martes, 25 de enero de 2022

EL NUEVO CIRCO DE CARACAS CUMPLE 103 AÑOS

  (Por: Rafael Dupouy Gómez)

El histórico Nuevo Circo de Caracas. (Archivo Hnos. Dupouy Gómez).
El Nuevo Circo de Caracas fue inaugurado, el 26 de enero de 1919, por el General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, quien gozaba de una gran afición taurina iniciada en su Táchira natal. La obra fue encomendada a los arquitectos: Alejandro Chataing y Luis Muñoz Tébar (quien falleció antes de ver terminada la obra). El coso taurino caraqueño fue ideado por el General Eduardo G. Mancera, quien constituyó un Sindicato para su construcción, en los terrenos del antiguo Matadero Municipal de la ciudad.
A la izquierda: El Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, gran aficionado taurino, en cuyo Gobierno fue inaugurado el Nuevo Circo de Caracas y otras importantes plazas de toros. A la derecha: El General Eduardo G. Mancera, promotor de la magnífica obra. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

La nueva plaza de toros de Caracas (Venezuela), se denominó “Nuevo Circo”, porque ya existía en la capital, el antiguo “Circo Metropolitano” que fue inaugurado, el 2 de febrero de 1896, por los diestros españoles Hermosilla y Rebujina.

El Gobernador del Distrito Federal, General Juan Crisóstomo Gómez, firmó un contrato en el año 1916 con el General Eduardo G. Mancera (entonces Administrador de la Lotería de Beneficencia del Distrito Federal), mediante el cual este último quedó autorizado para construir un circo de mampostería, hierro y madera, capaz para diez o doce mil personas, y propio para corridas de toros, espectáculos ecuestres y otras variedades. También debía estar provisto de salones para ópera y zarzuela. Alrededor se construirían jardines y parques de recreo.

Posteriormente, se iniciaron los trabajos de demolición del antiguo Matadero Municipal, contando con la presencia de una numerosa concurrencia y más de mil obreros y como una señal de progreso y de trabajo, fue vitoreado el nombre del General Juan Vicente Gómez, Jefe de la Rehabilitación Nacional. (El Nuevo Diario, 14 de marzo de 1916).

En el año 1918, Juan Belmonte, el famoso “Pasmo de Triana”, toreaba en Caracas (Venezuela), actuando en el Circo Metropolitano y se interesó en visitar el Nuevo Circo que se encontraba en construcción, siendo recibido por el General Eduardo G. Mancera (promotor de la obra) y los señores Carlos Delfino, Ernesto Capriles, Eduardo Arturo Eraso, Rafael Sabal, Eloy M. Pérez y otros.

A la izquierda: El connotado arquitecto venezolano Alejandro Chataing, artífice del bello coso caraqueño. A la derecha: El General Juan C. Gómez, Gobernador del Distrito Federal, entusiasta impulsor del proyecto. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


INFORME DE LA COMISIÓN DE INGENIEROS DEL NUEVO CIRCO

 Caracas, 20 de enero de 1919.

General Juan C. Gómez.
Ciudadano Gobernador del Distrito Federal.
Presente.-
Tenemos el honor de dirigirnos a Ud. para participarle: que el día 14 de este mes a las 3 p.m.; nos reunimos, los suscritos en el edificio denominado “Nuevo Circo de Caracas”, con el fin de practicar su revisión, cumpliendo así la honorífica designación que tuvo usted, a bien hacer en nosotros, según Resolución del Despacho de su digno cargo del día 10 del mes en curso y participación de esa misma fecha.
El “Nuevo Circo” es una obra monumental; honra a quienes concibieron el proyecto y a los ingenieros que han traducido la concepción en, obra ya realizada; embellece a Caracas, metrópoli de la República, con una construcción en la que se han hermanado, la elegancia y la solidez, la comodidad y la higiene.

