(Por:
Rafael Dupouy Gómez)
El célebre diestro sevillano Manuel Jiménez “Chicuelo”.
En el marco de los 82 años
de la inauguración de la plaza de toros Maestranza de Maracay, vale la pena recordar
la histórica faena realizada, en ese hermoso coso, por el célebre gran artista
del toreo sevillano Manuel Jiménez “Chicuelo”. El pasado 19 de enero de 1935,
se cumplieron 80 años de aquella inolvidable tarde cuando “Chicuelo” realizó la
faena considerada como la más grande presenciada en Venezuela.
Antes de contar lo
sucedido en Maracay (Venezuela), es oportuna la ocasión para narrar algunos
aspectos interesantes de su vida. Manuel Jiménez Moreno “Chicuelo” vino al
mundo, el 15 de abril de 1902, en la calle Betis, número 11, del barrio de
Triana (Sevilla). Vivió y se crió desde pequeño en la sevillana Alameda de
Hércules. Hijo del matador de toros Manuel Jiménez Vera “Chicuelo” (padre), quien tomó la alternativa el 15 de septiembre
de 1901, en Madrid, de manos de Antonio Moreno “Lagartijillo”, cediéndole al
toro “Jineto” de la ganadería de Pablo Romero. “Chicuelo” (padre), había estado
regular ante el toro de su alternativa; durante la lidia de su segundo, estuvo
mal y le devolvieron el toro a los corrales. El diestro en un arrebato de rabia
y frustración intentó suicidarse, sin lograr su cometido. Durante su carrera
taurina sobresalió por su arte y buen manejo del capote, siendo un elegante
banderillero, destacándose por su forma eficiente de matar a los toros.
Como dato curioso, Manuel
Jiménez Vera “Chicuelo” (padre) se presentó en Venezuela para torear en la
temporada 1904-1905. Debutó en Caracas, el 27 de noviembre de 1904 en compañía
de José Campos “Campitos”, también debutante. “Chicuelo” (padre) triunfó,
repitiéndose el mismo cartel, el 4 de noviembre de 1904. El 18 de diciembre de
1904, se celebró en el Circo Metropolitano de Caracas una corrida a beneficio
de “Chicuelo” (padre), lidiando y matando siete toros en solitario de la
ganadería venezolana “El Banco”, siendo admirable el arte y valor que impuso
esa tarde. El 25 de diciembre de 1904, “Chicuelo” (padre) se presentó con
Emilio Soler “Canario”, su maestro, actuando de sobresaliente José Campos
“Campitos”, el día siguiente, 26 de diciembre, triunfó en Cagua (Estado
Aragua). El 1 de enero de 1905,
“Chicuelo” (padre) compartió cartel con “Canario” y “Campitos”. El 8 de enero
de 1905, “Chicuelo” (padre) se presentó con el venezolano Pablo Mirabal “El
Rubio”, quien resultó corneado en la ingle y “Canario” que se fracturó el
peroné a consecuencia de una voltereta. “Chicuelo” (padre) terminó la corrida
escuchando palmas. Los astados pertenecieron a la ganadería del Gral. Juan Vicente
Gómez. El 15 de enero de 1905, “Chicuelo” (padre), en la corrida de su
beneficio y despedida de Venezuela, compartió cartel con los diestros
venezolanos “El Rubio” y Vicente Mendoza “El Niño”, a quien le concedió la
alternativa. Vicente Mendoza era el padre del popular matador de toros Julio Mendoza
Palma. A “Chicuelo” (padre) lo acompañó en su cuadrilla, Eduardo Borrego Vega
“Zocato”, la persona que crió e introdujo en el toreo a su hijo, el
posteriormente famoso, Manuel Jiménez Moreno “Chicuelo”.
Manuel Jiménez Vera “Chicuelo” (padre) anunciado y actuando
en el Circo Metropolitano de Caracas, Venezuela, en 1904. (Archivo: Hnos.
Dupouy Gómez).
