viernes, 30 de julio de 2021

CÉLEBRE PILOTO CHARLES LINDBERGH EN LOS TOROS

(Por: Rafael Dupouy Gómez) 

La leyenda del toreo mexicano Rodolfo Gaona junto al mundialmente famoso piloto norteamericano Charles A. Lindbergh, en la plaza de toros "El Toreo", de la ciudad de México, D.F., el 18 de diciembre de 1927. Foto: Melhado. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

"Me gustaría saber lo que son las corridas de toros para poder dar mi opinión, si bien he recibido, de Estados Unidos, algunas recomendaciones para que me abstenga de concurrir a dicho espectáculo; considero que el pueblo mexicano es lo suficientemente capaz de escoger sus diversiones".

Charles A. Lindbergh.

Una interesante anécdota taurina que deseo compartir con los amables lectores, ocurrió en la plaza de toros "El Toreo" de México cuando el Coronel Charles A. Lindbergh, famoso héroe de la aviación mundial, visitó ese país en el año 1927 y durante su estadía acudió a presenciar una corrida de toros.

En la revista venezolana "Élite", fue publicado el valioso testimonio del propio Lindbergh, expresando su interés en poder admirar personalmente una corrida de toros, reconociendo la gran afición de los mexicanos por el maravilloso espectáculo que tanto atrae a los públicos.

LINDBERGH IRÁ A LOS TOROS, A PESAR DE LAS SUGESTIONES PARA QUE NO CONCURRA 

"Durante dos días más recibiré muchas sorpresas agradables, de ello estoy seguro. Se me ha hecho una invitación formal para asistir el domingo a la corrida de toros. Es posible que vaya. Me gustaría saber lo que son las corridas de toros para poder dar mi opinión, si bien he recibido, de Estados Unidos, algunas recomendaciones para que me abstenga de concurrir a dicho espectáculo; considero que el pueblo mexicano es lo suficientemente capaz de escoger sus diversiones.

Ahora que en cuanto a ir a la corrida que no figura para nada en el programa oficial, y si hay manera de hacerlo, según dejo asentado, lo haré. La decisión de ir no será tomada por mí sin parar mientes en lo que de ello piensen los que en Estados Unidos tienen un prejuicio bien definido contra las corridas de toros y cualquiera que sea su determinación, seguramente será bien comprendida.

Estoy convencido de que en México hay muchas cosas que serían mejor comprendidas por todos los que en Estados Unidos las critican. Por lo que a mí hace, la impresión que me llevaré de México no es de las que se olvidan en mucho tiempo, de las que no se olvidan nunca. Las muestras de cortesía que he recibido y el sincero interés que se ha tomado en mis vuelos, honrándome como si fuese un alto representante de los Estados Unidos, son demostraciones inequívocas. Ya se comprenderá que después de esto no podré sino expresarme de México en tono que corresponda a los innumerables honores de que se me ha hecho objeto. Me sentiré feliz y satisfecho si con el recibimiento que me dispensó el pueblo es posible un mayor acercamiento entre los dos gobiernos, encauzando las relaciones por un sendero de mutuo entendimiento".

Charles A. Lindbergh.

Ciudad de México, 17 de diciembre de 1927.

(Publicado en la Revista Venezolana "Élite", el 28 de enero de 1928). 

LINDBERGH ASISTE A LA CORRIDA DE TOROS

Charles A. Lindbergh, presente en compañía de Rodolfo Gaona en la corrida de toros celebrada en la plaza "El Toreo" de la capital mexicana, el 18 de diciembre de 1927. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El domingo 18 de diciembre de 1927, en la plaza de toros "El Toreo", de Ciudad de México, D.F., México, se llevó la doceava corrida de la temporada, participando, en un mano a mano, los diestros Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma", español y el mexicano José "Pepe" Ortiz, a quien llamaban "El Orfebre Tapatío". Se lidiaron seis toros de la ganadería de "La Laguna".

Asistió como espectador esa tarde la máxima figura del toreo mexicano Rodolfo Gaona, acompañando al invitado de honor Charles A. Lindbergh, el famoso aviador norteamericano que había realizado la hazaña de cruzar el Atlántico en solitario piloteando su avión "Spirit of St. Louis", de New York a París, en 33 horas y media de vuelo. Ambas personalidades de fama mundial fueron fuertemente ovacionadas afectuosamente por el público presente.

Del encierro de "La Laguna", cuatro ejemplares tuvieron buen juego. Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma", se justificó ante sus enemigos, demostrando su poderío, arte y valor.

El diestro mexicano José "Pepe" Ortiz. Brindó una magnífica demostración de su muy variado y vistoso manejo del capote.

Los toreros que actuaron en el mano a mano que presenció Charles A. Lindbergh, el 18 de diciembre de 1927. A la izquierda: Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma". A la derecha: El diestro mexicano "Pepe" Ortiz. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma" había sido el matador de toros líder del escalafón taurino el año 1927, con 65 corridas toreadas, cortando 30 orejas y 6 rabos. Fue el que más toreó, a pesar de terminar inesperadamente la temporada, el 29 septiembre de 1927, debido a una grave cornada que sufrió en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, el día de la tarde triunfal de Juan Belmonte, ante reses de Pérez de la Concha, cortando el trianero cuatro orejas y dos rabos, saliendo a hombros de la multitud, por la Puerta del Príncipe. Esa tarde, completaba el cartel Manuel Jiménez "Chicuelo". 

Charles A. Lindbergh quedó gratamente impresionado del ambiente y colorido de la Fiesta Brava, a la que acudió por primera vez. Igualmente, de las emociones y muestras de cariño recibidas. Durante el arrastre del segundo toro, "Pepe" Ortiz le obsequió su capote de paseo, al gran aviador norteamericano, el cual se lo colocó sobre sus hombros, siendo muy aplaudido y ovacionado por el numeroso público que asistió a la plaza.