Pruebas de resistencia del Nuevo Circo de Caracas, con sacos de arena, antes de ser inaugurado, el 26 de enero de 1919. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Cuando se determinó la ejecución de esta obra, la primera dificultad con que tropezaron los constructores, fue el establecimiento de las grandes bases que debían sostenerla, pues es sabido que el subsuelo del valle de Caracas está formado en su mayor parte de capas de aluvión y especialmente el lugar donde está situado el edificio; sin embargo, a pesar del enorme peso de éste (la gradería sola pesa dos mil quinientas toneladas) los niveles corridos desde hace doce meses en las sólidas pilastras que la soportan no han sufrido la más mínima variación, lo que prueba de modo evidente, la acuciosidad y precaución con que se procedió para obtener la perfecta inmovilidad del suelo.
El Circo es capaz para contener hasta doce mil personas que caben holgadas y cómodas; y calculando que cada cinco personas ocupan un área de un metro cuadrado con promedio de peso de trescientos cincuenta kilos, resulta por lo que hemos comprobado en dos sectores de gradas, que cada metro cuadrado aporta sin detrimento, presiones superiores a cuatrocientos kilos.
Las pruebas hechas fueron las siguientes:
 Se cargó un sector de 80 metros cuadrados de superficie con un peso de treinta y dos mil kilos por espacio de treinta horas y no hubo la más ligera modificación en la estabilidad del mismo.
 Se cargaron secciones de la pestaña o consola donde está la baranda con pesos a razón de cuatrocientos kilos por metro cuadrado y dio por resultado: una flecha de un tercio de milímetro, lo que significa que el material es inflexible.
 Se cargaron las dos terceras partes de un sector con doscientos treinta hombres, de un peso medio de diez y seis mil kilos, que luego corrieron sobre el sector y no hubo la más leve trepidación.
 Con perchas verticales, que del suelo iban a ajustarse a la cara inferior de las vigas armadas se comprobó: que éstas no tenían flexión, antes ni después de las presiones que fueron sometidas.
El edificio es todo de cemento armado; acero y cemento nacional del muy bueno que produce nuestra industria, probado por lotes antes de usarlo. La naturaleza del material empleado en la construcción demuestra por sí sola que el edificio está construido a prueba de incendio.
Los constructores tuvieron la paciente labor de determinar en cada caso el coeficiente de resistencia de los materiales separada y conjuntamente, y han traspasado prudencialmente los límites que la previsión y la seguridad admiten, llegando a una resistencia mayor que la apreciada y considerada por nosotros como suficiente; de lo que deducimos: que la solidez de la construcción es perfecta y adecuada para el fin a que se destina.
No sucederá en este Circo lo que observamos con frecuencia en la mayor parte de nuestros coliseos, en que la entrada y la salida son generalmente angustiosas por causa de la multitud que se atropella en puertas insuficientes por su número y por falta de espacio. Aquí sobre todo el edificio tiene doce amplísimas salidas y a las gradas dan acceso seis amplias escaleras construidas todas de acuerdo con las cláusulas del contrato.
Tiene además el Circo una extensión de catorce mil cuatrocientos metros cuadrados, con todas las comodidades para las corridas de toros, y actualmente se construye un escenario para ópera y variedades.
El techo de la parte de las gradas todavía no está colocado, debido a las dificultades originadas por la guerra mundial. La Compañía en resguardo de sus propios intereses lo colocará a la mayor brevedad posible; y de seguro armonizará en elegancia y solidez con el resto de la obra.
Las condiciones higiénicas del edificio están realizadas sin objeción posible, pues está emplazado en un sitio inundado por las brisas permanentes de la ciudad, que renuevan constantemente el aire y evitan con seguridad el peligro del hacinamiento, aún en el caso en que el Circo esté completamente lleno por espacio de muchas horas; y además, nuestro sol, este sol de los trópicos, baña a torrentes con sus rayos la totalidad del edificio; y por otra parte, la naturaleza de su construcción facilita el lavado y desinfección tan frecuentemente como sea necesario.
Y finalmente, la obra produce una grata sensación estética, pues en ella andan unidos con gracia un airoso estilo de sabor árabe con las galas y el genio del Renacimiento y del Modernismo; y en su aspecto interior se observa la majestuosa y severa arquitectura clásica de los tiempos brillantes de la Roma de Augusto.
Las vistas panorámicas desde la azotea son hermosas y deleitan el espíritu con suavidad indefinible; y al contemplar la ciudad desde el gran arco del frontispicio, aparece Caracas tendida sobre los flancos del Ávila produciendo una grata y conmovedora impresión.
Esta es en síntesis la grande obra arquitectónica, que nos ha tocado en suerte examinar, y por la cual felicitamos a la ciudad de Caracas en la persona del señor Gobernador y a los felices promotores y constructores de ella.
Todo lo que nos es grato elevar a su superior conocimiento.
V. M. Rada, M. Centeno Graü, Julio Calcaño Herrera, M. F. Herrera Tovar, Benjamín Pineda, J. A. Zavarse.
(Publicado en el Diario “El Universal”, 26 de enero de 1919).
Anuncio de los matadores de toros contratados por el "Sindicato Unión" para las cuatro corridas de abono de la temporada de 1919, integrado por: Francisco Posada, quien vino enfermo al país, Serafín Vigiola “Torquito” y Alejandro Sáez “Alé”. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
En la corrida de su inauguración, actuaron los diestros españoles, Serafín Vigiola “Torquito” y Alejandro Sáez “Alé”. Con una buena concurrencia de los aficionados, el diestro Serafín Vigiola “Torquito”, logró una gran faena, cortando una oreja al quinto toro, siendo ésta la primera conquistada en el estrenado coso caraqueño. Se lidió ganado criollo de las dehesas del General Juan Vicente Gómez.
Las crónicas taurinas de la época reseñaron con lujo de detalles el gran acontecimiento taurino que significó la inauguración en Caracas de su nueva y cómoda plaza de toros. El Diario “El Universal”, el 26 de enero de 1919, señaló lo siguiente:
“Hoy se inaugurará el Nuevo Circo de Caracas. Los antiguos terrenos del Matadero se han convertido por un milagro de ingeniería en un edificio colosal, destinado para espectáculos, gracias a la cesión que hizo el Municipio y a la tesonera actividad del General Eduardo G. Mancera. Nunca en materia de arquitectura, se había llevado a la práctica un proyecto de tanta magnitud. Aparte la belleza de construcción, el Nuevo Circo tiene, como todas las obras del doctor Alejandro Chataing, una gran solidez, condición indispensable para contener más de doce mil espectadores.
Cartel Inaugural del Nuevo Circo de Caracas, integrado por Serafín Vigiola “Torquito” y Alejandro Sáez “Alé”, lidiando toros de la ganadería del General Juan Vicente Gómez. 26 de enero de 1919. Por la noche se estrenó la grandiosa película de serie “El Conde de Monte Cristo”. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Un dato interesante es que en la obra toda, que es de cemento armado, se ha empleado exclusivamente cemento nacional, con pruebas de resistencia completamente satisfactorias. El costo del Nuevo Circo de Caracas puede ser aproximadamente calculado en Bs. 1.200.000 y en opinión de los técnicos la obra representa ampliamente la inversión de la Compañía.
En la mañana de ayer la Junta Directiva de la Compañía Anónima Nuevo Circo de Caracas hizo entrega de las llaves del edificio al Sindicato Unión y con tal motivo fue realizado un brindis en la mayor cordialidad. El doctor García Chirinos y el señor Capriles hicieron uso de la palabra y el General Mancera contestó en una breve improvisación los elogios tributados, declinando, como de justicia, el mérito del éxito en la causa fundamental de la Paz, que asegura la obra del General Juan Vicente Gómez, la inteligente actuación administrativa del Doctor V. Márquez Bustillos y la eficaz y progresista gobernación del General Juan C. Gómez en el Distrito Federal. A este tributo merecido añadió el orador un saludo a la prensa y un voto cordial de bien para todos los presentes. El acto tuvo así un ambiente simpático y la alegría corrió con el champagne en el bautizo del nuevo edificio”.
(Diario “El Universal” del 26 de enero de 1919).

LA CORRIDA DE LA INAUGURACIÓN DEL NUEVO CIRCO DE CARACAS

Serafín Vigiola “Torquito” y Alejandro Sáez “Alé”, los diestros españoles que inauguraron el Nuevo Circo de Caracas, el 26 de enero de 1919. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez). 