“Chicuelo” (padre) enfermó
de tuberculosis y falleció el 18 de noviembre de 1907. Su hijo, Manuel Jiménez
Moreno “Chicuelo”, tenía cinco años de edad cuando perdió a su padre. Su tío Eduardo
Borrego Vega “Zocato”, se encargó, a la muerte de “Chicuelo” (padre), de criar,
educar y formar a su sobrino como torero.
Posteriormente, llegó a convertirse en su apoderado. Como dato curioso, el
célebre diestro Ricardo Torres “Bombita”, organizó una suscripción en Sevilla a
beneficio del desaparecido “Chicuelo” (padre) y “Pepete” tuvo la misma
iniciativa en México en donde “Chicuelo” (padre) gozó de gran estima y
simpatía.
Manuel Jiménez Moreno
“Chicuelo”, cosechó innumerables triunfos y se destacó como el mejor novillero
de su época. A los 16 años debutó, el 19 de abril de 1919, en Sevilla. Tomó la
alternativa a los 17 años de edad, en la plaza de toros de la Real Maestranza
de Caballería de Sevilla, el 28 de septiembre de 1919, de manos de Juan
Belmonte quien le cedió al toro “Vidriero” de Santa Coloma, ante la presencia
de Manolo Belmonte. El 30 de septiembre de 1919, en la misma plaza, “Chicuelo”
fue el triunfador de la tarde al cortar dos orejas, alternando con Rafael Gómez
“El Gallo”, Juan Belmonte y Manolo Belmonte, ante reses de Pérez de la Concha y
de Rincón.
El 18 de junio de 1920,
confirmó su alternativa en Madrid, lidiando al toro “Volandero” del Duque de Veragua,
que no resultó bueno para su lucimiento. A su segundo enemigo, le realizó una
gran faena, saliendo a hombros a pesar de no haber acertado con la espada.
Compartió cartel con Rafael Gómez “El Gallo”, Juan Belmonte y Diego Mazquiarán
“Fortuna”. El 21 de abril de 1921, lidiando reses de Miura en el Maestranza de
Sevilla, “Chicuelo” cortó dos orejas, alternando con Rafael Gómez “El Gallo” y
Manuel Granero. Realizó viaje a América, triunfando en Lima, Perú. Ese año sumó
70 corridas de toros.
En el magnífico libro escrito por mi recordado
amigo, el destacado cronista taurino venezolano Dr. Pepe Cabello, “Toreros fuera del ruedo”, Manuel
Jiménez “Chicuelo” le explicó cómo surgió la creación de la “chicuelina”, su
principal aporte en la historia del toreo, además del pase de “costadillo” y el
“delantal”. Recordaba que una tarde cualquiera en Sevilla, había ejecutado el
lance, pero en Valencia (España), compartiendo cartel con Manuel Varé
“Varelito” y Manuel Granero, el 9 de abril de 1922 ante el toro “Muleño” de
Guadalest, se dio cuenta que había realizado una innovación en el toreo de
capa, la “chicuelina”. Recordaba el maestro sevillano lo siguiente:
“Fue a un
toro de Guadalest que le pertenecía a Granero, me embistió con fuerza. Yo había
realizado esa tarde en Valencia (España) muchos quites, el público esperaba con
interés mi intervención. Entonces giré con las manos en alto, envolviéndome con
el capote, en seis oportunidades. ¡La gente enloqueció! Mi lance original era
con las manos en alto, muy diferente a la “chicuelina” actual con los brazo
caídos. Después de realizar el lance en Valencia (España), no me recordaba cómo
había sido aquel momento de inspiración. ¡Y tuve que ensayar de nuevo para
hacerlo! Existe la creencia que yo sólo toreaba con el capote, pero en verdad
me considero como un buen muletero. Claro, mi “chicuelina” me dio mucha fama,
la gente al escuchar el nombre de “Chicuelo” piensa en la capa”.
