sábado, 17 de mayo de 2025

CÉSAR FARACO: 70° ANIVERSARIO DE SU ALTERNATIVA

(Por: Rafael Dupouy Gómez)

El venezolano César Faraco recibe la alternativa de manos del maestro Antonio Bienvenida, en la plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, España, el 13 de mayo de 1955. Semanario Taurino "El Ruedo". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El pasado día, 13 de mayo de 2025, se cumplió el 70° Aniversario de una efeméride importante para la historia del toreo venezolano, me refiero a la alternativa del inolvidable maestro merideño César Faraco el "Cóndor de los Andes", muy querido y siempre recordado amigo.

Lo conocimos desde niños, cuando nuestro abuelo Florencio Gómez Núñez, gran amigo de la familia Bienvenida y de César Faraco, nos hablaba siempre de él con cariño y admiración, especialmente, por su constante dedicación como principal figura del toreo nacional. Se distinguió por su don de gente, su trato respetuoso, sincero, afectuoso, cálido, sencillo, caballeroso y educado.

Las personas que tuvimos la fortuna de conocerlo personalmente, nunca olvidaremos su gran calidad humana.

Los comienzos de César Faraco fueron duros. Se mantuvo luchando tenazmente por abrirse camino en España. Su gran amigo, el ídolo venezolano Luis Sánchez Olivares "Diamante Negro", fue quien lo orientó y guió por el camino correcto en un momento en el que César se sintió perdido y decepcionado de su carrera.

El "Diamante Negro", le tendió la mano a su compatriota, llevándolo a la casa de la familia Bienvenida en la calle General Mola Nº 3, para presentarle al "Papa Negro", quien se convertiría después en su mentor y apoderado al observar sus facultades y buenas maneras de interpretar el toreo.

El "Cóndor de los Andes", gracias a la disciplina, técnica y formación dirigida por don Manuel Mejías Rapela, el inolvidable "Papa Negro", se convirtió en el primer torero no español, que durante la Feria de San Isidro, recibió la alternativa como matador de toros en la Monumental de Las Ventas de Madrid, el 13 de mayo de 1955, siendo su padrino Antonio Bienvenida, actuando como testigo Manolo Vázquez.     

A continuación, comparto con los amables lectores, la crónica de la corrida, publicada en el Semanario Taurino "El Ruedo", escrita por Barico, que conservamos en nuestro archivos:

LAS CORRIDAS DE LA FERIA DE SAN ISIDRO

PRIMERA CORRIDA. Dos toros de Carlos Núñez y cuatro de Prieto de la Cal para Antonio Bienvenida, Manolo Vázquez y César Faraco, que tomó la alternativa. 

Puestas en olvido las obligaciones que los ganaderos tienen con todos los públicos, y señaladamente con el de Madrid, en estas corridas de la feria de San Isidro, ya que en Madrid se da tanta importancia como en Plaza alguna y más que en la mayoría al toro, no pudo ser dada como de recibo la corrida que encabezaba el cartel del primer festejo taurino de esta feria. Y el tal cartel tuvo que ser remendado, en lo que al ganado se refiere, para anunciar a última hora que serían lidiados tres toros de ganadería de Carlos Núñez y otros tantos de la de Prieto de la Cal. Tampoco esto fue posible, pues el tercero de Núñez fue protestado con toda justicia y sustituido por otro de Prieto de la Cal, con lo que la corrida quedó con dos toros de Núñez y cuatro de Prieto de la Cal, jaboneros tres de éstos.

EL GANADO

La primera res que pisó el ruedo en esta feria de San Isidro, y con la que tomó la alternativa el venezolano César Faraco, estaba marcada con el número 12 y llevaba el nombre de "Bocinero". Fue pequeña y nada brava. Tomó la primera vara sin codicia, se dolió en el segundo encuentro y salió suelta del tercero. En el segundo tercio se puso difícil y llegó al último punteando, muy a la defensiva cuando embestía, cosa que rara vez hizo. Manso sin paliativos. Dio en bruto 470 kilos de peso.

El segundo toro, también de Núñez, disimulaba su poco trapío con una bien armada cabeza. Salió huído, se portó regularmente en cuatro encuentros con los Picadores y embistió siempre con las manos por delante. Dio un peso de 479 kilos en bruto.

El tercero, de Prieto de la Cal, mejor presentado que los anteriores, mansurroneó en varas, pero fue noble, y aunque algo soso, se dejó torear. Dio 482 kilos en bruto.

El cuarto, también de Prieto de la Cal, tomó cuatro varas y llegó reservón a la muleta. Dio 481 kilos de peso en bruto.

El quinto, asimismo de Prieto de la Cal derribó en tres ocasiones a los picadores y se enfrentó con ellos hasta siete veces. Tuvo más poder que bravura, pero fue manejable. Dio 505 kilos de peso en bruto.

El sexto, también de Prieto de la Cal, tomó cuatro varas y no tuvo dificultades. Dio 486 kilos de peso en bruto.