Charles A. Lindbergh luciendo con admiración el capote de paseo que le obsequió durante la corrida el diestro mexicano "Pepe" Ortiz. A su lado le acompaña el gran maestro mexicano Rodolfo Gaona. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Como dato curioso, el 1 de enero de 1928, en la misma plaza de "El Toreo", en Ciudad de México, D.F., el diestro azteca "Pepe" Ortiz fue gravemente herido en el muslo derecho, durante su faena con la muleta, por el sexto toro de la tarde, de nombre "Calzorras" de la ganadería de San Diego de los Padres. Ortiz se había constituido entre sus compatriotas en un verdadero ídolo de la torería. Alternó esa tarde, en un mano a mano con Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma". 

Convaleciente, "Pepe" Ortiz de su percance, recibió un radiograma del piloto Charles A. Lindbergh, expresándole su gran dolor por la desgraciada cornada y animándole para que siguiera triunfando en la arena mientras, él lo hacía en el aire. 

VISITA DE  CHARLES A. LINDBERGH A VENEZUELA

El Presidente de la República de Venezuela, Benemérito General Juan Vicente Gómez en compañía del célebre aviador norteamericano Charles A. Lindbergh, durante su histórica visita al país en 1928. A la derecha: El cariñoso agradecimiento del héroe de la Aviación. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 29 de enero de 1928, se llevó a cabo la histórica visita a Venezuela del intrépido héroe norteamericano de la aviación Charles A. Lindbergh en su célebre aeronave "Spirit of St. Louis". 

Los datos que aparecen en mi artículo, fueron tomados del libro "Mis Apuntes sobre la Aviación Venezolana", escrito por mi abuelo Florencio Gómez Núñez, hijo del Benemérito General Juan Vicente Gómez, gran impulsor de la Aviación y de la Fiesta Brava en Venezuela. 

El Coronel Charles A. Lindbergh salió de Washington el 1 de diciembre de 1927 con destino a Ciudad de México, Guatemala, Belice, El Salvador, Tegucigalpa, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cartagena, Bogotá y Maracay (Venezuela), llegando a esta última ciudad el día 29 de enero de 1928 y aterrizando a las 6 y media de la tarde ya a oscuras con hora y media de retardo sobre la hora prevista. 

El avión conducido por Lindbergh era el mismo "Spirit of St. Louis", en el cual había realizado el fantástico vuelo en solitario de Nueva York a París, saliendo de Roosevelt Field N.Y. el 20 de mayo de 1927 y llegando a Le Bourget, París, 33 horas y media después, el 21 de mayo de 1927. Lindbergh, por su extraordinaria hazaña, ganó el Premio Orteig de $25.000 dólares. 

Al aparecer el avión sobre el cielo caraqueño, salió de todas las bocas una clamorosa exclamación de alegría y entusiasmo y cuando atravesaba la capital, a una pequeña altura, todos pudieron apreciar en sus detalles el "Águila Solitaria", que pasó sobre la plaza de toros del Nuevo Circo de Caracas, repleto de concurrencia, mereciendo otra estruendosa ovación. 

El campo de aterrizaje, virtualmente cercado por una enorme y clamorosa muchedumbre, fue centro de un recibimiento que tuvo el esplendor emocionante de una apoteosis. De todas las poblaciones del Estado Aragua, de Valencia, de Puerto Cabello y Caracas, incontables automóviles llenos de personas, invadían las carreteras convergentes hacia Maracay y en aquella ciudad el tráfico hacia el Campo de Aviación era imponente desde las primeras horas de la tarde. 

Más de dos mil automóviles, luciendo sobre los radiadores los colores nacionales de Venezuela y Estados Unidos, se hallaban estacionados en los alrededores. 

Lindbergh, apareció al fin por San Juan de los Morros en dirección a Maracay donde aterrizó felizmente. Señalaba mi abuelo Florencio Gómez Núñez en su libro: "La verdad es que si llega quince minutos más tarde hubiese tenido que aterrizar completamente a oscuras, porque dicho campo no tenía ninguna iluminación, lo que sin lugar a dudas planteaba un grave problema, ya que además la visibilidad de su avión era muy poca hacia afuera".

El "Spirit of St. Louis", glorioso avión de Charles A. Lindbergh, en los hangares del Campo de Aviación de Maracay, Venezuela. Aparecen, de izquierda a derecha: El Coronel David López Henríquez, Director de la Escuela de Aviación Militar Venezolana, Juan Vicente Gómez (hijo), José Rosario Gómez, Florencio Gómez Núñez y Arturo Uslar Pietri. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

A su llegada estaban en el campo de aviación esperándole el General Juan Vicente Gómez y su Gabinete; el personal de la Escuela y altos oficiales del Ejército; el Embajador de los Estados Unidos e integrantes de su representación y numeroso público que se encontraba en los hangares y sus alrededores. La muchedumbre emocionada corrió hacia el campo para ver de cerca al héroe y conquistador del Atlántico Norte, una vez que descendió del aparato. El General Gómez personalmente tuvo que intervenir para alejar a la gente agolpada en torno al avión. El Benemérito, saludó cariñosamente a Lindbergh y regresó con él hasta los hangares. 

El Gobierno Nacional declaró huésped de honor al Coronel Charles A. Lindbergh durante su permanencia en la República. Por la noche, en la casa del Comandante Ignacio Andrade, Presidente del Estado Aragua, y de su esposa señora Servilia Gómez de Andrade, el General Gómez ofreció un espléndido baile en honor del Coronel Lindbergh. 