El 29 de septiembre de
1924, en la Maestranza de Sevilla ante ganado de Pérez de la Concha, “Chicuelo”
triunfó cortando dos orejas y rabo. Lo acompañaron esa tarde los diestros
Antonio Posada y Manuel Báez “Litri”. El 12 de octubre de 1924, en la misma
plaza, volvió a triunfar cortando dos orejas. Actuaron el rejoneador cordobés
don Antonio Cañero, Ignacio Sánchez Mejías que cortó una oreja esa tarde y
Antonio Posada. Se lidiaron reses de Flores Íñiguez (2), Guadalest (2), Rincón
(2) y Flores Tassara (1).
Manuel Jiménez “Chicuelo”, viajó
a México y obtuvo numerosos triunfos importantes, especialmente en los años de
1924, 1925, 1926 y 1927, convirtiéndolo en un auténtico ídolo de la afición de
ese país. Compartió varias veces cartel con Rodolfo Gaona. El 25 de enero de
1925, en la plaza de toros de El Toreo, México, D.F., realizó una gran faena al
toro “Toledano” de la ganadería de Atenco, recibiendo los máximos trofeos. El 1
de febrero de 1925, en el coso de El Toreo, estoqueó cinco toros de San Mateo
al resultar herido su compañero de cartel Rodolfo Gaona. “Chicuelo” le cortó
las orejas y el rabo al toro “Lapicero”. El 25 de octubre de 1925, en la plaza
de toros de El Toreo, México, D.F., realizó al toro “Dentista” de la ganadería
de San Mateo, una faena inmortal y grandiosa, recibiendo a su enemigo con ocho
espléndidas verónicas. Con la muleta, ejecutó alrededor de 25 pases naturales
maravillosos, de la firma y por alto de gran factura. Le otorgaron las dos
orejas y el rabo a pesar de no estar bien con la espada, saliendo cuatro veces
a los medios para agradecer al público la ovación. Alternó esa tarde con los
diestros el mexicano Juan Silveti y el español Manolo Martínez. También, en la
misma plaza, el 26 de diciembre de 1926, nuevamente triunfó cortándole
las dos orejas y el rabo al toro “Pintor”, cuarto de la tarde, de la ganadería
mexicana de San Mateo. Alternó con los diestros Marcial Lalanda y José “Pepe”
Ortiz. “Chicuelo” volvió a cortar dos orejas y el rabo, en la misma plaza, el 6
de febrero de 1927, a un toro de la ganadería de San Diego de los Padres, en la
Corrida de la Prensa, en un mano a mano junto a José “Pepe” Ortiz, teniendo que
soportar el torrencial aguacero que caía.
Manuel Jiménez “Chicuelo” contrajo
matrimonio, el 10 de noviembre de 1927, con la bellísima y simpática Dolores
Castro Ruiz, la popular bailaora y cupletista conocida como “Dora la Cordobesita”. La famosa esposa
de “Chicuelo”, frecuentemente, aparecía fotografiada con sombrero cordobés y
guitarra, en otras imágenes, se le podía ver luciendo montera y capote de
paseo. Llegó a cautivar la atención del genio de la pintura Julio Romero de
Torres, quien la inmortalizó en varios de sus cuadros sirviéndole de modelo.
El 24 de mayo de 1928, en
Madrid, “Chicuelo” realizó al toro “Corchaíto” de la ganadería de don
Graciliano Pérez Tabernero, una faena memorable, considerada por los críticos y
aficionados taurinos como una de las mejores realizadas en todo el siglo XX.
Destacaron sus series ligadas de naturales, su gracia sevillana y torería.
Había pinchado en lo alto dos veces y colocó media estocada en buen sitio que
le valieron, a petición del público, las dos orejas y el rabo. Ese año toreó un
total de 81 corridas ocupando el primer lugar del escalafón taurino. El 28 de
octubre de 1928, en la plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de
Sevilla, “Chicuelo” obtuvo otro triunfo clamoroso al cortar dos orejas y rabo,
ante reses de Moreno Santamaría, en un mano a mano junto a Francisco Vega de
los Reyes “Gitanillo de Triana”.
