(Por: Rafael Dupouy Gómez)
Antonio Bienvenida y el destacado poeta valenciano Rafael Duyos. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
En el marco de la conmemoración de la fecha centenaria del nacimiento
del gran maestro del toreo Antonio Bienvenida, el 25 de junio de 1922, en
Caracas, Venezuela, comparto con los amables lectores un hermoso poema de Rafael
Duyos, publicado en el libro "Los Ángeles hacen palmas…" Romancero Taurino y que dedicó al gran
escritor peruano don Felipe Sassone.
Mi muy querido y siempre recordado abuelo, Florencio Gómez Núñez,
conservaba la obra de Rafael Duyos, eminente poeta, médico, rapsoda y
sacerdote, que le fue obsequiada con cariño por su hermana Belén María Gómez
Núñez, el 13 de abril de 1948, desde Lisboa, Portugal, con una bonita
dedicatoria que decía: "Conociendo tu afición, sé lo que apreciarás
este recuerdo" .
Portada del libro "Los Ángeles hacen palmas…" Romancero Taurino, obra de Rafael Duyos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Como ha sido bien descrito por sus biógrafos, Rafael Duyos, como insigne
representante de la cultura española, fue un magnífico y apasionado aficionado
taurino, quien gozó de la admiración de diestros como Pepe Luis Vázquez y
Antonio Bienvenida, entre otros, dedicándoles poemas que fueron compilados en
su libro.
Rafael Duyos, enviudó en 1962 y tres años más tarde del fallecimiento de su señora, entró en el Noviciado Marianista de Santa María de Gredos. Posteriormente, ingresó en el Seminario de Madrid en 1970 y dos años más tarde fue ordenado sacerdote por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón.
El gran maestro del toreo Antonio Bienvenida, compartiendo su agradable encuentro con el sacerdote Rafael Duyos.
Se cuenta una interesante y curiosa anécdota que un buen día, se
encontraba Rafael Duyos en la sacristía dispuesto a vestirse para oficiar la
ceremonia de ordenación, cuando repentinamente se le apareció el maestro
Antonio Bienvenida.
La sorpresa del poeta Duyos fue tan grande, que no podía creer que su admirada
figura del toreo estuviera allí presente acompañándolo en ese momento.
El maestro Antonio Bienvenida con un profundo sentimiento de amistad y
cariño sincero, le expresó a Rafael Duyos:
"Con las veces que tú has venido al hotel a ayudarme a vestirme de
torero, como no iba a estar presente aquí, cuando tú vas a vestirte de sacerdote".
A continuación, su hermoso poema, ilustrado con dos artísticas plumillas
de Martínez de León y Antonio Casero:
Plumilla del maestro Antonio Bienvenida, obra de Martínez de León. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
ANTOÑITO BIENVENIDA
(Por: Rafael Duyos)
El toro dijo a la gente:
¿quién es ese tan valiente
que a mí no me tiene miedo?
La gente, contesta al toro
con el olé más sonoro
tirando rosas al ruedo.
¿Quién eres tú, di, quién eres,
que por allá donde vas,
si te adoran las mujeres
los hombres te aplauden más..?
—Yo soy, Antonio Mejías,
"Bienvenida" de abolengo;
doy al toro cuanto tengo,
mi valor, mis alegrías
y majestad y salero
y templanza y fortaleza...
Niño torero que empieza
siendo ya un hombre torero.
Caracas me vio nacer,
Cádiz me vio navegar,
Sevilla me vio crecer,
¡toda España torear!
"Quisiera ser tan alto
como la luna,
¡ay! ¡ay!
como la luna,
para ver las corridas
de Cataluña".
Un coro alegre de niños
su canto entona...
"¡Vamos a ver los toros
de Barcelona!"
¡Ay, Bienvenida tercero,
venezolano y torero!
Con tu capotillo mandas,
mucho y más y como quieres,
alegrando en las barandas
la risa de las mujeres.
Rojas, las seis banderillas,
jalean sangre de toro
por tí que, de verde y oro,
se lo das a las mulillas.
Y la muleta plegada
—muleta del tiempo viejo,
la muleta de la escuela
del rey don Fernando el séptimo—
citas al toro y el toro
te mira como diciendo:...
"no me puedes engañar,
Antonio, que te estoy viendo..."
¡Qué silencio en la plaza!
Nadia respira...
Cairel y grito. "Toro,
eh, toro, mira..!"
Y en el testuz,
la rosa del asombro
prende su luz.
¡Visto y no visto!
Cuando el toro se arranca
tú eres más listo.
Como bandera,
la muleta renace
por la cadera.
Ave con ala escondida
es tu muleta plegada,
cuando vuela estremecida
la expectación por la grada.
Plazas enteras,
con amantes miradas
por las barreras.
La viuda "Concha Sierra"
si lo lograra,
por verte toreando
resucitara.
iAy, muleta plegada
citando al toro,
molinete, estocada,
palmas a coro!
¡Ay, plaza de Caracas,
ay, patio moro,
plaza de Barcelona,
Torre del Oro..!
¡España y el mundo entero!
en un acorde de gozo,
por Bienvenida tercero..!
¿Quién eres tú, di, quién eres,
que por allá donde vas,
si te adoran las mujeres,
los hombres te aplauden más?
¿Y esa muleta plegada?
¿No ha visto usted la corrida?
¿Qué quién es? Pues... ¿quién va a ser?
¡Antoñito Bienvenida!
Rafael Duyos
San Antonio, Valencia, España. Año 1943.
Plumilla del maestro Antonio Bienvenida, obra de Antonio Casero. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
Un precioso poema, homenaje a la figura del maestro Antonio Bienvenida, escrito por el gran poeta
Rafael Duyos con quien le unió una entrañable amistad.
Rafael Dupouy Gómez
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