Al día siguiente, antes de partir en automóvil para la capital, Lindbergh visitó al General Juan Vicente Gómez, quien lo condecoró con la Orden del Libertador. Durante su llegada a Caracas, Lindbergh visitó el Panteón Nacional, la Casa Natal del Libertador, el Museo Bolivariano, el Salón Elíptico del Palacio Federal y luego realizó un paseo por la ciudad. En el Panteón Nacional, Lindbergh visiblemente emocionado, ofrendó una bella corona de flores avileñas, adornada con las banderas venezolana y norteamericana ante la tumba del Libertador. En el instante de la respetuosa ofrenda fue tocado nuestro Himno Nacional. Lindbergh, antes de abandonar el Panteón, firmó el Álbum de visitantes ilustres. A su salida fue estruendosamente ovacionado por el millar de personas que anhelaban verlo de cerca.  

El Coronel Lindbergh fue hospedado en la Casa España. La Sección Venezolana de la Sociedad Panamericana, presidida por Mr. Dolge, le ofreció en el viejo Country Club de La Quebradita, un fastuoso lunch, al que asistieron más de doscientas personas. 

Al día siguiente asistió a una recepción bailable en el Club Paraíso que ofreció en su honor el General Juan Vicente Gómez. La nota cumbre de los festejos organizados por el Gobierno Nacional en honor del Coronel Lindbergh fue el soberbio baile. Lindbergh llegó al Club Paraíso a las nueve y media de la noche y permaneció allí hasta las once, hora en que salió de regreso para Maracay a alistarse para su partida a las 6 y 30 de la mañana para la isla de St. Thomas. 

Dos mil personas fueron invitadas. En la iluminación y adornos artísticos del Club Paraíso, se agotaron todos los refinados recursos de los electricistas y floristas. Lo más granado de la política, la sociedad, la diplomacia, las letras y de la colonia norteamericana de Caracas concurrió al baile. 

Después de su estadía en Caracas, Lindbergh regresó a Maracay, donde revisó y acondicionó su avión para continuar vuelo a las islas de St. Thomas, Puerto Rico, Santo Domingo, Puerto Príncipe, La Habana y la ciudad de St. Louis en los Estados Unidos, punto final de su itinerario. 

Al despedirse de Venezuela, Charles Lindbergh expresó las siguientes palabras de agradecimiento: 

"Deseo dar las gracias al Presidente Gómez, a los Oficiales del Ejército, a los funcionarios del Gobierno y al pueblo de Venezuela, por la acogida que tan de corazón me han hecho durante mi visita, y también expresar mi reconocimiento a la Prensa por su cooperación. Me he sentido sumamente impresionado por la manera eficaz con que fue preparado el campo de aterrizaje por el Cuerpo de Aviación Venezolana y por el comedimiento demostrado en todo momento por la ciudadanía". 

Charles A. Lindbergh.

Los Presidentes de Venezuela y Estados Unidos emitieron expresivos mensajes de cordialidad:

Maracay, 31 de enero de 1928.

Excelentísimo Señor Calvin Coolidge.

Presidente de los Estados Unidos de América.

Washington.- 

A las seis de esta mañana salió el Coronel Lindbergh continuando su viaje felizmente. El Gobierno y pueblo venezolano han agradecido profundamente la visita del glorioso aviador que considero como un vínculo más en nuestras cordiales relaciones. Leal y buen amigo, 

Juan Vicente Gómez. 

Washington, 3 de febrero de 1928.

A Su Excelencia Juan Vicente Gómez.

Presidente de Venezuela.- 

Deseo dar a usted las gracias por su telegrama con motivo de la visita del Coronel Lindbergh a Venezuela y asegurar a usted del aprecio de este Gobierno por la cordial recepción que le fue dada. 

Calvin Coolidge.  

Posteriormente, regresó otra vez Charles Lindbergh a Venezuela, el 26 de septiembre de 1929, inaugurando el primer vuelo experimental de la Compañía Aérea Comercial Pan American. Vino como piloto de un hidroavión Sikorsky S-38. 

Relataba mi abuelo Florencio Gómez Núñez al respecto: "Tuve la oportunidad de volar con él en Maracay. Lindbergh me invitó para que lo acompañara a volar en el mismo avión Sikorsky S-38. Salimos del campo de aviación, sobrevolamos Maracay e hicimos un acuatizaje en el Lago de Valencia. Posteriormente, regresamos nuevamente a Maracay. Personalmente, me quedó una satisfacción muy grande, haber podido tener la experiencia de volar con Lindbergh, porque fue un excelente piloto y un auténtico héroe mundial".

Rafael Dupouy Gómez, autor del artículo, aparece junto al famoso avión "Spirit of St. Louis", que fue donado por Charles Lindbergh y se encuentra expuesto en el Smithsonian National Air and Space Museum de la ciudad de Washington, D.C. La bandera de Venezuela luce orgullosa pintada en la cubierta de aluminio del motor del avión que está decorado con los pabellones nacionales de los países que Lindbergh visitó en sus giras por el mundo. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Charles Lindbergh, falleció de cáncer en Hawaii, el 26 de agosto de 1974, a los 72 años de edad.

Nuestro país fue honrado en 1928 con su histórica visita. Lindbergh logró conquistar y entusiasmar al mundo entero, fomentando la importancia del desarrollo de la aviación. 

Rafael Dupouy Gómez

 

jueves, 22 de julio de 2021

FALLECIÓ EL BANDERILLERO Y FOTÓGRAFO PEDRO ARIAS

 (Por: Rafael Dupouy Gómez)


El destacado banderillero y fotógrafo venezolano Pedro Arias.

(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Con profundo dolor recibimos la triste noticia del fallecimiento en Caracas, el 21 de julio de 2021, a los 93 años de edad, del muy querido, noble y buen amigo Pedro Arias, distinguido banderillero y excelente fotógrafo de larga trayectoria.