La inolvidable faena de “Chicuelo” en Maracay
(Venezuela)
Para las Ferias de Maracay
de 1935, los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, contrataron a la
gran figura del toreo de España, el genial artista sevillano, Manuel Jiménez
“Chicuelo” que de todos los toreros de aquella época, era quizás el que tenía
mayor personalidad. Con sus célebres “chicuelinas”, lance que se convirtió en
innovación aportada por el toreo de capa del artista y que tanto interés
despertó en el público. Señalaba mi abuelo Florencio al respecto: “A mi hermano Juan Vicente y a mí nos
pareció interesante traerlo a Venezuela, especialmente, para presentarlo en la
Maestranza de Maracay (Venezuela), porque “Chicuelo” representaba la gracia, el
garbo y la elegancia. Era un torero muy fino y artista. El mejor cultivador del
pase natural”.
Como en las Ferias anteriores, se
presentaron subalternos de gran renombre y prestigio como: Benito Martín
“Rubichi”, banderillero sevillano de corta estatura que era íntimo amigo de
Manuel Jiménez “Chicuelo”. Ingresó en su cuadrilla en 1927, convirtiéndose en
uno de los subalternos más solicitados. “Rubichi” y Rafael Ortega “Cuco” actuaron bajo las
órdenes de “Chicuelo” en las tres corridas que toreó en Maracay.
Florencio Gómez Núñez, Manuel Jiménez “Chicuelo” y Juan Vicente Gómez
Núñez en el Patio de Caballos de la Maestranza de Maracay, Venezuela, año 1935.
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El Programa de las Feria de
Maracay de 1935, anunciaba lo siguiente: “Entusiasmo de los fanáticos
por la colorida fiesta de la sangre y del sol y orgullo no tan sólo de los
aficionados sino de todo buen venezolano, es el que podamos ver en nuestras
arenas patrias a Vicente Barrera, quien con Ortega y Juan Belmonte integran la
máxima trinidad del toreo español, y al famoso autor de las chicuelinas, Manuel
Jiménez, “Chicuelo”. Justa admiración le debe la afición venezolana, a los
señores don Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, propietarios de “La
Providencia”, ganadería en la que cifran sus más ardientes esperanzas los
verdaderos amantes de la magnífica fiesta, y sin cuya desinteresada cooperación
e inteligentes esfuerzos, no habría tomado el auge que tienen actualmente entre
nosotros, esta fiesta de la luz y del valor que bien se podría llamar, con
absoluta propiedad: La Fiesta de la Raza”.
En la primera corrida de la Feria de Maracay, el 18 de
enero de 1935, actuaron los diestros españoles Manuel Jiménez “Chicuelo” y
Vicente Barrera en compañía del matador de toros mexicano David Liceaga. Se
lidiaron tres toros media casta de “La Providencia ” y tres
toros de pura casta de Don Graciliano Pérez Tabernero. El Gral. Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República de Venezuela, acudió a presenciar la corrida,
que por cierto estuvo bastante animada por la gran concurrencia de público. Los
diestros participantes lograron algunos detalles de buen arte. “Chicuelo”
destacó por su toreo de capa, fino y variado. Con la muleta ejecutó algunos
pases de calidad y clase, siendo muy ovacionado en el cuarto toro, dando la
vuelta al ruedo. Lo más vistoso y destacado de la corrida, fueron los quites
con el capote realizados por “Chicuelo” y Barrera al cuarto toro de Graciliano
Pérez Tabernero que permitió el lucimiento de ambos, hasta provocar el delirio
del público que premió la belleza de sus quites lanzando prendas y sombreros al
redondel.
David Liceaga, sufrió una cornada
de 15 centímetros de profundidad en la axila por un toro media casta de “La
Providencia”, convirtiéndose en el primer torero herido por asta de toro en la
Maestranza de Maracay. La cornada fue impresionante porque parecía que el toro
lo había herido en el pecho El diestro mexicano fue trasladado, inmediatamente,
a la enfermería siendo atendido por el personal médico que realizó una
excelente intervención. “Chicuelo” tuvo que matar al toro con media estocada en
lo alto y descabello.