“Con una hermosa tarde en que todo era propicio para el éxito de la fiesta taurina, se inició ayer la temporada de 1919. Desde las primeras horas de la mañana comenzaron a llegar a la ciudad muchos y entusiastas habitantes de los pueblos vecinos; y cuando se inició la romería hacia el estupendo edificio, Caracas agitó sus crótalos delirantes, y las sirenas de los autos, y el trotar de los caballos y la chiquillería bulliciosa, se confundieron en las avenidas que conducen al Circo.
Amplio y soberbio el circo abrió sus puertas, grímpolas de colores engalanaban la altura de su fachada y el viejo sol que tantas veces había caído indolente sobre el barrio en silencio, enjoyó con sus rayos la nueva obra de ornato y de recreo; obra nacida al amparo de la Paz fundada por el General Gómez en la era de la Rehabilitación Nacional.
Satisfechos deben estarlo el General Eduardo G. Mancera y los señores que le secundaron en sus nobles propósitos. Lo que a muchos pareció una quimera, una vana utopía, se miró realizado; el “Nuevo Circo” no fue cosa de sueños; su existencia no fue un mito. Amplio y cómodo, su redondel de palcos fue invadido por atrayentes concurso de damas en donde no faltaron mantillas y claveles y ojos negrísimos, abrasadores y torturantes. En ambos tendidos la concurrencia fue numerosísima. Y cuando tomó asiento el General Carvallo y ordenó tocar el clarín las ocho o diez mil voces que llenaban el Circo poblaron el espacio saludando a la cuadrilla que se lanzó al paseo.
Los diestros Serafín Vigiola “Torquito” y Alejandro Sáez “Alé”, llegando en calesa a la inauguración de la Plaza de Toros Nuevo Circo de Caracas, el 26 de enero de 1919. Foto: Pedro Planas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Serafín Vigiola “Torquito” de grana y oro; y Alejandro Sáez “Alé”, morado y oro, al frente de sus cuadrillas hacen el despejo montera en mano. El público los recibe con prolongados aplausos. Cambiados los capotes de lujo por los de brega. “Torquito” lancea quieto a su primero, y consintiendo mucho, termina con media verónica muy buena, y oye las palmas.
“Torquito”, quien ya se ganó al público, inicia su faena con uno ayudado; dos barriendo los lomos, uno en redondo, uno más de pecho, superior; la res iguala, y entrando a toda ley, deja una estocada un poquitín ladeada, por lo que tiene que descabellar, y lo hace al primer intento. Muchas palmas y vuelta al ruedo.
El segundo es negro bragao. “Alé” le abre la pañosa; torea por navarras y termina tocando el testuz. Palmas. El toro está reservón y no quiere pelea, por lo que el matador está deficiente. Inicia su faena con uno de trinchera, luego otro ayudado, uno de molinete y logra igualarlo. Entra y deja un pinchazo sin soltar. Más ración de franela y el toro se va a las tablas. “Alé” entra despacio y agarra una alta que tumba. Palmas.
El tercero, es devuelto al corral. El sustituto resultó burriciego, por lo que “Torquito” se quedó con el percal inédito. Armado de muleta y espada, echa a fuera a toda la gente y solo y tranquilo en los medios, hace una faena consciente de torero que sabe lo que tiene por delante, que por cierto, no es una pera en almíbar. Aquí se reveló el gran torero que es “Torquito”. Lo toreó con la izquierda, logró igualarlo, y lo tumbó con una hasta los gavilanes. El público aplaude, y “Torquito” da la vuelta al ruedo.
Al cuarto, negro lucero, “Alé” le abre el percal sin muchas ganas, pues nos informan que el chico está un tanto quebrantado (¿Recordará la Giralda?). “Alé”, da muletazos a diestra y siniestra, acompañados de toda la torería. Al fin iguala el toro y entra el diestro para dejar una estocada trasera que mata sin puntilla. Palmas, y división de opiniones.
El quinto es devuelto al corral; pero el sustituto no podía faltar al manoseado adagio de público y cronistas, de que no hay quinto malo. Y he aquí, señores, al maestro “Torquito”, en un palmo de terreno torea quieto, erguido, templando y mandando como el mejor; elevando los pies nos obsequia con cuatro o seis verónicas colosales. El público, de pie aclama al bilbaíno, quien se siente satisfecho del soberano. El matador se prepara para hacer una de las más brillantes faenas: se inicia con un pase con ambas rodillas en tierra, sigue toreando de rodillas, aguantando las tarascadas del morlaco. Suena la música, caen los sombreros a los pies del matador. El toro se recrece, “Torquito” sigue dando pases naturales, de pecho, otro más barriéndole los lomos, agarra el pitón, y pasa la fiera envuelta en la muleta. Señores, esto es el delirio. El toro iguala y el matador entra con la mar de riñones, sepultando el estoque en todo lo alto, saliendo suspendido y el animal cae muerto. La ovación es mayúscula. Petición de oreja que el técnico concede. Sale “Torquito” a los medios de la plaza y se retira luego a la enfermería donde se le apreció, según parte facultativo, una herida leve en la cara posterior del codo izquierdo. Así terminó la faena del quinto. Cuando salió el sexto, aún duraba la ovación. “Alé” en éste estuvo como en los anteriores. No tuvo suerte.
Resumen: Palmas a la Empresa por los esfuerzos realizados. “Torquito”, colosal. “Alé”, regular. “Bombita” y “Niño de Rubio”, sobresalientes en banderillas”.
Vara Corta.
(Diario “El Universal”, 27 de enero de 1919).

LA GRAN AFICIÓN TAURINA CARAQUEÑA

Curiosa fotografía, de izquierda a derecha, aparecen: Los matadores de toros José Carralafuente, Manuel Mejías Rapela "Bienvenida" y Bernardo Muñoz "Carnicerito de Málaga" en el Nuevo Circo de Caracas, Venezuela, acompañados por los pequeños hijos del "Papa Negro", de pantalones cortos: Rafael, Pepe y Manolito "Bienvenida". Año 1920. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En Caracas era tal la afición taurina, que un día se programaron tres corridas de toros en veinticuatro horas. El sábado 8 de marzo de 1919, a las cuatro de la tarde se celebró una corrida en el Circo Metropolitano de Caracas con la participación de los diestros Julián Sáinz “Saleri II” y Gabriel Hernández “Posadero” en corrida homenaje al General Juan Vicente Gómez con reses criollas de Mariara. El mismo sábado por la noche en el Nuevo Circo de Caracas torearon Domingo González Dominguín y Francisco Martín Vázquez, y el domingo por la tarde lidió en solitario cuatro toros de la ganadería del General Juan Vicente Gómez el diestro Saleri II, que ejecutó faenas de gran calidad y variedad siendo fuertemente ovacionado.

Inauguración de Temporada Taurina 1928-1929 en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela). Cuadrilla antes de hacer el paseo: 1. José García “Algabeño”, 2. José Iglesias, 3. Fidel Rosales, 4. Francisco Torres “Pintao”, 5. Manuel Martínez “Viruta”, 6. Eduardo Pérez “Bogotá”, 7. Mariano Moya “Moyita” y 8. Manuel Díaz Domínguez, el novillero de civil. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Para la temporada 1927-1928, el Nuevo Circo de Caracas, fue reformado en su estructura como señala la siguiente crónica publicada en la Revista Billiken: “El Nuevo Circo, el monumental edificio sede de la Tauromaquia metropolitana, ha sido reformado para la temporada que se avecina: el anillo ha sido disminuido, se le ha construido una nueva localidad delantera de los palcos, con las cuales reformas se ha logrado que los espectadores de los tendidos vean, cómodamente sentados, la lidia en todos los tercios del redondel, cosa difícil de alcanzar antes. Y a nosotros, los de la Prensa, se nos ha construido un palco adecuado, cómodo, suficiente y capaz para poder ver y mirar, sin apretujamientos y sin asesores ad-honorem, como antes sucedía”. (Revista “Billiken”. Año 1927).

Hermosa fotografía de la Plaza de La Paz, frente al Nuevo Circo de Caracas, construida por disposición del General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, inaugurada el 19 de diciembre de 1933, constituyendo una obra ornamental en conmemoración del XXV aniversario de la Rehabilitación Nacional. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En el Nuevo Circo caraqueño deberían volver a celebrarse las corridas de toros y otros espectáculos que sirvan para el entretenimiento, el arte y la cultura de nuestra ciudad capital.

Arriba: El Nuevo Circo de Caracas, en una entrañable gráfica de antaño, luciendo su máximo esplendor durante el Gobierno del General Juan Vicente Gómez. Abajo: Rafael Dupouy Gómez, autor del artículo, presente en el histórico coso taurino en el año 1995, cuando todavía los aficionados podían disfrutar las corridas de toros en libertad, sin amenazas y prohibiciones. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez). 
El 13 de noviembre de 1998, el Nuevo Circo de Caracas, fue declarado “Bien de Interés Cultural” por el Instituto de Patrimonio Cultural. Sobre su ruedo desfilaron las más grandes figuras del toreo nacional e internacional. Es lamentable, que mientras la creciente afición taurina en el interior de Venezuela llena las plazas de toros con gran entusiasmo del público durante sus ferias, la entrañable plaza de toros caraqueña, de tanta tradición taurina, donde rivalizaron muchas veces los diestros venezolanos Eleazar Sananes “Rubito” y Julio Mendoza, donde triunfaron el “Diamante Negro” y César Girón, permanezca desde 1997, esperando una mano amiga que la rehabilite y haga el milagro de volver a presentar en su coso, espectáculos taurinos, deportivos y musicales como antaño.
Rafael Dupouy Gómez

miércoles, 19 de enero de 2022

LA MAESTRANZA DE MARACAY CUMPLE 89 AÑOS

  (Por: Rafael Dupouy Gómez)


La hermosa Maestranza de Maracay, Venezuela, inaugurada por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

La Maestranza “César Girón” de Maracay (Venezuela), está cumpliendo 89 años de historia. El bello coso taurino, fue inaugurado por el Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, el 20 de enero de 1933.

