el anillo ha sido disminuido, se le ha
construido una nueva localidad delantera de los palcos, con las cuales reformas
se ha logrado que los espectadores de los tendidos vean, cómodamente sentados,
la lidia en todos los tercios del redondel, cosa difícil de alcanzar antes. Y a
nosotros, los de la Prensa, se nos ha construido un palco adecuado, cómodo,
suficiente y capaz para poder ver y mirar, sin apretujamientos y sin asesores
ad-honorem, como antes sucedía”.
LA GRAVE CORNADA DE
“LAGARTITO” EN VALENCIA (VENEZUELA)
El 9
de diciembre de 1928, en la plaza de toros Arenas de Valencia (Venezuela), la
empresa Carrerito, presentó un mano a mano con José García “Algabeño” y Paco
Royo “Lagartito”. Durante la corrida “Algabeño”
fue a banderillear a su primer toro y el astado le pegó un puntazo en la ingle,
lo llevaron a la enfermería y de allí no salió más. A su compañero de cartel
Paco Royo “Lagartito”, le correspondió torearlo, pero después de ejecutar el
segundo muletazo con la mano derecha, el toro criollo, de escasos pitones, le
pegó una cornada enorme en la pierna derecha de 20 centímetros de extensión,
interesándole la piel, con aponeurosis femoral y rotura de la vena safena. A
“Lagartito”, lo llevaron urgentemente a la enfermería para ser atendido.
Se
presentó un problema. La corrida se quedó sin matadores de toros, porque ambos
diestros sufrieron percances lidiando el primer toro. Casualmente, se
encontraba como espectador en el tendido un joven novillero venezolano de
Valencia, llamado Manolo Mújica, quien valientemente pidió autorización para que le
dejaran matar el toro. Le dieron permiso y mató la corrida teniendo un éxito
enorme. Después se convirtió en un novillero puntero en Venezuela con bastante
cartel.
Mi
abuelo Florencio Gómez Núñez, presenció la corrida y recordó con lujo de
detalles lo que, posteriormente, le ocurrió a su gran amigo Paco Royo “Lagartito”:
“Después de atenderlo el médico de la plaza, “Lagartito” salió
de la enfermería. Yo me retiré, inmediatamente, de la corrida y preocupado me
fui a visitarlo al hotel en donde se alojaba, interesándome por su estado de
salud. Cuando entré a la habitación de “Lagartito”, me dijo con mucha angustia
y desesperación: “Don Florencio, yo estoy muy adolorido de esta cornada. Me
duele muchísimo y ya no resisto”. Entonces, le quité la sábana y le toqué el
muslo donde tenía la entrada del pitón, y me dio la impresión que botaba como
aire por la herida. Me pude percatar que era una cornada grande. No le dije
nada a “Lagartito” para no preocuparlo e inmediatamente le organicé junto con
su cuadrilla, el regreso a Caracas, donde sería mejor atendido por el personal
médico.
Yo regresé a mi residencia de Maracay, pero estuve
siempre muy pendiente de su llegada a Caracas. En la noche, llamé a mi buen amigo el
doctor Pepe Izquierdo y le comuniqué que para allá iba “Lagartito” con una cornada
muy grande. El doctor me contestó: “No te preocupes. Yo lo espero para
atenderlo urgentemente en la clínica”. Al pasar “Lagartito” por Maracay, se le
notificó que el doctor Izquierdo lo estaba esperando en Caracas. Llegaron como
a las doce de la noche. El eminente cirujano lo operó y enseguida me llamó por
teléfono para informarme que la cornada era “de caballo”, que le salía el
orificio por la nalga”.
El
20 de enero de 1929, en la plaza de toros Nuevo Circo de Caracas (Venezuela),
“Lagartito” participó en una corrida de toros a beneficio de los damnificados
por el terremoto de Cumaná que produjo muchos daños en la región. Compartió
cartel con José García “Algabeño” y el venezolano Eleazar Sananes “Rubito”. Los
toros los regaló Gonzalo Gómez como también la exoneración del alquiler de la
plaza.