En la segunda corrida de la Feria, celebrada el
sábado 19 de enero de 1935, actuaron los diestros Manuel Jiménez “Chicuelo”,
Eleazar Sananes “Rubito” y Vicente Barrera, enfrentándose a tres toros media
casta de “La Providencia” y tres de pura casta de Don Antonio Pérez Tabernero.
Esa corrida fue histórica y memorable, por lo que realizó “Chicuelo” aquella
tarde, que hizo al público presente aplaudir con entusiasmo su extraordinaria
faena.
Recordaba mi abuelo Florencio Gómez Núñez: “En mi opinión, la faena más grande hecha en
Venezuela fue la realizada por Manuel Jiménez "Chicuelo", en la Plaza
de Toros Maestranza de Maracay el 19 de enero de 1935. El toro se llamaba
“Carpintero”, era el cuarto de la tarde, marcado con el número 61, de Don
Antonio Pérez Tabernero. “Chicuelo” le cortó las dos orejas y el rabo, pero no
fue sólo por cortar las orejas y estar muy bien, sino por el arte que le
imprimió el torero sevillano a ese toro.
Le pegó diez y
seis naturales a un toro perfecto, bravo y noble. Fue el ejemplar mejor lidiado
que he visto en Venezuela y quizás en mi vida, porque en España tampoco vi
nunca a un toro tan bien lidiado como ese. A tal punto que esa faena la
recuerdan todos los aficionados enormemente y no la pueden olvidar. "Chicuelo"
toreó divinamente bien con el capote, con ese estilo clásico de sus verónicas a
pies juntos y además haciendo el compás y dando una media verónica de las más
grandes vistas por mí hasta este momento. Sensacionales y clásicas fueron las
cinco "chicuelinas" que realizó al toro “Carpintero” de la gran faena
de Maracay.
Manuel Jiménez “Chicuelo”, ejecutando su clásica “chicuelina” durante
la célebre actuación en la Maestranza Maracay, Venezuela, el 19 de enero de 1935.
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
(Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Manuel Jiménez
“Chicuelo”, antes de irse para España, nos regaló el traje de luces tabaco y
oro que vistió en esa memorable tarde, acompañado con una bonita dedicatoria. “Chicuelo”
siempre recordaba con especial cariño, esa faena que realizó en Maracay,
considerándola como una de las mejores ejecutadas por él, en toda su carrera
taurina”.
La dedicatoria de Manuel Jiménez “Chicuelo” a los
hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, decía: “Con este traje tabaco y oro he toreado muy a mi gusto el toro N° 61,
“Carpintero”, de Don Antonio Pérez Tabernero, de San Fernando, en la segunda
corrida de la Feria de Maracay, la tarde del sábado 19 de enero de 1935. Lo regalo a los caballerosos
aficionados, Don Juan Vicente y Don Florencio Gómez Núñez, con toda simpatía en
demostración perdurable de mi afecto y amistad sinceros”.
Manuel Jiménez “Chicuelo”
(Maracay, 21
de enero de 1935)
La crónica taurina publicada en
el periódico “El
Nuevo Diario”, reseñó
sobre la gran faena de “Chicuelo”, lo siguiente: “Manuel Jiménez “Chicuelo” y Vicente Barrera cortan
orejas y rabos. Sananes cumplió. Los toros de Antonio Pérez de San Fernando,
excelentes, y buenos los de La Providencia. La corrida fue prestigiada por el
Presidente de la República, Benemérito General Juan Vicente Gómez, sus
familiares y Cuerpo de Edecanes.
¿Cómo decir que torea “Chicuelo” con el capotillo?