Su histórica construcción se debió a la desmedida afición de sus hijos, Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, fundadores de la primera ganadería de toros pura casta de lidia en Venezuela “Guayabita”, empresarios y propietarios de la joya arquitectónica que encomendaron realizar a su gran amigo, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva.

A la izquierda: Los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, impulsores, propietarios y empresarios de la bella Maestranza de Maracay, Venezuela. A la derecha: Su gran amigo, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, artífice de la magnífica plaza de toros. Año 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).  

El cartel de su inauguración lo integraron: el famoso rejoneador español don Antonio Cañero y los matadores de toros, Eleazar Sananes “Rubito” (venezolano), Manolo Bienvenida y Pepe Gallardo (españoles). Los toros lidiados fueron de la ganadería venezolana de “La Providencia”, perteneciente al hierro de los hermanos Gómez Núñez.

Anuncio del cartel de la corrida de inauguración de la Maestranza de Maracay, Venezuela, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Artículo de prensa del año 1933 sobre la gran inauguración de la Plaza de Toros Maestranza de Maracay, Venezuela, en donde se aprecia la fotografía de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez. (Archivo Hnos. Dupouy Gómez).

Impresionante lleno que mostraba la Maestranza de Maracay el día de su inauguración, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El General Juan Vicente Gómez y sus hijos fueron grandes aficionados taurinos que contribuyeron enormemente en el desarrollo de la Fiesta Brava en Venezuela.

El General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, en compañía de su hijo Florencio Gómez Núñez, el día de la inauguración de la Maestranza de Maracay, Venezuela, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez). 

LA GRAN CORRIDA INAUGURAL

Los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, conversando con los diestros españoles Manolo Bienvenida y Pepe Gallardo, momentos antes de realizar el Paseíllo en la tarde inaugural. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

 “Maracay, 20 de enero, 1933.- Con la asistencia del Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República, a quien acompañaba su séquito oficial y un grupo de amigos, se ha celebrado la primera corrida de Feria, inaugurándose solemnemente la bella, coqueta y modernísima plaza de toros de la capital de Aragua.

La presencia del primer ciudadano del país fue saludada con las notas del himno nacional, siendo aclamado por la multitud. El circo, repleto en todas sus localidades y graciosamente adornado con banderolas tricolores, presentaba un aspecto imponente. Casi todas las damas que prestigiaron el espectáculo vestían a la típica usanza española, brindando un supremo y seductor encanto. Lindos y espléndidos rostros de mujeres realzaban la primera corrida de feria, dignos de los pinceles de aquel Julio Romero de Torres, “el Faraón de los pintores”.

(“Conde Federico”, Diario “El Universal”, 21 de enero de 1933).

Recordaba mi abuelo Florencio Gómez Núñez, aquella memorable fecha histórica:

“Para la inauguración de la Maestranza de Maracay, contratamos mi hermano Juan Vicente y yo a Manolo Bienvenida, primera figura del toreo de España, que era muy amigo de nosotros desde su juventud. Trajimos a Pepe Gallardo que cumplía una excelente temporada novilleril y había recibido recientemente la alternativa en Barcelona (España).

Mi gran amigo don Antonio Cañero, el famoso rejoneador español, también vino contratado por nosotros y se presentó con sus hermosas jacas brindándonos momentos de gran belleza, habilidad y destreza como consumado caballista. No tuvo suerte con los toros que le tocaron en suerte, porque acometieron poco a su cabalgadura. Recuerdo que le brindó a papá, el Gral. Juan Vicente Gómez, su primer rejón, dando muerte al primer toro que se lidiaba en la Maestranza de Maracay.

Yo influí mucho en la elección del torero que matara, de lidia ordinaria, el primer toro en la Maestranza de Maracay. Fue mi deseo incluir en el cartel inaugural a mi compadre, Eleazar Sananes “Rubito”, en primer lugar, por ser venezolano y en segundo lugar, por ser un ídolo taurino que a pesar de sus años retirado, se mantenía vivo en el recuerdo de los aficionados.

Eleazar Sananes “Rubito”, no estuvo bien esa tarde debido a sus años de inactividad. Tenía tres años retirado del toreo y eso influyó en su actuación. Para mí significó un gran honor y orgullo poder contar con él dentro del cartel como representante de Venezuela, porque fui muy aficionado del toreo de Eleazar Sananes. Siempre lo admiré y me identifiqué como un “Rubitero”, furibundo.

Pepe Gallardo, estuvo muy valeroso y decidido. Con el capote bordó unas verónicas realmente colosales, pero con la muleta no logró sacar partido a sus enemigos y estuvo errático con la espada”.

EL TRIUNFO FENOMENAL DE MANOLO BIENVENIDA

Juan Vicente Gómez Núñez en compañía de Manolo Bienvenida, el diestro triunfador en la corrida inaugural de la Maestranza de Maracay, Venezuela, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Continúa evocando entrañables recuerdos de aquella tarde, mi abuelo Florencio Gómez Núñez:

El torero triunfador aquella tarde fue Manolo Bienvenida, que le cortó las dos orejas y el rabo a un toro media casta de nuestra ganadería “La Providencia”. Manolito toreó estupendamente bien con el capote, con una gracia y clase propia de la escuela sevillana. Destacó enormemente en el tercio de banderillas, logrando formidables y variados pares que levantaron al público de sus asientos. Con la muleta realizó una gran faena al toro media casta que era muy bravo y noble. Templando y mandando con suavidad, hilvanó tandas de muletazos llenos arte y calidad. Luego de dar muerte al toro, el público se desbordó en aplausos y aclamaciones, otorgándosele los máximos trofeos.

Manolo Bienvenida, nos invitó a mi hermano Juan Vicente y a mí a bajar al redondel para compartir con él su triunfo. Recuerdo que al toro le concedieron dos vueltas al ruedo y yo le lancé mi sombrero cordobés, llevándoselo el toro en el arrastre”.

Así reseñó la crónica taurina la histórica faena de Manolito Bienvenida en la inauguración de la Maestranza de Maracay:

“Manolito Bienvenida fue el héroe de la jornada. Toreó de capa magistralmente, derrochando finura y elegancia. Con las banderillas conmocionó la plaza, sentando cátedra de rehiletero. Sus pares de palos fueron un asombro de dominio, valor y gallarda pinturería. Su labor como banderillero ha sido algo sencillamente inmensa, inverosímil, fantástica.

Los seis pares que clavó esta tarde bien lo acreditan como el primer palitroquero del mundo. Con la muleta hizo cosas inenarrables, brindando a los espectadores, atónitos ante tanta majeza y sabiduría emanados de un solo torero, un curso completo de bien torear. Le cupo en suerte el toro mejor del encierro, un bravo y nobilísimo media casta, con el que realizó la faena cumbre de la tarde. Imposible describir con detalles labor tan enorme, pues faltan adjetivos. Con una estocada al tercer viaje, entrando con guapeza, tiró patas arriba al extraordinario pupilo de “La Providencia”, otorgándosele por demanda unánime y en medio de una atronadora ovación las dos orejas y el rabo del toro media casta.