Paco
Royo “Lagartito”, fue testigo de Manolo Bienvenida el día de su alternativa en
Zaragoza, el 30 de junio de 1929, siendo su padrino Antonio Márquez. Los toros
pertenecieron a la ganadería de Don Antonio Flores. Manolo Bienvenida, le cortó
al toro de su alternativa de nombre “Mahometano”, las dos orejas y el rabo.
El
19 de febrero de 1933, “Lagartito” conquistó Colombia, cortó tres orejas, ante
reses de Mondoñedo, compartiendo cartel con “Rayito” y Jaime Noaín. En el mes
de marzo de 1933, “Lagartito” repitió otro triunfo, ante toros de Mondoñedo,
actuando, nuevamente, con los diestros “Rayito” y Jaime Noaín.
En
septiembre de 1933, “Lagartito” cortó cuatro orejas y dos rabos, saliendo a
hombros, luego de estoquear tres toros en Benavente (España). El 10 de
septiembre de 1933, se presentó con Pepe Bienvenida y Jaime Noaín en la plaza
de toros Monumental de Barcelona, estoqueando reses de Amador Angoso, siendo
muy ovacionado toda la tarde. “Lagartito” no se presentaba en ese coso desde
hacía seis años. Esa fue la plaza donde tomó la alternativa. Dos serios
percances, lo apartaron un poco de los ruedos.
A
inicios del mes de septiembre de 1933, “Lagartito” tuvo un triunfo clamoroso en
San Srit (Francia), donde tuvo que matar seis toros por percance del diestro
francés Pierre Pouly, cortó seis orejas y salió a hombros de la plaza. En 1933,
toreó 20 corridas entre Colombia, Francia y España.
El 1
de julio de 1934, en Arlés (Francia), tuvo un grandioso triunfo, ante toros de
Cobaleda. Lidió tres toros y cortó orejas y rabos, saliendo a hombros de la
plaza. El 15 de agosto de 1934, “Lagartito” tuvo un clamoroso triunfo en
Vaisons (Francia), al cortar orejas y rabos. Alternó junto al torero galo
Pierre Pouly.
El 1
de diciembre de 1935, en la plaza de toros Arenas de Quito (Ecuador),
“Lagartito” le concedió la alternativa al diestro colombiano José Pulido. Los
toros pertenecieron a la ganadería de Francisco Chiriboga Bustamante.
En
marzo de 1936, toreó en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), donde obtuvo un
gran triunfo ante astados de Banco Largo, cortando orejas y rabos, siendo
sacado a hombros de la plaza.
El
30 de mayo de 1936 en Ceret (Francia), se presentaron para lidiar toros de la
ganadería de Villarroel, los diestros “Pedrucho”, “Lagartito” y el
sobresaliente “Niño de Oro”. Esa tarde, “Lagartito” tuvo un triunfo apoteósico.
Toreó muy bien con el capote y con la muleta ante un entusiasmado público.
Sobresalió el toro lidiado en sexto lugar, al que “Lagartito” lo veroniqueó de
manera colosal. Realizó una gran faena de muleta, destacando sus series de
naturales. Colocó una gran estocada y fue premiado con las dos orejas y el
rabo, siendo el triunfador esa tarde. Su compañero de cartel “Pedrucho”,
destacó con el capote y en quites. Mató bien a sus enemigos y cortó orejas.
DON FLORENCIO, ¡YO LE
DEBO LA VIDA A USTED!
Paco
Royo “Lagartito”, siempre le agradeció mucho a mi abuelo Florencio Gómez Núñez
por su oportuna y rápida atención, después de la grave cornada sufrida en
Valencia (Venezuela) en 1928. “Lagartito” con profundo cariño y respeto cuando
lo veía, le recordaba: “Don Florencio, ¡yo
le debo la vida a usted!”.