ANTONIO BIENVENIDA

Media verónica de Antonio Bienvenida en la primera corrida. Semanario Taurino "El Ruedo". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Aunque sea repetir lo que todos saben, diré otra vez que se notó la presencia de Antonio Bienvenida en el ruedo. La lidia fue como debe ir siempre, y cuando hubo algún momento de desorientación o de apuro, el capote de Antonio dio solución, fácil solución, como es natural, tratándose de este torero a cualquier problema. Así, ayudó a Faraco durante la faena al primero: a su banderillero Guillermo Martín, durante el segundo tercio del segundo toro; al banderillero Emilio Herrero, en un momento de peligro, y a todos los que lo necesitaron en cualquier circunstancia.

Pero a mí no me gustó Bienvenida en sus dos faenas. En la primera, porque después de hecha, cuando él sabía que aquel toro no tenía más muletazos que la docena que le había dado; docena de muletazos muy a la antigua, de mucha clase y, por consiguiente, de gran valor, escuchó las indicaciones de parte del público y alargó su labor innecesariamente. En el cuarto estoy seguro de que Bienvenida pudo hacer mucho más. Ni se esforzó al torear con la franela, ni se estrechó al matar, y lo que en otro torero no hubiera tenido importancia, eso de salir del paso no tiene importancia para algunos, en él no es admisible para el público que le sigue y para el que siempre, suceda lo que suceda, está frente a él. Contra Antonio Bienvenida no se puede estar, porque sería tanto como situarse frente al toreo de calidad; pero sí se puede estar frente a Antonio Bienvenida en determinadas tardes, y en la primera corrida de la feria de San Isidro, el público estuvo frente a Antonio Bienvenida en el cuarto toro. Y siguió en su actitud en el quinto; pero tuvo que aplaudirle con fuerza por un quite que hizo en el sexto. Es claro que todo lo que hizo Bienvenida estuvo a la altura deseada; pero pecó por omisión. A su primero lo despachó de media perpendicular y el descabello al primer intento, y a su segundo, de una entera.

MANOLO VÁZQUEZ

Un derechazo de Manolo Vázquez a su primero. Semanario Taurino "El Ruedo". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El sevillano Manolo Vázquez tuvo la fortuna de lidiar el mejor lote. No fueron sus toros, ninguno de los dos, modelo de bravura, pero sí de docilidad, y el muchacho aprovechó estas buenas condiciones para torear con mucha gracia con el capote y con garbo y buen son con la muleta. A su primero lo toreó por bajo, en redondo, naturales y de pecho, provocando las arrancadas con voces y actitudes muy toreras.

Los Vázquez saben el valor que tiene la voz en el toreo, y es una delicia ver cómo aprovechan todo recurso lícito para procurar que las reses se arranquen alegres a la muleta que les desafía. Manolo Vázquez mató a su primer toro de un estoconazo y hubo petición de oreja y vuelta al ruedo. También en el quinto logró hacerse aplaudir al torear con el capote y al muletear por redondos y suaves pases por bajo. Mató de un pinchazo y media estocada y salió al tercio. En el sexto hizo un quite magnífico.

CÉSAR FARACO

Dos momentos de César Faraco recibiendo la alternativa de manos del maestro Antonio Bienvenida, en la plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, el 13 de mayo de 1955. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Histórica publicidad del Semanario Taurino "El Ruedo" señalando la fecha memorable de la alternativa del torero venezolano César Faraco, el 13 de mayo de 1955, en la plaza de toros Monumental de Las Ventas de Madrid, de manos de su padrino, el caraqueño Antonio Bienvenida. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Tomó la alternativa el venezolano César Faraco, torero hecho ya para mayores empresas que las novilleriles.

No tuvo demasiada suerte en el lote, porque el toro de la alternativa era manso y huía hasta de su sombra y el sexto llegó a la muleta muy apagado.

Pero César Faraco demostró que se sabe bien la papeleta y que no ha perdido ni un átomo del valor que ha derrochado desde que pisó por primera vez los ruedos españoles. Faraco no tiene en cuenta la distancia a que se halla de los pitones; él sabe que un torero dueño de sus conocimientos y de sus facultades sale siempre del atolladero airosamente, un siempre relativo, como lo es todo en el arte de torear.

Un muletazo de César Faraco al toro de su alternativa. Semanario Taurino "El Ruedo". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Al primer toro lo capeó con valentía, y a fuerza de exponer mucho, en terrenos muy comprometidos, le dio hasta cuarenta muletazos, de ellos dieciséis naturales. Algo muy difícil de lograr cuando no se porfía tanto como porfió Faraco. Mató de un pinchazo y una entera, fue ovacionado y dio la vuelta al ruedo.

Caricatura del matador de toros venezolano César Faraco. Semanario Taurino "El Ruedo". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

El tercio de quites del sexto toro fue de lo mejor de la corrida. Faraco no se dejó ganar la partida por sus compañeros y logró un quite emocionante y bello. También en la segunda faena prodigó el venezolano los naturales y también estuvo valiente hasta la exageración. Buena fue esta segunda faena, y así lo entendió el público. Después de un pinchazo y media estocada, al rodar el toro, Faraco fue despedido con una ovación.

