(Por:
Rafael Dupouy Gómez)
Juan Belmonte, el gran
revolucionario del toreo, leyendo con especial interés el libro "Mi
Compadre" del escritor colombiano Fernando González, dedicado al General
Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Fotografías tomadas del
documental "El toreo de Joselito y Belmonte" transmitido por TVE. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
En un
interesante documental titulado "El Toreo de Joselito y Belmonte",
transmitido por la Televisión Española (TVE), curiosamente aparecieron unas
imágenes de Juan Belmonte, disfrutando la lectura del libro "Mi Compadre",
del escritor colombiano Fernando González. El famoso "Pasmo de
Triana" lo conservaba en su biblioteca, porque en esa obra se narraban importantes
aspectos de la vida de su entrañable amigo, el General Juan Vicente Gómez, Presidente
de la República de Venezuela.
En el
documental, se pudo observar al revolucionario del toreo con el libro en sus
manos, apreciándose en la portada, la imagen de mi bisabuelo, el General Gómez.
Como se recordará, Juan Belmonte vino a Caracas (Venezuela), el 5 de marzo de
1918, siendo contratado para torear cuatro corridas de toros en el Circo Metropolitano
de Caracas, por el empresario venezolano Eloy Pérez. Durante su estadía,
Belmonte pasó tres meses viviendo en Maracay en la casa de Alí Gómez, hijo del
General Gómez. En ese lugar comenzó la amistad del famoso revolucionario
del toreo con el Presidente de la República. Tal sería la
admiración y cariño de Belmonte por la figura del General Gómez, que hasta le
dedicó un capítulo completo, relatando cómo lo conoció en el magnífico libro del escritor sevillano Manuel Chaves
Nogales, "Juan Belmonte, Matador de Toros; su vida y hazañas", en el
capítulo XIX, titulado: "Juan
Belmonte en Venezuela. El cariño del General".
La gran
amistad de Belmonte continuó con los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez
Núñez, hijos del General Gómez, quienes decidieron en el año 1932, comprar una
ganadería de toros de lidia en España para traerla a Venezuela, siendo seleccionada
y aprobada por Juan Belmonte y el célebre rejoneador don Antonio Cañero. La ganadería
perteneció a los hermanos Pallarés Delsors, ubicada en Cabra (Córdoba),
correspondiendo a los hermanos Gómez Núñez la adquisición de la mitad de ella
para fundar "Guayabita", la primera ganadería de toros de lidia pura
casta española en Venezuela.
Juan Belmonte en
compañía de Juan Vicente Gómez (hijo) y Conchita Cintrón en "Los
Corales". Año 1962. Foto: Cano. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
Desde esos
años y posteriormente en España, Juan Belmonte mantuvo una entrañable amistad
con los hermanos Gómez Núñez, a quienes dedicó unas palabras de reconocimiento
por su desmedida afición:
"A Juan Vicente y Florencio Gómez, principales
mantenedores de la Fiesta Nacional Española en América con el agradecimiento de
un aficionado".
Juan
Belmonte. 1935.
EL LIBRO "MI COMPADRE" DE FERNANDO
GONZÁLEZ
Contraportada del libro
"Mi Compadre" del escritor colombiano Fernando González.
A
comienzos de los años treinta, el escritor colombiano Fernando González alcanzó
destacada nombradía en los círculos literarios e históricos de los países
latinoamericanos y de España. La editorial "Juventud"
de Barcelona (España), editó varias de sus obras. Su libro "Mi Simón Bolívar" fue saludado por los historiadores venezolanos
como una nueva y acertada interpretación de la personalidad del Libertador y le
ganó la amistad de Vicente Lecuna, Luis Correa y el pintor Tito Salas, grandes
bolivarianos.
En septiembre de 1931, el escritor Fernando González llegó a Venezuela
para conocer personalmente al General Juan Vicente Gómez, Presidente de la
República. Estableció contactos con sus amigos que ya conocían su proyecto de
escribir una interpretación de la personalidad del Presidente. Dedicó sus
primeras semanas a documentarse en la Academia de la Historia y en la Casa
Natal del Libertador. Largos diálogos sostuvo con Vicente Lecuna, el pintor
Tito Salas y el historiador Luis Alberto Sucre. Consiguió sus primeras
entrevistas con el General Gómez, a través del Dr. Rafael Requena, quien
durante esos años ejerció las funciones como Secretario de la Presidencia de la
República de Venezuela.
Para
iniciar su tarea, el escritor Fernando González estudió las biografías de Páez,
Monagas, Vargas, Soublette, Guzmán Blanco, Crespo y Castro, tratando de establecer
las semejanzas y diferencias entre el grupo de los Presidentes de Venezuela que
actuaron desde la fundación de la República hasta el comienzo del siglo XX y el
General Juan Vicente Gómez, el Presidente de Venezuela, a quien le tocó
presidir los más grandes cambios ocurridos hasta entonces en la vida venezolana
como fueron los de la liquidación de los guerras civiles y la aparición del
petróleo.
El
General Gómez, dialogó en numerosas oportunidades con Fernando González, lo
invitó a sus haciendas, lo llevó al Campo de Carabobo, le explicó la batalla,
lo llevó al Samán de Güere, al Monumento de "La Puerta", le facilitó
su tarea al sentarlo a su mesa, para dialogar con su familia y responder
preguntas sobre su pasado. Fernando González fue uno de los escritores a
quienes el General Gómez brindó su confianza.