Fotos y dedicatoria de Paco Royo “Lagartito”: “A Juan Vicente y Florencio Gómez con todo
cariño, “Lagartito”. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Estando
mi abuelo Florencio en Madrid, le tocó vivir los estragos de la guerra civil española
que estalló en 1936. Después de pasar varios meses de guerra en la capital,
partió en un barco de Alicante a Marsella (Francia). Allí, curiosa e
inesperadamente, mi abuelo recibió la agradable visita de su gran amigo, el
matador de toros aragonés Francisco Royo “Lagartito” y recordaba con nostalgia
esos hechos:
“Llegué a Marsella con toda la familia, mi esposa Elena,
mi mamá y mis hermanos. Al tercer día, en el hotel donde nos hospedábamos, llamaron
de la recepción a mi habitación para informarme que me buscaba un señor de
nombre “Lagartito”. ¿Me pregunté?, debe ser el torero que es la única persona
con ese apodo que conozco. Me arreglé y bajé inmediatamente. Cuál sería mi
sorpresa, era el mismísimo “Lagartito”. Nos reencontramos después de tantos
años. Me saludó con entrañable cariño y me dijo: “Mire usted don Florencio, yo
estoy toreando aquí en Francia, porque me agarró la guerra civil fuera de España.
Tengo contratadas varias corridas de toros y estoy ganando algún dinero para tratar
de sostenerme. No quiero preguntarle cómo ha salido de España. Si le han dejado
sacar dinero o no. Yo lo único que
quiero es que me reciba esto que le traigo”. “Lagartito” me entregó un cheque
por una cantidad importante y me dijo: “Yo quiero que utilice este dinero,
porque lo debe necesitar en estos momentos difíciles de guerra”. Por supuesto,
yo no lo acepté y se lo devolví enseguida. No lo necesité porque, gracias a
Dios, no tuve ningún problema para salir de España. Nunca olvidé el amable
ofrecimiento que me hizo “Lagartito” en Francia, porque muy pocas personas lo
hacen. Fue un bonito gesto de desprendimiento, cariño y amistad sincera de su parte
hacia mi persona”.
A su
regreso a Venezuela, el 5 de marzo de 1939, en el Nuevo Circo de Caracas, “Lagartito”,
se destacó y estuvo muy bien esa tarde cortando una oreja. Alternó con el
venezolano Julio Mendoza y Cayetano Palomino, lidiando reses de “Guayabita”. El
19 de marzo de 1939, “Lagartito” actuó con Aurelio Puchol “Morenito de
Valencia”, lidiando reses de “Guayabita” en el Nuevo Circo de Caracas. Los
matadores cumplieron sin lograr el éxito esperado. En febrero de 1941, durante
las ferias de Cagua (Venezuela), Paco Royo “Lagartito”, compartió cartel con el
venezolano Pedro Pineda “El Torero de
Aragua”. Tuvieron una buena actuación, fueron contratados nuevamente y
triunfaron clamorosamente.
He
querido recordar en este artículo al valeroso matador de toros aragonés
Francisco “Paco” Royo “Lagartito”, de gratísima recordación en Venezuela por sus
destacadas actuaciones que hicieron al público vibrar de emoción gracias a su
muleta poderosa de variado repertorio y sus temerarios parones ante la cara del
toro. Simpático, generoso y excelente persona. Fue un torero siempre dispuesto
a dar la pelea, agradar y salir triunfador en cada plaza. Lo castigaron
fuertemente los toros por su entrega, como aquella tarde en Valencia
(Venezuela) y en otras actuaciones como la grave cornada que sufrió en Málaga
(España) y en Ceret (Francia) que le hicieron disminuir sus presentaciones en
plazas españolas, obligándole a probar suerte en plazas americanas y francesas,
sin olvidar hasta el mismísimo Hipódromo de París. Al retirarse de los ruedos,
“Lagartito”, se hizo ganadero de reses bravas, presentando novilladas sin
picadores. Falleció en Zaragoza, el 21 de junio de 1966.
Rafael Dupouy Gómez