LOS SUBALTERNOS

No destacó ninguno de los picadores. Bregando y con las banderillas, Juan Montaño. Bien con el capote Guillermo Martín. Pepe Iglesias, Rafael Boni y Alfonso Muñoz.

Barico.

(Publicado en el Semanario Taurino "El Ruedo", el 19 de mayo de 1955).

Miguel Dupouy Gómez, el maestro venezolano César Faraco y Rafael Dupouy Gómez, el año 1995. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Siempre recordaré un gesto noble de su persona. En diciembre de 1995, quiso visitar y saludar a mi querido abuelo Florencio Gómez Núñez que se encontraba enfermo en su hogar. Eso ocurrió pocos días antes de su fallecimiento. Recuerdo que fue una de las últimas visitas que recibió mi abuelo antes de morir, el 31 de diciembre de 1995.

Mi abuelo, estuvo muy contento de ver a su gran amigo César Faraco y estuvieron recordando viejos tiempos. Faraco, había participado, recientemente, en un festival homenaje a don Antonio Aragón, celebrado el 26 de noviembre de 1995 en el Nuevo Circo de Caracas, siendo ovacionado esa tarde por el público presente que reconoció su esfuerzo por tratar de quedar bien, siendo ésta la última actuación del "Cóndor de los Andes" en el Nuevo Circo de Caracas.

Fue nuestro gran César Faraco, un torero fino, artista, sobrio, que marcó una época imborrable en la historia taurina venezolana. Amaba tanto su profesión que, como buen maestro, fundó la "Escuela Taurina de San Cristóbal", Estado Táchira, Venezuela, que lleva su nombre, ofreciendo y compartiendo sus conocimientos y experiencias, formando a los futuros toreros de nuestra tierra.

El maestro Faraco, se sentía muy orgulloso de los progresos de esos muchachos, porque sembró en sus alumnos, la afición, la constancia y la promisoria continuación de su legado taurino lleno de hidalguía, dignidad y señorío. Fue un torero dentro y fuera de la plaza.

La última vez que nos vimos fue en Caracas, el 27 de julio de 2010, en el Restaurante "La Castañuela" de Las Mercedes, con motivo del bautizo del documental "Los Bienvenida en Venezuela. Huella indeleble en el corazón de una dinastía", realizado por nosotros, los Hnos. Dupouy Gómez, bajo la producción técnica y artística de mis sobrinos Rosana, Juan Manuel y Carlos Eduardo Dupouy García. 

El maestro César Faraco, tuvo el honor de ser el padrino de nuestro documental, bautizándolo con arena de la Plaza de Toros Maestranza "César Girón" de Maracay en compañía de nuestra madre Rosa Elena Gómez Arráiz.

Acto del Bautizo del documental taurino, realizado por los Hnos. Dupouy Gómez sobre la dinastía Bienvenida en Venezuela. De izquierda a derecha en la foto: Miguel Dupouy Gómez, Rafael Dupouy Gómez, el maestro César Faraco, Rosa Elena Gómez Arráiz y Juan Florencio Dupouy Gómez. Restaurante "La Castañuela", Caracas, 27 de julio de 2010. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Momento del Bautizo del documental taurino, realizado por los Hnos. Dupouy Gómez sobre la dinastía Bienvenida en Venezuela. Restaurante "La Castañuela". Caracas, 27 de julio de 2010. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Posteriormente, nuestro documental fue presentado en España, con mucho éxito, dentro de los actos del I Encuentro Iberoamericano del Círculo Taurino Amigos de la Dinastía Bienvenida, el 11 de mayo de 2011 en la sala "Antonio Bienvenida" de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid.

El último contacto que tuve con el "Cóndor de los Andes", fue vía telefónica, después de nuestro regreso de España, contándole lo maravilloso que nos había ido en nuestro viaje. Luego, le enviamos a su residencia en San Cristóbal como regalo nuestro documental histórico sobre la dinastía Bienvenida que tanto marcó su carrera taurina y en la que se le mencionaba, apareciendo el diestro merideño en varias fotografías.

César, estaba muy contento y agradecido por el obsequio. Me dijo que lo iba a conservar con especial cariño y lo proyectaría en su Escuela Taurina de San Cristóbal, para que los muchachos que comenzaban en el difícil mundo del toro, aprendieran del ejemplo de la dinastía Bienvenida y de los sacrificios que tuvo que sortear su maestro de la Escuela Taurina, César Faraco. 

Nos despedimos con mucho cariño. Así fue nuestro último adiós, bastante cariñoso, afectivo y sincero.

El jueves 8 de diciembre de 2011, día de la Inmaculada Concepción de María, alzó vuelo al cielo el "Cóndor de Los Andes" para encontrarse con Dios en la eternidad.

En este artículo, con motivo del 70° Aniversario de su alternativa, brindo mi especial recuerdo al amigo incondicional, distinguido caballero, hombre de bien y figura indiscutible de nuestra torería.

Rafael Dupouy Gómez


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