Decirle a nuestros lectores que con las manos muy bajas, pasando el toro muy
cerca, mandándole como las propias rosas, cuidándolo muchísimo, suavemente,
metiendo el capote en los hocicos desde muy lejos y llevándolo hipnotizado en
todo el viaje, es cosa que ya han dicho todos, pero explicar cómo lo hace
Manolillo Jiménez es imposible; solamente recurriré a decir que “Chicuelo” se
copia a sí mismo, se mejora en cada lance y se parece solamente a Manuel
Jiménez, el de Sevilla. Pero donde “Chicuelo” se salió de sus propias normas
fue en la faenaza de muleta que escribió sobre las arenas del circo, en su toro
cuarto, de D. Antonio Pérez de San Fernando; no lo olviden.
Prodigio de naturales como si hacerlos delante de un
astado fuera la cosa más natural del mundo, sus preciosos pases de costadillo,
de pecho, molinetes y ayudados por alto, siempre sobre la mano izquierda. Pero
el gran mérito, el enorme mérito de esta faena, no fue la variedad y calidad de
los pases que dio al bravo toro de casta, fue la serie de pases idénticos, sin
alterar para nada el ritmo de la embestida del toro, ni hacer mover siquiera
los machos de la taleguilla.
Fue en resumen una faena de cuarenta o cincuenta
muletazos enormes, mejor siempre el último, ligada en un palmo de terreno, sin
permitir que una sola vez metiera nadie el capote. Solo y en los medios toreó a
placer, regalándose el ánimo, satisfaciéndose a sí mismo, y casi sin darse
cuenta que miles de personas puestas en pie rugían y agitaban los pañuelos,
pidiendo la oreja, cuando aún el diestro no había ni quería cuadrar al animal.
A matar entró como lo han dispuesto los técnicos y
mandones de la torería, derecho y con la vista fija en el morrillo, para dejar
una casi entera que tumba al toro patas arriba. En medio de atronadora ovación,
corta orejas y rabo, con vuelta al ruedo, salida a los medios y el delirio que
ha producido calentura al 90 por ciento de los espectadores. Si en lugar del
técnico Henrique Chaumer, tenemos a otro, “Chicuelo” se trae el toro para el
hotel de regalo; primero las orejas, después el rabo, las patas, la cabeza y el
lomo. Ahí ha quedado esa faena, escrita por Manuel Jiménez “Chicuelo” en las
arenas de la Maestranza de Maracay, en la tarde del 19 de enero del año de
gracia 1935”.
Recordó Manuel Jiménez “Chicuelo”, en una charla en
el hotel Colón de Sevilla con el cronista taurino venezolano Pepe Cabello,
publicada en el libro “Toreros fuera del
ruedo”, su memorable faena en Maracay, aquel 19 de enero de 1935: “Sinceramente considero que fue una de mis
mejores faenas. Era bravo el toro y le pude dar muchos naturales. ¡Muchos!”
La tercera y última corrida de la
Feria de Maracay fue celebrada el domingo 20 de enero de 1935. Componían el
cartel los diestros: Manuel Jiménez “Chicuelo”, Vicente Barrera y Juan Martín
Caro, “Chiquito de la Audiencia”. Marcó
un gran acontecimiento taurino, y fue una corrida histórica, ya que por primera
vez en Venezuela se lidiaron en una misma corrida seis toros españoles de pura
casta. Tres toros de don Graciliano Pérez Tabernero, de Salamanca (Divisa: azul
celeste, rosa y caña) y tres toros de pura casta de don Antonio Pérez, de San
Fernando, Salamanca (Divisa: azul, encarnada y amarilla).
Manuel Jiménez “Chicuelo” fue ovacionado,
fuertemente, después de realizar el paseíllo, como recuerdo de la
extraordinaria faena realizada por él en la corrida anterior. Estuvo muy
dispuesto y entregado en ambos toros. Volvió a deleitar al público asistente
toreando con el capote. Con sus compañeros de cartel, hizo unos quites muy
vistosos y los tres matadores fueron muy aplaudidos por sus magníficas
demostraciones de arte. “Chicuelo” realizó una buena faena de muleta a su
segundo toro que pudo ser premiada con la oreja, pero falló con la espada y
esto le privó del trofeo. Vicente Barrera, consiguió un resonante triunfo
realizando una faena variada y completa que le valieron las dos orejas y el rabo
de su segundo toro.