La plaza crujía de ardoroso entusiasmo, siendo obsequiado Manolito con artísticos ramos de flores, que paseó en triunfo por el redondel bajo una lluvia de sombreros. Al toro, dechado de nobleza y bravura, se le concedieron merecidamente dos vueltas de honor al ser arrastrado, teniendo que saltar al ruedo los entusiastas y jóvenes ganaderos señores Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, dueños de “La Providencia”, requeridos por los espadas y por el público. Gesto muy simpático, por lo flamenco y espontáneo, fue el de Florencio al ofrecer su castizo cordobés al toro muerto, llevándoselo en el arrastre colgado de un pitón.

Con su portentosa faena muleteril en su primera y brillante actuación en la corrida de inauguración de las Arenas de Maracay, Manolo Bienvenida se ha consagrado ante la afición venezolana. Manolito Maravilla, el torero de la muñeca de cristal”.

(“Conde Federico”, Diario “El Universal”, 21 de enero de 1933).

La Maestranza "César Girón" de Maracay, fue declarada Monumento Histórico Nacional en la Gaceta Oficial Nº 35.441 del 15 de abril de 1994.

La familia taurina presente en la Maestranza de Maracay (Venezuela). Composición fotográfica en donde aparece el General Juan Vicente Gómez, contemplando orgulloso la magnífica obra, inaugurada por él en 1933. En el ruedo, don Florencio Gómez Núñez, entusiasta propietario e impulsor del bello coso. Su hija, Rosa Elena Gómez Arráiz y sus nietos Juan Florencio, Rafael y Miguel Dupouy Gómez, disfrutando en el histórico Palco, uno de sus muy celebrados aniversarios. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Enhorabuena, Maestranza “César Girón” de Maracay, joya arquitectónica, orgullo de Venezuela. Plaza de toros llena de historia, donde se han presentado las más grandes figuras del toreo. 

¡Felicidades por cumplir 89 años! siendo la cantera taurina venezolana y una de las plazas de toros más bellas del mundo.

Rafael Dupouy Gómez

Pueden disfrutar el siguiente video sobre la historia de la Maestranza de Maracay:



martes, 11 de enero de 2022

JAIME OSTOS GRANDE ENTRE LOS GRANDES

(Por: Rafael Dupouy Gómez)

El maestro Jaime Ostos en la Monumental de Las Ventas de Madrid. Foto: Villa. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez). 

El 8 de enero de 2022, falleció a los 90 años de edad, el gran maestro Jaime Ostos, a consecuencia de un repentino ataque al corazón en Colombia. Su "Corazón de León", dejó de latir, dejando para siempre esta vida que tanto disfrutó como torero de enorme prestigio, prestancia y señorío. Fue cremado y sus cenizas retornarán pronto a España en donde le esperan sus familiares, admiradores y amigos del mundo del toro para despedirlo con el afecto, recuerdo y cariño que se merece.

El maestro Ostos, previamente, había estado bastante delicado de salud por haberse contagiado del Covid-19, lo que le hizo perder mucho peso, evidenciándose su frágil aspecto físico, lo que representaba a su avanzada edad, alarma y preocupación. Sin embargo, sus ganas de vivir y su espíritu de lucha, le hicieron sobreponerse y animarse a "cruzar el charco" despidiéndose para siempre, en tierras americanas, comenzando el Año Nuevo 2022.

Durante mi niñez, muchas veces escuché su nombre en las frecuentes tertulias taurinas familiares con mi abuelo Florencio Gómez Núñez, siendo considerado por él como un torero de una raza y valor impresionante que compartió cartel con las mejores figuras de su tiempo.

El maestro Ostos, apadrinó las alternativas de dos toreros venezolanos, los diestros Tomás Parra y Carlos Rodríguez "El Mito".

Por razones de edad, nunca tuve la fortuna de poder verlo torear pero en casa, mis hermanos y yo, disfrutamos algunas películas suyas, demostrando todo su arte y poderío durante la lidia.   

La muleta poderosa de Jaime Ostos. Foto: Jesús. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Jaime Ostos Carmona, nació en Écija (Sevilla), España, el 8 de abril de 1931. Provenía de una familia acomodada, por lo que le llamaban el "Señorito Torero". El 1 de junio de 1952 se presentó de luces, sin picadores, con su paisano Bartolomé Jiménez Torres, ante reses de Juan Belmonte. Su debut con picadores ocurrió en Osuna, el 5 de abril de 1953, junto a Bartolomé Jiménez Torres y Braulio Lausín.

Uno de sus apoderados fue José Ignacio Sánchez Mejías. Lo anunciaban en sus comienzos como un "Revolucionario del Toreo".

Jaime Ostos en compañía de su apoderado José Ignacio Sánchez Mejías y familia. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Jaime Ostos, indudablemente, fue un torero valiente, de corte clásico, muy honrado, magnífico estoqueador que demostró una gran dignidad torera y rápida capacidad de reponerse ante las adversidades, que fueron muchas en su carrera profesional.

El 16 de mayo de 1962, salió por la Puerta Grande a hombros de la plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, tras cortar tres orejas. Ostos fue el primer diestro que cumplió la ordenanza taurina en conseguir la Puerta Grande, con la obligatoriedad de cortar al menos dos orejas en la catedral del toreo.

En 1962, lideró el escalafón taurino junto a Diego Puerta con 79 corridas.

Recibió 25 cornadas en su carrera. El 17 de julio de 1963, la más grave de ellas, ocurrió en Tarazona de Aragón, donde fue operado y recibió la extremaunción. Ángel Peralta le detuvo la gran pérdida de sangre con una sábana y el Dr. Val-Carreres le salvó su vida y la pierna. Le llamaron cariñosamente Jaime "Corazón de León".

En la plaza de toros Maestranza de Caballería de Sevilla, se presentó 37 tardes como matador de toros. Actuó 8 novilladas con picadores y 1 Festival. Fue triunfador de muchas Ferias de Abril, los años: 1957, 1958, 1962, 1964, 1965 y 1968.

En la Feria de San Isidro de Madrid, en la plaza de toros Monumental de Las Ventas tuvo 22 actuaciones y cortó 6 orejas.

En la Plaza Monumental de Pamplona, España, Jaime Ostos estuvo presente 7 temporadas. Actuó en 17 tardes, lidiando 33 toros, cortando 14 orejas y 1 rabo.

ALGUNAS DE SUS DESTACADAS ACTUACIONES

Soberbio derechazo de Jaime Ostos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 5 de julio de 1953, en la plaza de toros Maestranza de Caballería de Sevilla, Jaime Ostos debutó como novillero cortando tres orejas, junto al mexicano Miguel Ángel y Andrés Luque Gago, ante novillos de don Felipe Bartolomé, saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe. Sus dos faenas fueron de calidad y emoción.

El 15 de agosto de 1953, en la plaza de toros Maestranza de Caballería de Sevilla, Jaime Ostos fue el triunfador de la tarde al cortar una oreja, a un novillo de Salvador Guardiola. Alternó con Victoriano Posada y "Chicuelo II".

El 23 de junio de 1955, Jaime Ostos debutó como novillero en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid con Joaquín Bernadó que también debutaba y Miguel Montenegro con toros del marqués de Villagodio. Ostos dio una vuelta al ruedo.