Entrañable fotografía de gran significación familiar, captada por Pedro Arias, en donde aparecemos presenciando en el Nuevo Circo de Caracas la corrida extraordinaria celebrada en octubre de 1973. De izquierda a derecha: mi madre, Rosa Elena Gómez Arráiz, Rafael Dupouy Gómez (con 8 años de edad), mi abuelo, Florencio Gómez Núñez y mi hermano Juan Florencio Dupouy Gómez. El cartel de la corrida lo integraron los diestros: Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea" de España, el mexicano Manolo Martínez y el venezolano Carlos Málaga "El Sol", lidiando toros de la ganadería venezolana de "Bella Vista". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Nació Pedro Arias en San Fernando de Apure (Venezuela), el 29 de abril de 1928. De pequeña estatura, carácter sencillo, simpático y extrovertido, su nombre aparece en el Tomo número 5 de “Los Toros” de don José María de Cossío en la página 634, en donde se refieren a él como: “Banderillero, que actuaba en los ruedos venezolanos en la década de los sesenta de nuestro siglo. No conozco sus cualidades aunque sé que actuaba en corridas de toros”.

De origen humilde, se trasladó con su familia a los 6 años de edad, de su natal San Fernando de Apure a la ciudad de Maracay (Edo. Aragua). Se crió a dos cuadras del Hotel Jardín.

Con el paso de los años, siendo un adolescente, tuvo la ilusión de mejorar su situación económica y se interesó en aprender una profesión, dedicándose a la fotografía que alternó, paralelamente, con su sueño de hacerse matador de toros. En las mañanas, entrenaba y practicaba en la histórica Plaza de Toros Maestranza de Maracay. Recibió lecciones del maestro Pedro Pineda y el apoyo de sus grandes amigos, los matadores de toros venezolanos Oscar Martínez y Luis Sánchez Olivares el “Diamante Negro” quienes se interesaron en que cumpliera su sueño, ofreciéndole oportunidades.

Oscar Martínez, a quien conoció en la Maestranza de Maracay, siendo también un talentoso fotógrafo, un día lo llevó a la casa de su amigo José María Páez Colmenares, quien se desempeñaba como funcionario de la Circunscripción Militar de Maracay, realizando las fotografías del componente militar en los cuarteles Bolívar, Páez y Sucre. Allí Pedro Arias aprendió como ayudante el oficio de la fotografía, capturando imágenes con una cámara que le regaló Páez Colmenares.   

Cuenta Pedro Arias que el 24 de julio de 1946, se vistió de luces por primera vez y el 22 de mayo de 1949, banderilleó por primera vez a un toro de casta de la ganadería colombiana de Mondoñedo en una corrida celebrada en la Maestranza de Maracay, interviniendo los diestros mexicanos Lorenzo Garza, Luis Castro “El Soldado” y el venezolano Ricardo Martínez como sobresaliente. Garza realizó una magnífica faena a su segundo toro, liquidándolo de una soberbia estocada. Fue ovacionado fuertemente por el público, concediéndosele las dos orejas, el rabo y una pata, que el diestro mexicano rechazó. “El Soldado” también cortó dos orejas y ambos salieron a hombros de la Maestranza de Maracay.    


Pedro Arias ejecutando un par de banderillas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En Maracay, Pedro Arias trabajó un tiempo cargando unos garrafones enormes y pesados de agua que descargaba en una vecindad. Un amigo suyo al ver el esfuerzo que hacía, le consiguió un trabajó como ayudante de fotografía en una dependencia del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social en el área de Malariología, en donde trabajaba como destacado científico el Dr. Juan Crisóstomo “Juancho” Gómez Núñez, hijo del General Juan Vicente Gómez. “Juanchito” era el hermano menor de Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, grandes aficionados e impulsores de la Fiesta Brava en Venezuela.

Pedro Arias tuvo la oportunidad de conocer personalmente en esa dependencia al Dr. “Juancho” Gómez Núñez, quien se mostró muy interesado en apoyar sus aspiraciones en el mundo del toro. Un buen día lo mandó a llamar y le dijo que se fuera a Caracas urgentemente para que firmara un contrato, porque toreaba el domingo y le regaló 20 bolívares de aquella época para su traslado.

“Juancho” Gómez Núñez, le comunicó a Pedro Arias que dijera que venía de parte de su hermano Florencio Gómez Núñez, quien ya había contratado a Luis Miguel Dominguín para que debutara como matador de toros en Venezuela, firmándolo por tres tardes en el Nuevo Circo de Caracas. Siendo mi abuelo Florencio, el empresario de la temporada caraqueña en 1949, encargó de la organización a su compadre José Luis de Benito.

Pedro Arias, llegó a la empresa dispuesto y decidido a firmar el contrato como subalterno en ese cartel de primera. Recordaba Arias que el Dr. Carlos Siso Maury, eminente abogado, le hizo esperar tres horas y no lo atendía. Entonces, se le ocurrió ante la impaciencia, anunciar que venía de parte de mi abuelo Florencio Gómez Núñez, como le había aconsejado en Maracay mi tío “Juancho” y de inmediato le abrieron las puertas, siendo recibido en la oficina.

Le preguntó el Dr. Siso si sabía leer. Que estudiara bien el contrato que iba a firmar. Me contó Pedro Arias que lo leyó rapidísimo como Cantinflas. Arias todavía no tenía traje de luces para la corrida, pero mintió respondiendo afirmativamente, sin tener un centavo para adquirirlo. Luego de marcharse de la oficina, leyó con tranquilidad el contrato que fue por 500 bolívares. De inmediato, se dispuso a visitar a su amigo el “Diamante Negro”, quien muy amablemente, le dijo que escogiera el traje que quisiera. Arias seleccionó un traje de luces que no estaba nuevo, azul celeste y plata que le quedó grande y tuvo que arreglar.

Era la última corrida de la temporada y actuaron, la gran figura del toreo español Luis Miguel Dominguín, el ídolo venezolano Luis Sánchez Olivares el “Diamante Negro” y el valeroso diestro mexicano Antonio Velázquez. Esa extraordinaria corrida fue celebrada, el 11 de diciembre de 1949, siendo considerada como la mejor corrida de toros que se ha presentado en toda la historia del Nuevo Circo de Caracas.