El General Juan Vicente Gómez, Presidente de la
República de Venezuela, conversando con el escritor colombiano Fernando
González en el Monumento de "La Puerta", ubicado en San Juan de Los
Morros, Venezuela. Año 1931. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
En 1932, Fernando González viajó a Europa con el propósito de
escribir su libro sobre el General Juan Vicente Gómez y se estableció en
Marsella (Francia), en donde ejerció funciones consulares
representando a su país. Finalmente, en 1934, la Editorial "Juventud" de Barcelona (España), publicó el nuevo libro de Fernando
González bajo el título de "Mi Compadre".
Su compadre era el General Juan Vicente Gómez, quien fue el padrino del hijo
menor del escritor colombiano de nombre Simón González Restrepo, quien
posteriormente se destacó como Gobernador de las islas de San Andrés,
Providencia y Santa Catalina.
Para Fernando González, el General Gómez fue la autenticidad
de un continente frente a las personalidades falsificadas de la mayoría de los
gobernantes de América. Admiró su voluntad, inteligencia y astucia,
considerándolo como el primer trabajador de Venezuela, el que comenzó, el que
dio ejemplo. Señaló los beneficios de su obra de gobernante, destacando que
nunca tuvo dinero en el exterior. Su única pasión fue gobernar a Venezuela para
unirla, pacificarla y hacerla trabajadora.
Afirmó en su
libro que el General Gómez había cumplido años en el poder, sin una revolución,
manteniendo el país cruzado por carreteras, ninguna deuda, y ni un vago ni un
pordiosero. Tres sueños había tenido: Bolívar, carreteras y acabar con guerrilleros que impedían vivir en paz. El
mar de podredumbre y enredos que encontró había servido también para que lo
insultaran y desfiguraran; pero lo cierto es que el General Gómez salvó a
Venezuela con sus doctrinas y prácticas originales, nacionales, sencillas y
nuevas, emanadas de nuestro suelo. Gómez es lección viva para nosotros
suramericanos. Si queremos ser lo que soñaba el Libertador, debemos beber en
esta fuente: Paz. Trabajo. Amistad con todos. Lejos la inmigración. Con nuestro
dinero y con nuestro trabajo. Con dinero venezolano se han hecho las carreteras
y todas las obras.
El escritor
colombiano Fernando González y Florencio Gómez Núñez, hijo del General Juan
Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela. Año 1931. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
Sobre la publicación de
su libro "Mi Compadre", el
4 de diciembre de 1933, Fernando González escribió desde Marsella (Francia) a
su amigo el Dr. Enrique Udaneta Carrillo, expresándole: "Hay que hacer saber a los europeos que en Venezuela existe el
hombre que es capaz de darle personalidad a Suramérica".
El 14 de marzo de 1934, nuevamente
desde Marsella (Francia), Fernando González le escribió al General Juan Vicente
Gómez, Presidente de la República de Venezuela:
"Ayer le cablegrafié anunciándole la próxima aparición
del libro que he escrito sobre usted. Corrigiéndolo, he vivido los días
intensos en que estuve a su lado en Maracay, en el "Club Bolívar",
Carabobo, "La Puerta", etc. Me parecía que revivía. No quiero darle
muchos detalles de la obra: Contiene una historia de Venezuela desde Páez hasta
usted; la segunda parte es la historia suya, y la tercera es una descripción
del ambiente de Caracas y de Maracay. Quedé más satisfecho que con "Mi Simón
Bolívar". Los críticos me alaban mucho el trabajo. Reciba para usted, Doña
Dolores y sus hijos y amigos, todas las manifestaciones de cariño de mi familia
y mías. Siempre su fiel amigo". Fernando González.
Posteriormente, no circuló en Venezuela el libro "Mi Compadre". La razón se debió a unos comentarios que escribió Fernando
González sobre la vida privada de doña María Antonia Bolívar, la hermana de
Simón Bolívar, en uno de sus capítulos. Al General Gómez no le parecieron correctos y estuvo de acuerdo con
las gestiones de quienes en esos años mantuvieron la dirección del culto y respeto a la
memoria del Libertador.
Señaló
González al respecto: "En Venezuela
se enojaron y ni siquiera permitieron la entrada de los ejemplares".
Luego, en carta dirigida desde Medellín (Colombia), el 29 de agosto de 1934, el
escritor escribió: "Fernando
González saluda respetuosamente a su ilustre amigo el Benemérito General don
Juan Vicente Gómez y le manifiesta su profundo agradecimiento por haber
dispuesto que le fueran devueltos los derechos de aduana que le fueron cobrados
por la introducción de su último libro".
El libro "Mi
Compadre" (1934), se había esperado con verdadero interés en Venezuela
pues el éxito obtenido con "Viaje a Pie" (1929), "Mi Simón Bolívar" (1930), "Don Mirócletes" (1932) y "El Hermafrodita Dormido" (1933), lo
acreditaron como un pensador de originalísimos enfoques y audaces juicios. Destacadas
personalidades del mundo literario analizaron y opinaron sobre sus obras como Gabriel
Miró, Azorín, Gregorio Marañón, Jacinto Benavente y Concha Espina, entre otros.
Rafael Dupouy Gómez