El 15 de septiembre de 1955, Jaime Ostos se presentó por primera vez en la Plaza Monumental de Valencia, España. Cortó su primera oreja en ese coso y salió herido por un toro.

El 9 de octubre de 1955, en la Plaza Monumental de Valencia, España, Jaime Ostos tuvo un triunfo importante, al cortar tres orejas y un rabo, saliendo a hombros.

El 23 de octubre de 1955, se celebró la corrida del "Montepío de Policía". Jaime Ostos cortó una oreja en la Maestranza de Sevilla, a un toro de Antonio Pérez, siendo el triunfador Gregorio Sánchez, que cortó dos apéndices auriculares. Como tercer espada estuvo "El Pío".

Salida a hombros por la Puerta del Príncipe como novillero de Jaime Ostos, el 1 de octubre de 1956, en la Maestranza de Sevilla. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 1 de octubre de 1956, en la Maestranza de Sevilla, Jaime Ostos se despidió como novillero, cortando tres orejas, saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe. Alternó junto a "El Pío" y Rafaelito "Chicuelo". Los toros eran de Antonio Pérez.

Alternativa de Jaime Ostos en Zaragoza, España, el 13 de octubre de 1956, siendo su padrino Miguel Báez "Litri" y actuando como testigo, Antonio Ordóñez. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 13 de octubre de 1956, Jaime Ostos tomó la alternativa en Zaragoza, durante la Feria del Pilar. El padrino de la ceremonia fue Miguel Báez "Litri" y como testigo, Antonio Ordóñez. El toro de su alternativa se llamó “Hojalatero” de Antonio Urquijo, al que le cortó una oreja. Ese día, uno de sus banderilleros, José Blanco, fue cogido en el burladero resultando con cornada muy grave en la ingle hasta el abdomen. Esa temporada, en 52 corridas que toreó cortó orejas en 46 tardes. El toro de su alternativa se lo brindó a su apoderado, José Ignacio Sánchez Mejías y fue el más grande y pesado de la corrida, triunfando ruidosamente. También, le brindó un toro al famoso escritor Ernest Hemingway.

El 28 de abril de 1957, Jaime Ostos triunfó en la Maestranza de Sevilla, al cortarle una oreja a un toro de Antonio Pérez. Completaron el cartel Miguel Báez "Litri" y el portugués Paco Mendes.

En la plaza de toros Monumental de Pamplona, España, Jaime Ostos el año 1957, en tres tardes, cortó seis orejas y un rabo, siendo el triunfador de la Feria.

El 8 de julio de 1957, en la Plaza Monumental de Pamplona, España, Jaime Ostos tuvo su mejor actuación de la Feria de San Fermín, al cortar cuatro orejas y un rabo; éste último a un toro de Manuel Arranz que se lidió en sexto lugar. Antonio Ordóñez cortó tres orejas y el venezolano César Girón no pudo estar bien esa tarde.

El 27 de octubre de 1957, debutó en la histórica Plaza de Acho de Lima, Perú, cortando una oreja. Fue cogido en su segundo toro y luego de ir a la enfermería regresó al ruedo, perdiendo la oreja por el estoque. Los toros lidiados pertenecieron a la ganadería de "La Viña" y participaron los diestros Miguel Báez "Litri", que cortó dos orejas y Manolo Vázquez.

El 10 de noviembre de 1957, en la Plaza de Acho de Lima, Perú, Jaime Ostos consiguió su gran tarde, al cortar tres orejas, dos a su primero y una, a su segundo de la ganadería de "Huando", saliendo a hombros de la plaza. Alternó con Manolo Vázquez y Paco Mendes.

Jaime Ostos conquistó el premio "Escapulario del Señor de los Milagros" de Lima, Perú, el año 1957.

Natural de Jaime Ostos en la Maestranza de Sevilla, el 18 de abril de 1958. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 18 de abril de 1958, en la Maestranza de Caballería de Sevilla se lidiaron cinco ejemplares de Sánchez Cobaleda y uno, de Antonio Pérez. Jaime Ostos y "Chamaco" fueron los que estuvieron mejor esa tarde, cortando cada uno, una oreja. Ostos realizó una faena valiente y destacó al ejecutar la suerte suprema. El otro diestro fue Antonio Ordóñez. Señalan que el famoso pintor y cartelista valenciano Juan Reus, se inspiró en la famosa fotografía de Cuevas, de esa tarde, de Ostos matando a su primer toro, con un magnífico volapié, a un ejemplar de Cobaleda.

Jaime Ostos siempre se destacó como un magnífico estoqueador como se aprecia en la excelente fotografía de Cuevas. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 20 de abril de 1958, hubo una excelente tarde de toros en la Maestranza de Caballería de Sevilla donde los diestros Rafael Ortega, Antonio Ordóñez y Jaime Ostos cortaron cada uno dos orejas. Ostos, cortó una a cada astado que enfrentó. Los toros pertenecieron a la ganadería de Antonio Pérez.

El 23 de abril de 1958, su primer toro de Villamarta lo corneó en la Maestranza de Sevilla. El triunfador de la tarde, fue el venezolano Curro Girón que cortó dos orejas, una a cada enemigo. Actuó también Rafael Ortega.

El 17 de mayo de 1958, Jaime Ostos confirmó su alternativa en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid. El padrino de la ceremonia fue Antonio Bienvenida, actuando como testigo, Gregorio Sánchez. El toro de su confirmación se llamó “Famosito”, de Juan Cobaleda Sánchez. Esa tarde, Antonio Bienvenida sufrió una gravísima e impresionante cornada en el cuello, que le impidió torear a su segundo toro y casi le costó la vida.

A la izquierda, un magnífico estatuario y a la derecha, un pase natural de Jaime Ostos. Foto: Vega. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 19 de mayo de 1958, Jaime Ostos cortó su primera oreja en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid como matador de toros a un ejemplar de Carlos Núñez. Compartió cartel con Antonio Ordóñez y Gregorio Sánchez; hecho que repitió, en la misma plaza, el 24 de mayo de 1958, a un toro sobrero de María Dolores de Juana de Cervantes, alternando con Julio Aparicio y Manolo Vázquez, quien también cortó un apéndice.

El 17 de abril de 1960, en la Plaza Monumental de Valencia, España, Jaime Ostos fue el padrino de la alternativa de Paco Camino, actuando como testigo Juan García "Mondeño". El toro de la ceremonia, se llamó "Mandarín" de la ganadería de Urquijo, marcado con el número 103 y de 475 kilos de peso.

El 7 de julio de 1960, día de San Fermín, en la Plaza Monumental de Pamplona, España, resultó herido gravemente por un toro de Pablo Romero.

Jaime Ostos ejecutando un pase de pecho. Foto: Arjona. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En la Feria de Valencia de 1960, en España, Jaime Ostos en la cuarta corrida realizó una gran faena al sexto toro de la tarde, de doña María Teresa Oliveira, al que toreó muy bien con la mano izquierda de muleta y mató espectacularmente con un certero volapié, consiguiendo las dos orejas, saliendo a hombros. En esa misma Feria, Ostos realizó otra gran faena a un toro sobrero (el noveno de la tarde) de don Manuel Francisco Garzón, matándolo de otra soberbia estocada, que le valieron las dos orejas y el rabo, saliendo a hombros, a las nueve de la noche por las calles de Valencia. Cabe destacar, que Jaime Ostos fue el triunfador de las Ferias de Málaga, Vitoria y La Coruña ese año.