Se jugaron toros de la ganadería colombiana de “Vistahermosa”, que dieron una excelente pelea. Fue una tarde inolvidable, recordaba Pedro Arias, quien banderilleó con bastante habilidad a un toro que había eliminado el quinto burladero del Nuevo Circo de Caracas. El público entusiasmado, no cesó de aplaudir las faenas realizadas por los tres matadores, quienes salieron a hombros por la puerta grande, cortando un total de diez orejas y dos rabos. Luis Miguel estuvo enorme ante su primero al que le cortó las dos orejas con petición de rabo, que la Presidencia se negó a conceder. En su segundo, repitió una faena redonda que fue malograda con la espada, perdiendo los trofeos que tenía asegurados, dando dos vueltas al ruedo recibiendo una fuerte ovación. Antonio Velázquez cortó cuatro orejas y un rabo y el “Diamante Negro” también emuló al mexicano cortando cuatro orejas y un rabo.

Recordaba Pedro Arias que César Díaz Torres, apoderado de Oscar Martínez, de quien fue banderillero, le preguntó si quería ser corresponsal de “La Esfera” en Caracas para cubrir los accidentes de carretera que frecuentemente ocurrían y requerían ser fotografiados.

Pedro Arias acompañando al gran César Girón durante uno de sus triunfos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Un día le propusieron trabajar en el diario “El Mundo” en el espacio deportivo. Asistió a los Juegos Panamericanos de Cali (Colombia) en 1971, los Juegos Panamericanos de México en 1975, los Juegos Panamericanos de Caracas en 1983. Estuvo presente cubriendo la pelea del boxeador venezolano Betulio González en la que conquistó el campeonato mundial, siendo captadas con su cámara las mejores fotos que recorrieron el mundo entero. Las Series del Caribe de Béisbol y los Campeonatos de la Liga de Béisbol Profesional de Venezuela, siempre gozaron del oportuno lente de Pedro Arias, ferviente fanático de los “Tiburones de La Guaira”. Con los jugadores de Béisbol cultivó una fraternal amistad, lo querían mucho y siempre le gastaban bromas. En Maracaibo, estuvo presente en importantes partidos de fútbol internacional. Ganó el Premio Nacional de Periodismo Deportivo en 1975 y 1987.  

Pedro Arias mostrando uno de sus tantos premios como excelente fotógrafo deportivo. Revista "Venezuela Taurina". Año 1975. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Dentro de su profesión taurina, lamentó no haber podido llegar a ser matador de toros, sino subalterno. Conoció y tuvo una gran amistad con los hermanos Girón, considerándolos como de su propia familia. Me contó Pedro Arias una anécdota curiosa, poco conocida. Cuando él trabajó en una fábrica de papeles, utilizó parte del material de desecho para confeccionar la improvisada muleta que empleó César Girón, el día que se lanzó al ruedo como espontáneo durante la actuación de los “Chicos de Querétaro” en enero de 1946. Los “Chicos de Querétaro”, era una cuadrilla infantil mexicana, integrada por niños entre diez y doce años de edad que lidiaban becerros de pura casta. César Girón con doce años de edad, demostró al público asistente que él toreaba mucho mejor que los niños aztecas.


Pedro Arias con Manuel Benítez “El Cordobés”. (Cortesía: Pedro Arias).


Triunfo de Francisco Rivera "Paquirri" en Mérida, Venezuela, acompañado por Pedro Arias. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Se mantuvo como banderillero durante muchos años. A las órdenes del “Diamante Negro”, intervino en varios festejos. Me confesó que nunca pudo banderillear por el lado izquierdo a los toros. Participó eficientemente como subalterno en las célebres novilladas organizadas por el empresario Gregorio Quijano.

Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea" en el Nuevo Circo de Caracas, Venezuela, detrás el fotógrafo Pedro Arias. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


Rafael Dupouy Gómez, autor del artículo, en compañía de su gran amigo Pedro Arias. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Pedro Arias, digno profesional de nuestra Venezuela taurina y de la fotografía. 

Le recordaremos siempre por ser un gran amigo y una excelente persona.

A todos sus familiares y amigos nuestro profundo pesar por su lamentable partida.

Que Dios lo tenga en su Gloria.

Rafael Dupouy Gómez


martes, 20 de julio de 2021

PEPE CABELLO: ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO

 (Por: Rafael Dupouy Gómez)

El gran cronista taurino Dr. Pepe Cabello en dos gráficas con la máxima figura del toreo venezolano César Girón. La primera, de la izquierda, corresponde al 17 de mayo de 1952 en Barcelona, España, el día que César Girón se presentó como novillero, usando un viejo traje de luces que perteneció al diestro mexicano Carlos Arruza. (Foto: Mateo). La segunda, de la derecha, fue tomada en Valencia, España, (Foto: Cerdá). 

Se cumple un nuevo aniversario de la triste desaparición física de mi siempre recordado gran amigo, el Dr. José Antonio Cabello Arizaleta, mejor conocido como "Pepe" Cabello. Entregó su alma a Dios, el 21 de julio de 2014, a la edad de 85 años en su residencia caraqueña, quien fuera para ese entonces, el decano de los cronistas taurinos de Venezuela. 

Sus interesantes, amenas y bien documentadas crónicas siempre gozaron de mi predilección, porque aportaban conocimientos importantes sobre el mundo del toro. Inolvidables fueron sus reseñas sobre las anécdotas e historias de los grandes maestros de la tauromaquia. El Dr. Pepe Cabello, se destacó como un cronista taurino de excepción y de permanente consulta. Sin duda alguna, por su larga trayectoria, fue el crítico taurino más entendido, distinguido y calificado de Venezuela.