El 7 de marzo de 1937, nació el hijo de Manuel Jiménez
“Chicuelo”, Rafael Jiménez Castro, quien se convertiría, posteriormente, en
matador de toros, anunciándose como “Chicuelo Hijo”, tomando la alternativa, el
6 de abril de 1958 en Sevilla de manos de Antonio Ordóñez y Manolo Vázquez como
testigo. Su padre Manuel Jiménez “Chicuelo” presenció emocionado desde el
callejón la corrida. Otro de sus hijos, Manuel Jiménez Castro, también
incursionó en el toreo como novillero.
El 2 de julio de 1939, en la
plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, en la corrida de
la Prensa, lidiando reses de don Clemente Tassara, Manuel Jiménez “Chicuelo”,
le dio la alternativa a Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, actuando de
testigo Rafael Vega de los Reyes “Gitanillo de Triana”. El maestro sevillano
“Chicuelo”, cortó dos orejas y rabo; “Gitanillo de Triana”, cortó dos orejas y
Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete, dos orejas. El 4 de junio de 1942, triunfa
“Chicuelo” nuevamente en esa plaza de toros, ante reses de Núñez, en la corrida
de la Prensa, cortando dos orejas y rabo, alternando con el “Andaluz” y Antonio
Bienvenida.
“Chicuelo”, concediéndole la
alternativa a “Manolete”, el 2 de julio de 1939 en Sevilla.
Manuel Jiménez “Chicuelo”,
se presentó nuevamente en tierra venezolana en 1940, actuando tres tardes en el
Nuevo Circo de Caracas. El 14 de enero, en compañía de Antonio García
“Maravilla” en un mano a mano, lidiando toros de la ganadería del marqués de
Villamarta. Los diestros, a pesar de su buena voluntad, no pudieron lucirse por
el comportamiento de las reses. El 21 de enero, se volvió a presentar
“Chicuelo” con Joaquín Rodríguez “Cagancho” y José Ignacio Sánchez Mejías,
quien recibió la alternativa de manos de “Chicuelo” (considerada no válida en
España). Se lidiaron toros de la ganadería de doña Rosalía Surga. “Cagancho”
fue el triunfador cortando dos orejas a su primer enemigo. “Chicuelo”
sobresalió ante su primer toro realizando sus célebres “chicuelinas” y escuchó
música en su segundo. El 28 de enero, se lidiaron toros de don Felipe Bartolomé
para los matadores Manuel Jiménez “Chicuelo”, José Ignacio Sánchez Mejías y
Jaime Pericás que cortó dos orejas y rabo a su segundo.
Su última actuación fue el 1 de noviembre
de 1951 en Utrera, Sevilla, ante reses de Concha y Sierra, apadrinando a los
doctorados Juanito Doblado y Juan de Dios Pareja Obregón. El 25 de abril de
1965, la muerte de su queridísima e inseparable esposa, Dolores Castro Ruiz “Dora la Cordobesita”, sumió a
Manuel Jiménez “Chicuelo” en una profunda tristeza que afectó mucho su estado
de ánimo. Fue un matrimonio feliz. “Chicuelo”, partió a su encuentro entregando
su alma en Sevilla, el 31 de octubre de 1967. Como
un merecido homenaje de reconocimiento y recuerdo a su torería, se inauguró una
bellísima escultura en bronce de Manuel Jiménez “Chicuelo” en el barrio
sevillano de la Alameda de Hércules por el alcalde de la ciudad, el 21 de
agosto de 2009. Su hijo Rafael Jiménez Castro “Chicuelo Hijo” estuvo presente
en el acto.
He
querido recordar en este artículo a la gran figura del toreo que fue Manuel
Jiménez “Chicuelo”, quien dejó plasmadas para la posteridad faenas de ensueño
como la realizada en la Maestranza de Maracay en 1935 y en otras plazas de
toros importantes del mundo.
Rafael Dupouy Gómez