En el mes de agosto de 1960, Jaime Ostos realizó a un toro de Miura, una gran faena, cortándole las dos orejas y el rabo. Esta faena impresionó al escritor francés Jean Cau, secretario de Jean Paul Sartre, para escribir su libro "Las dos orejas y el rabo" que publicó en 1962, inspirado por el torero Jaime Ostos.

El 30 de abril de 1962, Jaime Ostos cortó dos orejas; una a cada ejemplar de Arellano, en la Maestranza de Sevilla, siendo el triunfador de la tarde. Le acompañaron los diestros Curro Romero y Paco Camino.

El 4 de mayo de 1962, Jaime Ostos volvió nuevamente a triunfar en la Maestranza de Sevilla, lidiando toros de Peralta, cortando dos orejas; una a cada toro. Completaron el cartel Curro Romero y Santiago Martín "El Viti". Jaime Ostos conquistó el premio "La Oreja de Oro" de la Feria de Abril de Sevilla esa temporada.

En una entrevista del año 1962, el diestro Jaime Ostos manifestó que la faena de su vida la había realizado hasta esos momentos, en Murcia, ante un toro de Julio Aparicio, esa temporada.

El 16 de mayo de 1962, en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid, Jaime Ostos obtuvo un gran triunfo saliendo por la Puerta Grande a hombros, tras cortar tres orejas. A Ostos, le concedieron las dos orejas, de su primero, y una oreja, de su segundo. Los toros pertenecieron a la ganadería de Francisco Galache, y lo acompañaron esa tarde los diestros Julio Aparicio y Paco Camino. Sería su única Puerta Grande conseguida en el coso Venteño.

De izquierda a derecha: La máxima figura del toreo venezolano César Girón, Jaime Ostos y Antonio Binvenida, en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid, el 17 de mayo de 1962. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 17 de mayo de 1962, Jaime Ostos lidió reses de la famosa ganadería de Pablo Romero, escuchando palmas en ambas faenas realizadas en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid. Compartió cartel con Antonio Bienvenida y el venezolano César Girón. 

El 23 de mayo de 1962, en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron toros de Atanasio Fernández, para los diestros Julio Aparicio, Jaime Ostos y Andrés Vázquez. Aparicio cortó dos orejas a su segundo; Vázquez, dos orejas a su primero; y Ostos cortó una oreja a su primero y recibió una ovación en su segundo. A los tres matadores de toros se los llevaron a hombros por la Puerta Grande, a pesar de la obligatoriedad que existe de cortar dos orejas.

En Pamplona, España, Jaime Ostos en la Feria de San Fermín de 1962, tuvo dos actuaciones, lidió cuatro toros y cortó tres orejas. El 9 de julio, salió a hombros junto a Gregorio Sánchez, al cortarle dos orejas a un toro de la ganadería del Conde de la Corte. Diego Puerta completaba el cartel. El año siguiente, en la misma plaza, Ostos volvió a presentarse dos tardes, lidió cuatro ejemplares y cortó cuatro orejas.

El 4 de agosto de 1962, en Málaga, se celebraron dos corridas en el mismo día. En la tarde, hubo un mano a mano entre Antonio Ordóñez y Paco Camino, que fue poco exitoso. En la noche, se enfrentaron Ordóñez y Camino junto a Jaime Ostos, quien salió triunfador cortando cuatro orejas y dos rabos, a toros de Atanasio Fernández.

El 23 de septiembre de 1962, en la Plaza Monumental de Barcelona, España, Jaime Ostos realizó una gran faena al peligroso toro "Cortijano", en la Feria de la Merced, recibiendo una ovación apoteósica.

En Colombia, de izquierda a derecha: El diestro colombiano Pepe Cáceres, Santiago Martín "El Viti" y Jaime Ostos antes de hacer el paseíllo. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En la Feria de Manizales de 1963, en Colombia, Jaime Ostos conquistó el trofeo de la Feria en una discutida decisión junto a Santiago Martín "El Viti". Ostos toreó tres tardes y en la cuarta corrida de la Feria realizó una excelente faena de apoteosis, cortando las dos orejas a un toro de la ganadería de Félix Rodríguez, en cartel que compartió con el colombiano Pepe Cáceres y "El Viti".

El gran cronista taurino venezolano Dr. Pepe Cabello en el acto de entrega del reconocimiento a Jaime Ostos como triunfador en la Feria de Manizales, Colombia.

El 19 de marzo de 1963, Día de San José, recibió una cornada en la Plaza Monumental de Valencia, España.

El 17 de julio de 1963, en Tarazona de Aragón, sufrió la cornada más grave de su carrera, en el vientre, alternando con Santiago Martín "El Viti" y "El Caracol". Se le dio por muerto en la enfermería, perdiendo cinco litros de sangre, recibiendo el sacramento de la extremaunción. El toro se llamó “Nevado” de Matías Ramos.

Muchas y algunas de extrema gravedad, fueron las cornadas sufridas por la entrega y exposición de Jaime Ostos como la que se aprecia, siendo conducido rápidamente a la enfermería. Foto: Cano. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 21 de mayo de 1964, en la plaza de toros Maestranza de Caballería de Sevilla, Jaime Ostos cortó dos orejas a un toro de la ganadería de Benítez Cubero. Manolo Vázquez y Paco Camino le acompañaron esa tarde. También, había triunfado en Zaragoza y Madrid. Ese año protagonizó la película "Valiente".

El 25 de marzo de 1965, en la plaza portátil de "La Guacamaya", en Valencia, Venezuela, Jaime Ostos le otorgó la alternativa al venezolano Tomás Parra, siendo Luis Segura el testigo de la ceremonia. Se lidiaron tres toros de "Campo Alegre" y tres de "Santacilia". El toricantano cortó una oreja y escuchó una fuerte ovación. 

A la izquierda: Alternativa del torero venezolano Tomás Parra, actuando como padrino Jaime Ostos y testigo Luis Segura en la plaza portátil de "La Guacamaya" en Valencia, Venezuela, el 25 de marzo de 1965. A la derecha: Alternativa de Carlos Rodríguez "El Mito", diestro venezolano apadrinado por Jaime Ostos, actuando como testigo Gregorio Lalanda en la plaza de toros de Vista Alegre en Madrid, España, el 24 de septiembre de 1972. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Jaime Ostos toreó en su segunda actuación, junto a Antonio Ordóñez y el venezolano Ramón Montero "Maravilla", éste último, cortó una oreja. Finalmente, Jaime Ostos actuó por tercera vez, y junto a Luis Segura cortaron orejas; completaron el cartel "Maravilla" y los colombianos hermanos Zuñiga, Manolo y "Joselillo de Colombia".

El 25 de abril de 1965, en el histórico coso sevillano de El Baratillo, Jaime Ostos cortó dos orejas a un toro de don Alipio Pérez Tabernero, siendo el triunfador de la tarde. También actuaron, el rejoneador Fermín Bohórquez y los diestros Curro Romero y "El Pireo".

El 19 de mayo de 1965, en la plaza de toros de Valladolid, Jaime Ostos fue el padrino de la alternativa de Sebastián Palomo Linares, siendo el testigo Juan García "Mondeño". Esa tarde, Palomo Linares cortó cuatro orejas; "Mondeño" dos orejas y rabo; y Jaime Ostos, una oreja, con vuelta al ruedo.