Nació, el 20 de diciembre de 1928, en Caracas (Venezuela). Su afición taurina le vino desde muy niño por ser vecino de la histórica plaza de toros de la capital, el "Nuevo Circo" de gratos e inolvidables recuerdos para los venezolanos. Su casa estaba situada, detrás del tendido de sol y su madre, doña Helena Arizaleta de Cabello era muy aficionada. Su padre, don Antonio Cabello, era dueño de un botiquín en la esquina de San Francisco y también tenía una línea de taxis, de las primeras que existían en Caracas. Muchas veces, le tocó llevar a los toreros hasta el coso del Nuevo Circo. De su familia, Pepe fue el último que se aficionó a las corridas de toros. Además de su gran pasión por la Fiesta Brava, también fue un fiel seguidor del Fútbol y el Boxeo. Se desempeñó como Abogado de la República y cronista taurino.

El distinguido cronista taurino venezolano Dr. Pepe Cabello, en compañía de Victoriano Valencia en la Monumental de Las Ventas de Madrid.

Escribió su primera crónica taurina después de presenciar, en enero de 1946, a los "Chicos de Querétaro" y el debut del diestro mexicano Pepe Luis Vázquez, homónimo del "Sócrates de San Bernardo", en el Nuevo Circo de Caracas. "Los Chicos de Querétaro", era una cuadrilla infantil mexicana, integrada por niños entre diez y doce años de edad que lidiaban becerros de pura casta. Como dato curioso, en una de sus presentaciones, se lanzó como espontáneo César Girón con doce años, demostrando al público asistente que él podía hacer eso mucho mejor que los niños aztecas.

Posteriormente, el Dr. Pepe Cabello, escribió en el diario caraqueño "El Gráfico" la primera crónica dedicada a César Girón cuando debutó como becerrista con traje corto, el 24 de julio de 1948, en la Maestranza de Maracay. Tituló su crónica "Nuevo Sol de Aragua", refiriéndose a la gran actuación de la joven promesa del toreo venezolano, para concluir: "¡César Girón, otra figura en miniatura que se inicia a grandes pasos...!".

Por cierto, correspondió al Dr. Pepe Cabello, registrar el documento del poder otorgado a Fernando Gago para que manejara la carrera taurina de César Girón en España. En la época del renacer de nuevas figuras del toreo venezolano con los triunfos de Luis Sánchez Olivares "Diamante Negro" y Alí Gómez el "León de Camoruco", dedicó a éstos toreros criollos su interesante folleto "Historia de dos ídolos", que fue muy leído por los aficionados taurinos venezolanos. Escribió sus crónicas taurinas en la popular revista "Venezuela Deportiva" que, posteriormente, cambió su nombre por el de "Venezuela Gráfica".

Fue el primero en aparecer en las cámaras de televisión cuando se inauguró la "Televisora Nacional" en Venezuela, presentando el programa "Arte y Ciencia de la Tauromaquia", donde consiguió interesantes entrevistas a los toreros nacionales y extranjeros que visitaban nuestro país. A partir de 1951, escribió desde España sus "Crónicas Viajeras" con mucho éxito y la aceptación de los aficionados.

El Dr. Pepe Cabello en la "Televisora Nacional" de Venezuela, presentando su magnífico programa "Arte y Ciencia de la Tauromaquia". Aparecen, de izquierda a derecha, los diestros: César Faraco, el mexicano Alfredo Leal y Curro Girón.

Posteriormente, pasó a escribir las crónicas taurinas del diario "El Nacional", sustituyendo al gran cronista venezolano, don Oswaldo Pérez Esteves, quien había sido nombrado Cónsul de Venezuela en Vigo (España). Su primera columna en el diario "El Nacional" se llamó "Toritos".

Sus magníficas crónicas taurinas fueron publicadas en los periódicos de circulación en todo el territorio nacional como "El Nacional", "El Universal", "El Globo" y a nivel regional en el diario "La Verdad" (Edo. Zulia). Trabajó durante 18 años en el diario "El Nacional" y 30 años en el diario "El Universal". Implantó récord en un mes siendo publicadas sus crónicas taurinas todos los días. Remataba siempre sus reseñas con su popular des-Cabello.

Caricatura del Dr. Pepe Cabello, realizada por Rafael Dupouy Gómez, autor del artículo, obsequiada al cronista en diciembre del año 1995. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Viajó a Madrid (España) en 1957, siendo designado por la Unión de Matadores de Venezuela para representarla jurídicamente ante las autoridades sindicales españolas. Se trató de llegar a la firma de un Convenio Taurino entre el Grupo Taurino del Sindicato Nacional español del Espectáculo y la citada Unión venezolana con el objeto de garantizar las actuaciones de los toreros venezolanos en los ruedos españoles. El Dr. Pepe Cabello, logró que los novilleros venezolanos pudieran participar, al menos, en 10 novilladas sin picadores. En cuanto a los matadores de toros, se aprobó la condición, que si toreaban dos venezolanos juntos, tendrían que compartir el cartel con dos toreros españoles, lidiándose 8 toros. El Convenio también permitió, que torearan juntos, tres diestros de distintas nacionalidades. Su gestión fue complicada pero logró conseguir el máximo beneficio en el Convenio para los toreros compatriotas, especialmente, para los novilleros.

Igualmente, actuó en defensa de los diestros venezolanos, César, Rafael y Curro Girón, a quienes se trató de sancionar en España, porque para los toreros españoles, los hermanos Girón representaban una competencia peligrosa, al copar los carteles en varias ocasiones. El Dr. Pepe Cabello, consiguió dejar en suspenso las sanciones anunciadas y que la pena fuera eliminada, ya que estaba prohibido que diestros americanos se presentaran en una corrida, sin la participación de españoles.

