sábado, 25 de junio de 2022

RAFAEL DUYOS Y SU POEMA DEDICADO A ANTONIO BIENVENIDA

(Por: Rafael Dupouy Gómez)

Antonio Bienvenida y el destacado poeta valenciano Rafael Duyos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En el marco de la conmemoración de la fecha centenaria del nacimiento del gran maestro del toreo Antonio Bienvenida, el 25 de junio de 1922, en Caracas, Venezuela, comparto con los amables lectores un hermoso poema de Rafael Duyos, publicado en el libro "Los Ángeles hacen palmas…"  Romancero Taurino y que dedicó al gran escritor peruano don Felipe Sassone.

Mi muy querido y siempre recordado abuelo, Florencio Gómez Núñez, conservaba la obra de Rafael Duyos, eminente poeta, médico, rapsoda y sacerdote, que le fue obsequiada con cariño por su hermana Belén María Gómez Núñez, el 13 de abril de 1948, desde Lisboa, Portugal, con una bonita dedicatoria que decía: "Conociendo tu afición, sé lo que apreciarás este recuerdo" .

Portada del libro "Los Ángeles hacen palmas…"  Romancero Taurino, obra de Rafael Duyos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Como ha sido bien descrito por sus biógrafos, Rafael Duyos, como insigne representante de la cultura española, fue un magnífico y apasionado aficionado taurino, quien gozó de la admiración de diestros como Pepe Luis Vázquez y Antonio Bienvenida, entre otros, dedicándoles poemas que fueron compilados en su libro.

Rafael Duyos, enviudó en 1962 y tres años más tarde del fallecimiento de su señora, entró en el Noviciado Marianista de Santa María de Gredos. Posteriormente, ingresó en el Seminario de Madrid en 1970 y dos años más tarde fue ordenado sacerdote por el cardenal Vicente Enrique y Tarancón.

El gran maestro del toreo Antonio Bienvenida, compartiendo su agradable encuentro con el sacerdote Rafael Duyos.

Se cuenta una interesante y curiosa anécdota que un buen día, se encontraba Rafael Duyos en la sacristía dispuesto a vestirse para oficiar la ceremonia de ordenación, cuando repentinamente se le apareció el maestro Antonio Bienvenida.

La sorpresa del poeta Duyos fue tan grande, que no podía creer que su admirada figura del toreo estuviera allí presente acompañándolo en ese momento.

El maestro Antonio Bienvenida con un profundo sentimiento de amistad y cariño sincero, le expresó a Rafael Duyos:

"Con las veces que tú has venido al hotel a ayudarme a vestirme de torero, como no iba a estar presente aquí, cuando tú vas a vestirte de sacerdote".

A continuación, su hermoso poema, ilustrado con dos artísticas plumillas de Martínez de León y Antonio Casero:

Plumilla del maestro Antonio Bienvenida, obra de Martínez de León. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


ANTOÑITO BIENVENIDA

(Por: Rafael Duyos)

 

El toro dijo a la gente:

¿quién es ese tan valiente

que a mí no me tiene miedo?

 

La gente, contesta al toro

con el olé más sonoro

tirando rosas al ruedo.

 

¿Quién eres tú, di, quién eres,

que por allá donde vas,

si te adoran las mujeres

los hombres te aplauden más..?

 

—Yo soy, Antonio Mejías,

"Bienvenida" de abolengo;

doy al toro cuanto tengo,

mi valor, mis alegrías

y majestad y salero

y templanza y fortaleza...

Niño torero que empieza

siendo ya un hombre torero.

 

Caracas me vio nacer,

Cádiz me vio navegar,

Sevilla me vio crecer,

¡toda España torear!

 

"Quisiera ser tan alto

como la luna,

¡ay! ¡ay!

como la luna,

para ver las corridas

de Cataluña".

 

Un coro alegre de niños

su canto entona...

"¡Vamos a ver los toros

de Barcelona!"

 

¡Ay, Bienvenida tercero,

venezolano y torero!

 

Con tu capotillo mandas,

mucho y más y como quieres,

alegrando en las barandas

la risa de las mujeres.

 

Rojas, las seis banderillas,

jalean sangre de toro

por tí que, de verde y oro,

se lo das a las mulillas.

 

Y la muleta plegada

—muleta del tiempo viejo,

la muleta de la escuela

del rey don Fernando el séptimo—

citas al toro y el toro

te mira como diciendo:...

"no me puedes engañar,

Antonio, que te estoy viendo..."

 

¡Qué silencio en la plaza!

Nadia respira...

Cairel y grito. "Toro,

eh, toro, mira..!"

 

Y en el testuz,

la rosa del asombro

prende su luz.

 

¡Visto y no visto!

Cuando el toro se arranca

tú eres más listo.

 

Como bandera,

la muleta renace

por la cadera.

 

Ave con ala escondida

es tu muleta plegada,

cuando vuela estremecida

la expectación por la grada.

 

Plazas enteras,

con amantes miradas

por las barreras.

 

La viuda "Concha Sierra"

si lo lograra,

por verte toreando

resucitara.

 

iAy, muleta plegada

citando al toro,

molinete, estocada,

palmas a coro!

 

¡Ay, plaza de Caracas,

ay, patio moro,

plaza de Barcelona,

Torre del Oro..!

 

¡España y el mundo entero!

en un acorde de gozo,

por Bienvenida tercero..!

 

¿Quién eres tú, di, quién eres,

que por allá donde vas,

si te adoran las mujeres,

los hombres te aplauden más?

 

¿Y esa muleta plegada?

¿No ha visto usted la corrida?

¿Qué quién es? Pues... ¿quién va a ser?

¡Antoñito Bienvenida!


Rafael Duyos

San Antonio, Valencia, España. Año 1943.


Plumilla del maestro Antonio Bienvenida, obra de Antonio Casero. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Un precioso poema, homenaje a la figura del maestro Antonio Bienvenida, escrito por el gran poeta Rafael Duyos con quien le unió una entrañable amistad.

Rafael Dupouy Gómez


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