Ese año, hasta el 30 de julio de 1965, Jaime Ostos en 31 corridas había cortado 27 orejas y 2 rabos.

A la izquierda: Jaime Ostos conversa con el crítico taurino venezolano Dr. Pepe Cabello, con quien mantuvo una gran amistad. (Foto: Cuevas). A la derecha: El Dr. Pepe Cabello, recibiendo en España un emotivo brindis del maestro Jaime Ostos. (Foto: Cano).

El 19 de diciembre de 1965, Jaime Ostos confirmó su alternativa en la Plaza de Toros Monumental de México, de manos de Manuel Capetillo con el toro “Perla Negra” de "Santacilia", con Manuel Espinosa "Armillita" de testigo, que también confirmó esa tarde, con “Pichoncito”. Ostos toreó en esa plaza, tres tardes, sin éxito.

El 29 de mayo de 1966, en la Plaza Monumental de Las Ventas de Madrid, ante toros de Miura, actuaron Antonio Bienvenida, Jaime Ostos y Fermín Murillo. Ostos recibió dos grandes ovaciones en su presentación.

En las Ferias de Valencia, San Sebastián y Málaga de 1966, Jaime Ostos fue el triunfador indiscutible, demostrando su maestría, valor y arte.

El 1 de octubre de 1966, en la Maestranza de Sevilla, se lidiaron tres toros de Bohórquez y tres de Urquijo, en una excelente tarde, donde Francisco Rivera "Paquirri" cortó tres orejas, saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe y una oreja cortaron Jaime Ostos y Manuel Benítez "El Cordobés".

El 19 de abril de 1967, en la plaza de toros Maestranza de Caballería de Sevilla, se lidiaron tres toros de la ganadería de María Pallarés y tres, de García Barroso, en la corrida reaparición de Rafael Ortega, quien cortó una oreja. Jaime Ostos fue el que mejor estuvo esa tarde, al cortar dos orejas; una, a cada ejemplar. Antonio Chenel "Antoñete" completó el cartel.

Un extraordinario natural de Jaime Ostos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 24 de abril de 1967, en la Maestranza de Sevilla y ante toros de Urquijo, Curro Romero cortó dos orejas y el rejoneador Rafael Peralta y el diestro Jaime Ostos cortaron una oreja. Actuó con ellos, Miguel Báez "Litri", quien fue herido por un toro.

El 23 de abril de 1968, Jaime Ostos volvió a triunfar en la Maestranza de Sevilla al cortar dos orejas. Le acompañaron, José Fuentes y Francisco Rivera "Paquirri". Se lidiaron cinco toros de "Torrestrella" y uno, de la Viuda de Garrido.

El 1 de octubre de 1967, en la Plaza de Toros Maestranza de Caballería de Sevilla, a Jaime Ostos le fue impuesta la "Cruz de Beneficencia" por su amplia solidaridad al haber realizado muchos Festivales taurinos benéficos.

De izquierda a derecha: El diestro colombiano Pepe Cáceres, el español Jaime Ostos y el venezolano Curro Girón, el 21 de octubre de 1967, en Barinas, Venezuela. Foto: Jansen. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 21 de octubre de 1967, en Barinas, Venezuela, Jaime Ostos, cortó una oreja a su primer toro y escuchó música durante su segundo, en la primera corrida de la Feria, alternando con el colombiano Pepe Cáceres y el venezolano Curro Girón, ante toros de Clara Sierra. Al día siguiente, en la segunda corrida de Feria, Ostos cortó otra oreja; no obstante, el triunfador fue el venezolano Efraín Girón que cortó dos orejas y completó el cartel Curro Girón, ante toros de Félix Rodríguez.

Un derechazo de Jaime Ostos, el 21 de octubre de 1967, en Barinas, Venezuela. Foto: Jansen. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).


Jaime Ostos, agradeciendo al público, dando la vuelta al ruedo luego de cortar una oreja, el 21 de octubre de 1967, en Barinas, Venezuela. Al fondo, se aprecia al eficiente subalterno "Pedrucho de Canarias". Foto: Jansen. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 23 de mayo de 1968, en la Maestranza de Sevilla, Jaime Ostos cortó cuatro orejas, dos a cada toro de la ganadería de la Viuda de Garrido, saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe. Era la corrida a beneficio de la Cruz Roja. Actuaron con él, Manolo Vázquez y Rafael Roca.

En la Maestranza de Sevilla, Jaime Ostos saliendo a hombros por la Puerta del Príncipe, el 23 de mayo de 1968. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 26 de mayo de 1968, en la Plaza de Vista Alegre de Carabanchel, el venezolano César Girón, Jaime Ostos y "Carnicerito" cortaron cada uno, una oreja, ante ganado de don Alipio Pérez Tabernero.

El 12 de abril de 1969, en la Maestranza de Sevilla, Jaime Ostos y Paco Camino, cortaron una oreja, ante reses de "Torrestrella". Completó el cartel Pepe Limeño.

De izquierda a derecha: Jaime Ostos, Carlos Rodríguez "El Mito", el apoderado de éste Luis de la Fuente y Gregorio Lalanda, el día de la alternativa del diestro venezolano, el 24 de septiembre de 1972, en la plaza de toros de Vista Alegre en Carabanchel, Madrid, España. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 24 de septiembre de 1972, en la plaza de toros de Vista Alegre de Carabanchel, Madrid, España, Jaime Ostos fue el padrino de la alternativa del venezolano Carlos Rodríguez "El Mito" cediéndole el toro "Minero", marcado con el número 121, de la ganadería de Victorino Martín procedentes de Albaserrada, al que el toricantano cortó una oreja. El testigo de la ceremonia fue Gregorio Lalanda.

El 30 de septiembre de 1972, en la tradicional Feria de San Miguel, en la Maestranza de Caballería de Sevilla, Ostos cortó una oreja a un toro de Celestino Cuadri.

Se retiró de los ruedos en 1974 y reapareció en 1977.

El 25 de abril de 1980, en la Maestranza de Caballería de Sevilla, Jaime Ostos toreó por última vez en ese histórico albero. Fue ante reses de "Torrestrella" y junto a Francisco Rivera "Paquirri", quien fue el triunfador, al cortar dos orejas y Ángel Teruel.

El 24 de mayo de 1980, Jaime Ostos toreó su última corrida en la Feria de San Isidro de Madrid, junto a Palomo Linares y Manolo Cortés, ante ganado de Luis Albarrán.

Jaime Ostos, despidiéndose muy emocionado en su natal Écija, mientras Bartolomé Jiménez Torres, su paisano, le corta la coleta. Así se marchó definitivamente, el 12 de octubre de 1980, un valiente del toreo. Foto. Valderrama. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El 12 de octubre de 1980, en Écija, se despidió ante sus paisanos, en la Corrida de la Cruz Roja, actuando con Tomás Campuzano y Mario Triana, lidiando toros de don Carlos Núñez. Posteriormente, participó en algunos Festivales taurinos, dedicándose a sus negocios personales.

Desde Venezuela, he querido rendir tributo a este fenomenal, valeroso y poderoso maestro que bien merece su sitio especial entre las figuras que sobresalieron en su tiempo por su arte, facultades y buenas maneras de interpretar el toreo.

Que Dios lo tenga en su Gloria. Paz a su alma.

Rafael Dupouy Gómez.