El siempre recordado cronista taurino venezolano Dr. Pepe Cabello, en compañía de Manuel Benítez "El Cordobés" en Venezuela, el 17 de noviembre de 1963.

El Dr. Pepe Cabello, conservó con orgullo la entrada como el primer espectador que entró en la nueva plaza de toros de Vista Alegre (Bilbao), el día de su inauguración, el 19 de junio de 1962, ya que la antigua plaza de toros de 1882, sufrió un pavoroso incendio que la destruyó por completo. Los diestros que participaron en esa histórica tarde fueron: Antonio Ordóñez, el venezolano César Girón y Rafael Chacarte, quienes cedieron la mitad de sus honorarios.

El cronista taurino Dr. Pepe Cabello, por primera vez en la historia de la radio y televisión venezolana, consiguió transmitir en directo desde España, el año 1970, la alternativa del novillero venezolano Jesús Narváez. Siéndole concedido por dicha transmisión, el importante galardón "Premio Ondas", como el locutor internacional más destacado del año en Venezuela.

Dos curiosas gráficas del cronista taurino venezolano en los toros. A la izquierda: En la Maestranza de Sevilla, aparece el Dr. Pepe Cabello detrás de "La Faraona" Lola Flores y Antonio González "El Pescaílla" en 1967. (Foto: Cano). A la derecha: El Dr. Pepe Cabello con el genial pintor surrealista Salvador Dalí.    

Siempre se distinguió por su laboriosidad investigativa, consiguiendo interesantísimas entrevistas con las más importantes figuras del toreo, acompañándoles en su quehacer diario, por las carreteras de pueblo en pueblo, registrando con acuciosidad sus actuaciones en las plazas de toros, compartiendo amenas y entrañables tertulias que enriquecieron sus bien documentadas crónicas. 

Portadas de los libros taurinos escritos por el Dr. Pepe Cabello, "Toreros Fuera del Ruedo" y "Redondel de Ilusiones", publicados en 1972. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Publicó dos interesantes libros sobre la Fiesta Brava como lo fueron: "Redondel de Ilusiones" (1972), donde realizó un importante recuento de las temporadas novilleriles celebradas en el Nuevo Circo de Caracas, destacando a las prometedoras figuras nacionales del momento. Esa obra se la dedicó a sus padres, doña Helena Arizaleta de Cabello y don Antonio Cabello. 

El mismo año de 1972, publicó su segundo libro: "Toreros Fuera del Ruedo", excelente obra en donde el cronista taurino venezolano, logró amenas e interesantes entrevistas a destacadas figuras del toreo como fueron: Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete", Rafael Gómez "El Gallo", Cayetano Ordóñez "Niño de la Palma", Juan Belmonte, Manuel Jiménez "Chicuelo", Domingo Ortega, Antonio Ordóñez, Paco Camino, Santiago Martín "El Viti", Manuel Benítez "El Cordobés", Palomo Linares y los venezolanos, Eleazar Sananes "Rubito", Julio Mendoza Palma, César Girón y Héctor Álvarez.

Con motivo de la celebración del 40° Aniversario de la Maestranza de Maracay, el Dr. Pepe Cabello, le hizo a mi abuelo Florencio Gómez Núñez, un hermoso reportaje dedicándole una página completa, incluyendo una amena entrevista con interesantes fotografías en el Diario "El Universal", siendo publicada, el 17 de enero de 1973.

Acto del 40° Aniversario de la Maestranza de Maracay, celebrado el 20 de enero de 1973. De izquierda a derecha: El Dr. Pepe Cabello, orador de orden, su esposa Neida Villarroel de Cabello y don Florencio Gómez Núñez. Salón de Sesiones del Concejo Municipal del Distrito Girardot, Estado Aragua. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El Dr. Pepe Cabello, fue distinguido como orador de orden en el acto organizado por la Gobernación del Estado Aragua con motivo de la celebración del 40° Aniversario de la Maestranza de Maracay, el 20 de enero de 1973. Se realizó un acto solemne celebrado en el Salón de Sesiones del Concejo Municipal del Distrito Girardot (Edo. Aragua), asistiendo una gran concurrencia de aficionados taurinos. En esa importante ceremonia, pronunció un magnífico discurso sobre la historia del coso de Calicanto. En un extracto de sus emotivas palabras, señaló:

"Gualda y roja la divisa. Por coincidencia, estaba allí la bandera española sobre la sangrante carne del burel. Un número "19" el hierro de La Providencia, de los hermanos Gómez Núñez.

¡Aquí está la plaza! Lo diría el General Juan Vicente Gómez al quedar rematada y frisada la obra. Sería la ofrenda de Juan Vicente y Florencio, de Florencio o Juan Vicente, no puede haber orden de antigüedad en esa pareja torera, cuando abrieron sus puertas al entrar de gentes y al desfilar de matadores. Pusieron la plaza, pusieron sus toros y pusieron también su corazón".

(Pepe Cabello, 20 de enero de 1973).

En la Revista "Estampas" del diario "El Universal", publicó sus célebres "Mano a Mano", incluyendo entrevistas y curiosas anécdotas taurinas sobre importantes personalidades del mundo del toro.

En 1990, tuvo la gentileza de ayudarme en mi trabajo de Tesis de Grado titulado "La Fiesta Brava en Venezuela como atractivo turístico", aportándome datos interesantes que fueron de gran utilidad.

El cronista taurino venezolano Pepe Cabello y su inseparable esposa Neida Villarroel de Cabello, disfrutando una tarde de toros en la Monumental de Las Ventas de Madrid. (Foto: Cuevas).

En 1996 y 1997, publicó sus interesantes crónicas tituladas "Tribuna Taurina" en la revista "Tribuna Venezolana".

En el año 2000, el Dr. Pepe Cabello fue el orador de orden en la presentación del libro "La Lidia y el Toreo", escrito por Antonio Petit Caro, editado en Venezuela por la Fundación BBVA Provincial.

Siendo un gran amigo de los integrantes de la familia Bienvenida, participó en el documental realizado por nosotros, los Hnos. Dupouy Gómez, "Los Bienvenida en Venezuela. Huella indeleble en el corazón de una dinastía", presentado, el 11 de mayo de 2011, en la plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid con motivo del I Encuentro Iberoamericano del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida.

Por tal motivo, el 16 de abril de 2011, antes de partir para España, nos escribió con cariño, lo siguiente: 

"Sinceramente les deseo toda la suerte. ¡Suerte, vista y al toro!, durante los actos que tienen programados en la Monumental de Las Ventas de Madrid, donde será proyectada la película que con tanto arte y lujo de detalles realizaron para el recuerdo y la historia los hermanos Dupouy Gómez. Flameo mi pañuelo para pedir y otorgarles a todos los máximos trofeos". 

(Pepe Cabello, 16 de abril de 2011).

En el año 2011, fue entrevistado en dos programas taurinos de "Tendido Cero", transmitidos por la Televisión Española (TVE), explicando la grave situación del Nuevo Circo de Caracas, debido a la ausencia de la celebración de corridas de toros desde 1997. El Dr. Pepe Cabello, hasta los últimos días de vida, se mantuvo muy interesado y bien informado del acontecer taurino nacional e internacional. 

El Dr. Pepe Cabello en compañía de Rafael Dupouy Gómez en el Cortijo Santa Marta, ubicado en Cúa, Estado Miranda, Venezuela. Año 1995. (Archivo: Hnos Dupouy Gómez).

A su muy querida e inseparable viuda, Neida Villarroel de Cabello, a sus familiares y amigos, vaya mi especial recuerdo en este artículo dedicado al gran amigo a quien tanto extraño y tengo siempre presente.

¡Capotazos de afecto y que Dios lo tenga en su Gloria!

Rafael Dupouy Gómez


lunes, 19 de julio de 2021

FLORENCIO GÓMEZ NÚÑEZ EN MANO A MANO

(Por: Pepe Cabello).

Sonriendo siempre en la barrera de su plaza de Maracay la figura taurina de don Florencio Gómez en compañía de su nieto Rafael Dupouy Gómez. Por su afición fundó la primera ganadería de casta "Guayabita" y la Maestranza de Aragua. Revista "Estampas", Diario "El Universal", el 4 de marzo de 1990. (Foto: Oscar Martínez).

Banderas cual espinas esperando abrirse en pétalos de rosa, y doce colores flameando al impulso del aire. Abajo los palcos, en conjunción de formas y técnicas del arte árabe y occidental. Ladrillos y cerámicas, muy diminutas, la herradura por doquier. Pidiendo a la suerte que se aposente y haga predio en cada rincón. Y arriba, encendiendo la fragua, el único e incomparable sol de Aragua. Sol de soles. En balconcillo de nubes, admirando y viendo cómo a sus pies se levanta la pandereta de una singular plaza de toros. Es la Maestranza de Maracay, una de las más bellas y toreras del mundo. En su construcción intervino el personaje del mano a mano. Precisamente mano a mano con su hermano, logró que el progenitor levantara el inmueble que acaba de cumplir cincuenta y siete años de su inauguración. Y abre capotillo identificándose:

Mi nombre completo es Florencio Antonio Gómez Núñez de Cáceres, nací en Maracay el 7 de noviembre de 1908. Fue en la casa La Azotea, frente a la Catedral…

¿Qué recuerda de su padre el General Juan Vicente Gómez?

Tantas cosas que es imposible resumirlas, habría que enfocarlas desde muchos puntos de vista…

¡Vamos con la taurina! ¿Era muy aficionado?

Muchísimo, desde el Táchira sentía pasión por los toros.

¿Cómo empezó la suya?

Tenía diez años cuando ví a Juan Belmonte en un corral, en la finca conocida como "Casupito", lidiando dos astados. ¡Nunca lo olvidaré! Y me entró la fiebre taurina…

¿Vivió Belmonte en Maracay?

¡Sí!, así como otros toreros y estando con nosotros contrajo matrimonio por poder con su novia en Lima.

¿Cómo surgió la idea de la Maestranza?

Había mi padre realizado varias obras en Maracay, como la Plaza Bolívar y los cuarteles, entonces mi hermano Juan Vicente y yo le dijimos: ¡Falta la Plaza de Toros! Y ordenó su construcción…

¿Algún detalle curioso de la obra?

En lo personal que Eleazar Sananes "Rubito" era el "listero", es decir, la persona encargada de llevar la lista de los materiales de la obra de construcción de la plaza y luego fue el primer espada que actuó, el 20 de enero de 1933, cuando se estrenó.

¿Dónde estaban ustedes?

En el Palco, que se conoce como la Mezquita que por deseo de mi padre fue tan grande y cerca del ruedo. Su único capricho cuando hacían la plaza…

¿Es cierto que le salvó usted la vida al rejoneador español Antonio Cañero?

Estábamos apartando un encierro en la ganadería "La Providencia" y un manso se frenó metiéndole el pitón por el vientre. Yo realicé el quite, era mi deber. Sucedió en mayo del año 1930…

¿Cómo surgió la divisa de "Guayabita"?

Porque la ganadería "La Providencia" era muy húmeda y pasamos los toros para allá. Nunca lidiamos con ese nombre por la muerte de mi padre y salir del país. Al regresar el año 1941, no la quisimos recibir del Banco Agrícola y Pecuario, no habían sementales, no se podían traer.

¡Pero usted si fue bien recibido, por amigo y caballero, don Florencio!

PEPE CABELLO

(Publicado en la Revista "Estampas" del Diario "El Universal", el 4 de marzo de 1990).

Pueden disfrutar un video del cronista taurino Pepe Cabello recordando a don Florencio Gómez Núñez: