(Por: Rafael Dupouy Gómez)
Artística fotografía del
“Diamante Negro”, realizada por don Alfredo Boulton. Se aprecia, en su capote
de paseo, la bella imagen de Nuestra Señora Virgen de Coromoto, Patrona de
Venezuela. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
La afición taurina
venezolana recibió el Año Nuevo 2017 con la triste noticia del fallecimiento, a
la edad de 89 años, de Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”, ocurrido el 1 de
enero de 2017 en la ciudad de Maracay. Por tal motivo, dedico este artículo con
especial afecto al gran ídolo de nuestra torería, amigo gentil y excelente
persona que tuve la fortuna de conocer. A su inseparable esposa Mary Garrido de
Sánchez y sus hijos mi más sentido pésame.
Siempre me contaba mi abuelo
Florencio Gómez Núñez, que en la historia taurina venezolana, habían existido
dos auténticos ídolos y estos fueron, indiscutiblemente, Eleazar Sananes
“Rubito” y Luis Sánchez Olivares, “Diamante Negro”. Pocos toreros gozaron del
ambiente, la expectación, el cariño y la admiración de su pueblo como ellos.
Luis Sánchez Olivares,
“Diamante Negro”, nació en Ocumare del Tuy, Estado Miranda (Venezuela), el 22
de febrero de 1927. En el año 1945, empezó trabajando en un matadero en Ocumare
del Tuy y posteriormente, se inició como repartidor en una bodega ubicada en la
esquina caraqueña de “El Pájaro”. Su afición por los toros le vino por la
admiración que sentía por la gran figura del toreo Antonio Bienvenida. El
“Diamante Negro” contaba que para poder verlo torear, se escondía muchas veces dentro
de los cajones donde enviaban a los toros para las corridas. Años más tarde, el
mismo Antonio Bienvenida se convirtió en su padrino de confirmación de
alternativa. Su amistad con Antonio fue tan grande que, posteriormente, le
apadrinó un hijo al “Diamante Negro” de nombre Luis Alfredo Sánchez Garrido.
El diestro venezolano inició
su aprendizaje en la Plaza-Escuela “La Morena del Prado”, construida por un
grupo de aficionados. En esa Plaza se formaron también Alí Gómez y Rafael
Cavalieri, siendo su director de lidia Marcos Vélez. El 19 de abril de 1945,
debutó en el Circo Metropolitano de Caracas, justo antes de ser demolido.
“Diamante Negro”, cortó una oreja esa tarde y fue el torero que mató al último
toro que se lidió en esa histórica plaza, inaugurada el 2 de febrero de 1896,
por los toreros españoles Manuel Hermosilla y Francisco Jiménez “Rebujina”.
El 20 de mayo de 1945,
“Diamante Negro” se presentó en el Nuevo Circo de Caracas, lidiando novillos de
la ganadería “Banco Largo”, alternando con Samuel Rivero “El Chico del
Matadero” y Alí Gómez. Los tres novilleros fueron muy aplaudidos. Repitió el 31
de mayo de ese año, junto a “El Chico del Matadero” y cortó una oreja. El 10 de
julio de 1945, triunfó nuevamente, aunque recibió un fuerte varetazo, teniendo
que ir a la enfermería.
Viajó a Colombia y Ecuador,
donde tuvo mucho éxito. Recibió una cornada en el muslo, toreando con la muleta
en Guayaquil (Ecuador), pero continuó su faena con la taleguilla rota y
sangrando, culminándola con una gran estocada que le valieron las dos orejas.
En sus viajes a esos países, cortó un total de veinte orejas y cuatro rabos.
El 16 de junio de 1946,
reapareció el “Diamante Negro” en el Nuevo Circo de Caracas, luego de su
exitosa gira por Colombia y Ecuador. Alternó con Pepe Chalmeta y Rutilio
Morales.
NOVILLERO PUNTERO EN ESPAÑA
El 6 de febrero de 1947, se
embarcó para España. Debutó en la ciudad de Logroño (La Rioja) el 11 de junio
de 1947, lidiando una novillada con ganado de Cruz, para los novilleros
“Fauró”, “Moreno de Manjirón” y “Diamante Negro”. El venezolano “Diamante
Negro” fue el triunfador de la tarde, siendo ovacionado en su primero novillo;
cortándole a su segundo, las dos orejas.
El 5 de octubre de 1947, en
la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, fue el debut
de “Diamante Negro” en ese importante coso. Participó con el rejoneador Ángel
Peralta, y los novilleros Manolo González y Manuel Campillo “Maravilla”. Manolo
González, cortó dos orejas a su primer novillo y fue aplaudido en su segundo.
“Maravilla” estuvo entregado. “Diamante Negro” estuvo muy valiente y dio una
vuelta al ruedo en su primero; siendo aplaudido en su segundo. Se lidiaron un
novillo de las señoritas Jordán de Urríes para el rejoneador Peralta y seis
novillos de Villamarta.
El 12 de octubre de 1947, en
la Plaza de Toros de Granada, “Diamante Negro” obtuvo un apoteósico triunfo en
sus dos novillos, pertenecientes a la ganadería de Félix Moreno Ardanuy y cortó
tres orejas y un rabo, saliendo a hombros de la plaza.
El 19 de octubre de 1947, en
la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, se lidiaron
novillos de Chica, para “Larita”, Luis Sánchez “Diamante Negro” y Rafael
Ortega. “Diamante Negro”, estuvo muy artista y cortó una oreja a su primero, y las
dos orejas a su segundo. Recibió del público un ramo de flores y lo sacaron a
hombros de la plaza.
Luego, vendrían otras tardes
exitosas como la del 4 de abril de 1948, en la Plaza Monumental de Valencia
(España), cortando una oreja compartiendo cartel con Pablo Lalanda y Juanito
Bienvenida. Igualmente, el 6 de mayo de 1948, en la Plaza de Toros Monumental
de Barcelona (España). El “Diamante Negro” tuvo mucho éxito ante sus enemigos
con petición de oreja, actuando con “Jandilla” y Rafael “Lagartijo” (sobrino de
“Manolete”). En Osuna, el 14 de mayo de 1948, el “Diamante Negro”, fue
ovacionado en su primero novillo, dando una vuelta al ruedo con petición de
oreja. A su segundo, lo trasteó con valentía, siéndole otorgada una oreja,
recibiendo una gran ovación. Compartió cartel con Manolo González y Pablito
Lalanda.
El 28 de mayo de 1948, en la
Plaza de Toros de Granada (España), se lidiaron novillos de don José de la
Cova, para Manolo Dos Santos, Luis Sánchez “Diamante Negro” y “Frasquito”. Dos
Santos en su primero, cortó dos orejas y escuchó palmas en su segundo.
“Diamante Negro” estuvo soberbio en su primero y cortó dos orejas y rabo, dando
dos vueltas al ruedo con saludo; en su segundo, escuchó palmas. El público sacó
a hombros de la plaza a los diestros Dos Santos y “Diamante Negro”.
El 3 de junio de 1948, en la
Plaza de Toros Monumental de Barcelona (España), se lidiaron novillos de don
Marceliano Rodríguez, para los novilleros Rafael Yagüe, Luis Sánchez “Diamante
Negro” y Julio Aparicio. “Diamante Negro” fue ovacionado en sus dos novillos a
los que les cortó, una oreja a cada uno. Aparicio cortó una oreja a su primero,
y recibió una gran ovación en su segundo.
El 6 de junio de 1948, se
celebró en la Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla,
una novillada donde se lidiaron reses de don Félix Gómez, para el diestro
peruano Miguel López “Trujillano”, el venezolano Luis Sánchez “Diamante Negro”
y Paquito Bru. “Diamante Negro”, recibió una ovación en su primero y cortó una
oreja de su segundo. Paquito Bru, cortó una oreja.
El 20 de junio de 1948, en
la Plaza de Toros Monumental de Valencia (España), se lidiaron novillos de doña
Julia Cossío, para Catale, Luis Sánchez “Diamante Negro” y Julio Aparicio.
Catale cortó una oreja. “Diamante Negro” realizó una gran faena al quinto
novillo de la tarde, y cortó una oreja. Julio Aparicio en su primer novillo,
toreando con la muleta fue cogido, teniendo que ir a la enfermería de la plaza.
El 26 de junio de 1948, en
la Plaza de Toros de Badajoz, se llevó a cabo la denominada “Mejor Novillada
del Año”, actuaron la rejoneadora Conchita Cintrón y los novilleros Pablo
Lalanda, Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro” y Rafaelito “Lagartijo”. La
prensa señaló en el mes de junio de 1948 como los novilleros más destacados a
Julio Aparicio, Moreno Reina, Juanito Bienvenida, el venezolano “Diamante
Negro” y el portugués Manolo Dos Santos.
El 22 de julio de 1948, en
la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron novillos del
vizconde de Garci-Grande, para Luis Sánchez “Diamante Negro”, Alejandro García
y Pepe Ripoll “Cagancho” (hijo). García recibió una fuerte cornada del segundo
novillo de la tarde, al torearle con el capote, por lo que quedó la novillada
en un mano a mano entre “Cagancho” (hijo) y “Diamante Negro”. El venezolano,
pudo dominar la peligrosa embestida del tercero de la tarde, matándolo de media
estocada, siendo muy ovacionado. Al quinto novillo, lo toreó muy bien con el
capote. Brindó su faena a “Parrita” y se le vio con buena clase en una tanda de
derechazos, siendo muy aplaudido. Entró por derecho y colocó una gran estocada,
liquidando a su enemigo sin puntilla. El venezolano escuchó una gran ovación
con petición de oreja y dio una vuelta al ruedo. Su presentación dejó buen
ambiente en Madrid. Fue su debut en esa prestigiosa plaza.
El 1 de agosto de 1948, en
la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron seis novillos
de Molero para Moreno Reina, “Diamante Negro” y el peruano “Trujillano”.
“Diamante Negro” se mostró hábil y valeroso ante sus novillos, siendo
ovacionado en su último, teniendo que salir a saludar en los medios.
El 18 de agosto de 1948, en
Ciudad Real, se lidiaron novillos de Silverio Fernández (antes de Marcial
Lalanda), para Juanito Tarré, Luis Sánchez “Diamante Negro” y “Lagartijo”. El
venezolano toreó muy bien con el capote a sus dos enemigos, siendo muy
aplaudido. A su primero, le realizó una buena faena que culminó con media
estocada. Recibió una gran ovación y cortó una oreja. A su segundo, le volvió a
realizar una faena valiente que terminó con estocada entera y tres descabellos.
Se le concedió una oreja que el diestro venezolano rechazó.
El 1 de septiembre de 1948,
en Calahorra, “Diamante Negro” cortó dos orejas y rabo actuando con Moreno
Reina y Pepe Alaiza. El 8 de septiembre de 1948, en Barbastro, el “Diamante
Negro” toreó muy bien a su primer novillo, dando una vuelta al ruedo. A su
segundo novillo, le ejecutó una gran faena que culminó con estocada sin
puntilla, cortando las dos orejas y rabo, recibiendo una fuerte ovación.
Compartió cartel con los novilleros Juanito Bienvenida y Antonio Bamala. El 14
de septiembre de 1948, en la feria de Albacete, se lidiaron un novillo de Soto
de la Fuente para el rejoneador Pepe Anastasio y seis novillos de Hernández
para los novilleros “Diamante Negro”, Pablito Lalanda y Torrecilla. “Diamante
Negro” recibió una gran ovación en su primero, y cortó las dos orejas a su
segundo.
El 19 de septiembre de 1948,
en la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron cinco
novillos de los sobrinos de doña Juliana Calvo (antes Albaserrada) y uno de don
Humberto Sánchez, para “Diamante Negro”, Paco Honrubia y Manuel Carmona.
“Diamante Negro” realizó a sus dos enemigos valerosas faenas. Sus lances con el
capote gustaron mucho a los espectadores. A su primer novillo, le realizó una
gran faena con la muleta, estando muy cerca de los pitones, corriéndole la mano
en series de naturales, pases en redondo y de pecho, dando una lección de
torero moderno. Fue una faena fuertemente ovacionada. Escuchó un aviso por
tardar el toro en morir después del descabello. A su segundo, un toro manso, lo
obligó a embestir, dándole unos imponentes pases en redondo y matando de una
gran estocada. La prensa opinó que estaba muy capacitado para pasar a la
categoría de matador de toros.
Ese año terminó “Diamante
Negro”, encabezando el escalafón de novilleros, con 42 actuaciones, cortando 25
orejas y 4 rabos.
Alternativa
del “Diamante Negro” en Granada (España), el 29 de Septiembre de 1948. Padrino:
Paco Muñoz, Testigo: Manolo González. Foto: Martín Santos Yubero. (Archivo:
Hnos. Dupouy Gómez).
El “Diamante Negro” recibió
la alternativa como matador de toros, el 29 de septiembre de 1948, en Granada
(España) de manos de Paquito Muñoz, actuando como testigo Manolo González. El
toro de su alternativa se llamó “Estornino”, de la ganadería de Félix Moreno
Ardanuy. Ese
día, el diestro venezolano vistió un precioso traje de luces blanco y oro. Al
toro de su doctorado que abrió plaza, le realizó una estupenda faena de muleta
que culminó con una estocada hasta los gavilanes que fue premiada con una
oreja, siendo fuertemente ovacionado. Al último toro de la corrida el “Diamante
Negro”, lo despachó de una estocada casi entera, media y varios intentos de
descabello. Su padrino de alternativa Paquito Muñoz, estuvo valeroso y decidido
pero no logró el éxito deseado artísticamente en ninguno de sus enemigos.
Manolo González, a su primer toro, lo lidió magistralmente demostrando todo su
arte, gracia y torería, cortándole las dos orejas y el rabo. En el segundo que
le tocó en suerte, escuchó una gran ovación dando la vuelta al ruedo.
Un desborde de entusiasmo
generó el arribo del “Diamante Negro” a Venezuela, después de su campaña en
España. Las caravanas de vehículos lo trasladaron desde Maiquetía hasta
Caracas. El pasodoble “Diamante Negro”, interpretado por el tenor venezolano
Alfredo Sadel se escuchaba y popularizaba ese año. El 28 de noviembre de 1948,
fue su debut en Venezuela como matador de toros. La corrida se celebró en el
Nuevo Circo de Caracas, lidiando toros de la ganadería colombiana de “Vistahermosa”, toreando un
mano a mano con Raúl Acha “Rovira”. “Diamante Negro” toreó muy bien a su primer
toro, recibiendo una oreja que fue protestada por parte del público asistente.
A su segundo toro, le realizó una faena superior a la anterior pero entrando a
matar recibió una cornada, siendo premiado con dos orejas. Su compañero
“Rovira”, cortó dos orejas a su segundo toro, teniendo que matar cuatro toros
por el percance del “Diamante Negro”.
El
“Diamante Negro” en Las Ventas de Madrid. (Foto: Ortiz) y con su gran amigo
Florencio Gómez Núñez en el Patio de Caballos de la Maestranza de Maracay. Año
1993. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).
El apoderado del “Diamante
Negro” durante muchos años fue Cástulo Martín, un excelente banderillero nacido
en Bilbao (España) que había participado en 1934 como subalterno en la Feria de
Maracay organizada por los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez.
Cástulo Martín perteneció a las cuadrillas de Nicanor Villalta, Valencia II,
Domingo Ortega y Martín Agüero, entre otros. Manejaba muy bien el capote y
bregaba con eficiencia, destacándose como uno de los mejores subalternos de su
época.
El “Diamante Negro” después
de su debut como matador de toros les escribió una bonita dedicatoria a los
hermanos Gómez Núñez:
“A
Don Juan Vicente y a Don Florencio Gómez que tanto han ayudado con su desmedida
afición a que triunfase en mi Patria la Fiesta Nacional, que ahora, con mi
presentación como matador de toros me ha hecho conseguir en parte mis sueños
dorados”.
Luis Sánchez “Diamante Negro”. Caracas
15/12/1948.
El 2 de enero de 1949, Luis
Sánchez “Diamante Negro” confirmó su alternativa en la Plaza de Toros
Monumental México. Su padrino de confirmación fue Alfonso Ramírez “El Calesero”
y como testigo estuvo Luis Procuna. El toro de su confirmación en México se
llamó “Muñeco”, de “Pastejé”.
El 27 de marzo de 1949, se
presentó en el Nuevo Circo de Caracas, el mano a mano del venezolano Luis
Sánchez “Diamante Negro y el mexicano Luis Procuna, lidiando toros de
“Guayabita”. Fue una gran tarde, ya que los diestros cortaron tres orejas y un
rabo cada uno.
El 3 de abril de 1949, en la
Plaza de Toros Maestranza de Maracay, se encerró en solitario el “Diamante
Negro” para estoquear cuatro toros de “Guayabita”. Tuvo una tarde triunfal y
cortó tres orejas y dos rabos, saliendo a hombros de la plaza.
El 31 de agosto de 1949, en
Requena (España), se lidiaron seis toros de don Alipio Pérez Tabernero, para
“Parrita”, Antonio Caro y Luis Sánchez “Diamante Negro”. El venezolano, a su
primero, le realizó una faena muy variada y artística. Mató al toro de media
estocada, cortando las dos orejas y el rabo. A su segundo, le ejecutó una gran
faena, cortando, nuevamente, las dos orejas y el rabo. Fue el triunfador esa
tarde.
Mi abuelo Florencio Gómez
Núñez, me contaba sobre el ídolo venezolano, lo siguiente: “El “Diamante Negro”, fue un torero con una gran personalidad que se
hizo querer por su público. Garbosa y solemne era su característica forma de
realizar el paseíllo. Todos se maravillaban del arte que le imprimía a sus
faenas y del buen sentido de su toreo. Con el capote era formidable, sus lances
con las manos muy bajas y pegadas a los costados con los pies juntos,
levantaban al público de sus asientos. Fue un torero de arte e inspiración,
además de haber sido un certero estoqueador. Aquel ambiente que dejó el
“Diamante Negro” fue algo inolvidable. Antes, la gente no decía: ¡vamos a los
toros!, sino ¡vamos a ver al “Diamante Negro”! Era, indiscutiblemente, un caso
especial de desbordada admiración y auténtica idolatría. Su presencia por las
calles, arremolinaba a la gente que se agolpaba para verlo. Se generaban las
discusiones propias de la fiesta en las tertulias y reuniones de aficionados
que hablaban siempre del “Diamante Negro”.
La simpática y cariñosa
esposa del “Diamante Negro”, Mary Garrido de Sánchez, me contó con lágrimas de
emoción, un bonito recuerdo que tuvo cuando vino de España a Venezuela por
primera vez, después de su matrimonio. Sucedió, que al bajar de la escalerilla
del avión, los esperaba mi abuelo Florencio Gómez Núñez en tierra venezolana,
entregándole a ella un ramo de flores de bienvenida en el Aeropuerto de
Maiquetía. Ese hermoso detalle lo tiene siempre presente y guarda con especial
cariño en su corazón.
La categoría de ídolo
nacional del “Diamante Negro”, seguía en ascenso, por su entrega y sus faenas
valientes y toreras. Por tal motivo, mi abuelo Florencio Gómez Núñez, como
empresario taurino, lo contrató para la temporada en el Nuevo Circo de Caracas.
El “Diamante Negro” actuó dos tardes, la primera, el 4 de diciembre de 1949 y
la segunda, el 11 de diciembre de 1949. En la primera corrida, el “Diamante
Negro” alternó con los diestros Antonio Bienvenida y Luis Miguel Dominguín con
reses de la ganadería colombiana de “Mondoñedo”. El público caraqueño a pesar
de la molestosa llovizna que caía, llenó la plaza de toros capitalina.
El diestro venezolano apenas
tenía un año de alternativa, pero se enfrentó a esas figuras con verdadera
disposición de no dejarse ganar la pelea, demostrando ser un torero de gran
personalidad, muy artista y valiente. En su primer toro estuvo enorme. Con el
capote, consiguió una serie de verónicas de su propio sello. Con los brazos
desmayados y muy quieto, rematando con la media. Su faena de muleta fue redonda,
obligando al toro con mucha inteligencia, consiguiendo tandas de derechazos,
afarolados, manoletinas y un molinete de rodillas muy cerca de los pitones del
toro. La música no se hizo esperar y en los medios ejecutó un toreo hondo, con
mucho arte e inspiración. Se perfiló para entrar a matar y logró una estocada
casi entera, que hizo rodar al toro. El público estaba enloquecido con nuestro
“Diamante Negro” y ante la insistencia de solicitud de trofeos por su
extraordinaria faena, le concedieron las dos orejas y el rabo. En su segundo
toro el “Diamante Negro”, volvió a realizar una gran faena que bien le hubieran
valido las dos orejas, pero falló con la espada y se perdieron las esperanzas.
Su público lo sacó en hombros como bien lo merecía por su valor y entrega. Fue
una gran tarde de toros para nuestro ídolo criollo.
Luis Miguel Dominguín,
realizó una excelente faena a su segundo toro y logró cortar dos orejas, siendo
muy ovacionado. Antonio Bienvenida, deleitó en sus quites con el capote,
brindándole, el toro que abrió plaza, a mi abuelo Florencio Gómez Núñez, en un
gesto de verdadera amistad. Lamentablemente, los toros que le tocaron en suerte
no le permitieron un mayor lucimiento con la muleta. Al terminar la corrida,
los comentarios fueron muy halagadores para la empresa, pero lo presenciado en
la próxima corrida, marcaría un hito en la historia del Nuevo Circo de Caracas.
APOTEÓSICA TARDE EN EL NUEVO CIRCO DE
CARACAS
Aquella tarde, el 11 de
Diciembre de 1949, en el Nuevo Circo de Caracas, fue inolvidable para los tres
matadores que tomaron parte en esa memorable corrida. Mi abuelo Florencio Gómez
Núñez fue el empresario, pero quien aparecía públicamente era su compadre José
Luis de Benito, al que encargó de toda la organización. Mi abuelo, contrató al
matador de toros mexicano, Antonio Velázquez, a la gran figura española Luis
Miguel Dominguín y al ídolo venezolano Luis Sánchez Olivares, “Diamante Negro”,
lidiando seis toros de la ganadería colombiana de “Vistahermosa”.
La tarde amenazaba con lluvia,
pero a pesar del mal tiempo, los aficionados abarrotaron la plaza como
adivinando que iban a presenciar algo grande. El público entusiasmado no cesó
de aplaudir toda la tarde las faenas realizadas por los matadores que cortaron
10 orejas y 2 rabos, dando 12 vueltas al ruedo y saliendo a hombros los tres
diestros por la puerta grande. El mexicano Antonio Velázquez, cortó cuatro
orejas y un rabo; Luis Miguel Dominguín, dos orejas; y el venezolano “Diamante
Negro”, cortó cuatro orejas y un rabo. El diario “Ultimas Noticias” de Caracas,
el 12 de diciembre de 1949, publicó lo siguiente: “Más de cinco mil personas formaban el cortejo que llevaba en sus
hombros a los tres valientes diestros que ayer actuaron en el Nuevo Circo de
Caracas. Enardecidos por la memorable tarde de toros que Antonio Velázquez,
Luis Miguel Dominguín y Luis Sánchez “Diamante Negro” dieron. Los aficionados
los pasearon en hombros por las calles de la ciudad”. “El Heraldo” reseñó:
“Luis Miguel se impuso con su ciencia y su sabiduría profunda, Velázquez con su
dramática serenidad y aguante portentoso y “Diamante Negro” con su valor y su
clase extraordinaria”.
La gente estaba desbordada
de emoción por el triunfo de los tres matadores y de las faenas que habían
presenciado y disfrutado aquella memorable tarde. Siempre se ha recordado esta
corrida de toros, tanto por la crítica taurina como por la afición, como una de
las más completas, mejores e inolvidables celebrada en toda la historia del
Nuevo Circo de Caracas. Hasta un pasodoble titulado “Domingo Once” fue compuesto e interpretado por el tenor venezolano
Alfredo Sadel como un homenaje a tan extraordinaria corrida.
EL “DIAMANTE NEGRO” ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE
El 19 de febrero de 1950,
domingo de Carnaval, el “Diamante Negro” fue herido de gravedad cuando se
dirigía por las calles del Nuevo Circo de Caracas, donde aparentemente tuvo una
fuerte discusión con un grupo de personas que estaban en la puerta de la
Mezquita viendo los disfraces de Carnaval. Este grupo de personas se empezó a
meter con él, gritándole cosas desagradables e insultándolo. La policía, trató
de disolver al grupo y finalmente, detuvo a un empleado del Nuevo Circo. El
individuo, desobedeciendo las órdenes de arresto, se abalanzó sobre el
“Diamante Negro” y le propinó una puñalada en el pecho, dejándolo tendido en el
suelo gravemente herido. Luego del fatal incidente, fue llevado de urgencia al
Puesto de Socorro de Salas en un automóvil de alquiler. El “Diamante Negro”
estaba muy grave. La herida penetró por la sexta intercostal, interesándole el
pulmón derecho. Su mozo de espada Pedriles no se separó del lecho donde se
encontraba el matador. El diestro mexicano Carlos Arruza expresó que después de
la muerte de Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”, la noticia de la agresión al
“Diamante Negro” fue la que más hondamente le afectó.
Toda Venezuela vivió
pendiente de la vida de Luis Sánchez, “Diamante Negro”, muchos lloraban, otros,
rezaban llenando los templos, encendiendo velas y pidiendo un milagro a Dios
para que le salvara la vida. La gente copó todos los alrededores del Puesto de
Socorro donde estaba hospitalizado y no se podía pasar en automóvil. Los
boletines que se emitían por radio, cada media hora, informaban de su estado de
salud. Mi abuelo Florencio Gómez Núñez, personalmente se dirigió al Puesto de
Socorro para visitar al “Diamante Negro” con quien siempre le unió una gran
amistad. Como se encontraba bastante custodiado, no lo dejaban pasar, pero su
esposa Mary, al reconocerlo de inmediato ordenó que lo dejaran entrar,
diciendo: “¡Déjenlo entrar que es el hijo
de mi General Gómez!”. Así logró verlo en su habitación y le colocó, debajo
de su almohada, una estampa de la Virgen de Nuestra Señora de Coromoto que, muy
especialmente, le entregó mi madre Rosa Elena Gómez Arráiz, gran admiradora del
“Diamante Negro”, para que lo protegiera. Un grupo de soldados del cuartel La
Planta fue enviado por el Ministerio de la Defensa para donar sangre al
“Diamante Negro”. Gracias a Dios, al personal médico que lo atendió y al
desbordado cariño manifestado por su pueblo, pudo salvar, milagrosamente, su
vida para seguir continuando su gran carrera taurina.
El día 27 de febrero de
1950, fue entrevistado el “Diamante Negro” por un corresponsal de la United
Press, y el torero expresó: “Dios permitirá
que me salve y si pronto me recupero, puede asegurar que mi mayor ilusión será
poder confirmar mi alternativa en la plaza de Madrid, ya que este punto es tan
esencial en mi carrera taurina que acaba de confirmármelo mi apoderado por
cable desde España. También quiero expresar mi profundo agradecimiento hacia
tantísimas personas que desde todas partes se interesan por mi salud”.
El 11 de junio de 1950, se
llevó a cabo en Salamanca, un Festival a beneficio del Asilo de las Hermanitas
de los Pobres, se lidiaron novillos de distintas ganaderías. Actuó a caballo,
don Alipio Pérez Tabernero, que estuvo muy bien y cortó las dos orejas y rabo.
En la lidia ordinaria, “Cagancho” dio una vuelta al ruedo; “Gitanillo de Triana”
cortó dos orejas; “Gallito” fue aplaudido; Albaicín cortó una oreja; “Parrita”
pitos y aplausos; y, “Diamante Negro” cortó una oreja. Todos los diestros
dieron la vuelta al ruedo y don Alipio fue sacado a hombros de la plaza.
El 18 de junio de 1950, en
la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas de Madrid, se lidiaron toros de
Manuel Arranz, para los diestros Antonio Bienvenida, Pepín Martín Vázquez y
Luis Sánchez “Diamante Negro”, que confirmó su alternativa. Bienvenida hizo una
faena dominadora a su primero, recibiendo los aplausos de la concurrencia; en
su segundo recibió una ovación. Martín Vázquez escuchó palmas en su primero; y
ovación con saludo en su segundo. “Diamante Negro” estuvo valiente en sus dos
toros, a su primero, de nombre “Mellado”, lo mató de dos pinchazos y estocada;
a su segundo, de estocada delantera y descabello, escuchando aplausos en ambos.
El 18 de julio de 1950, en
la Plaza de Toros de Manzanares (España), se llevó a cabo un Festival benéfico,
se lidiaron novillos de Emilio Arroyo, en donde participaron los diestros
Domingo Ortega, Rafael Ortega “Gallito”, Antonio Bienvenida, Luis Sánchez
“Diamante Negro” y el peruano Gregorio Maroto. Ortega cortó dos orejas.
“Gallito” cortó una oreja. Bienvenida cortó dos orejas. “Diamante Negro” cortó
dos orejas y rabo, siendo el triunfador esa tarde. Maroto, cortó una oreja.
El 19 de noviembre de 1950,
en la Plaza de Toros Monumental de Valencia (España), se llevó a cabo un
Festival Taurino, lidiándose novillos de Victoriano de la Serna, para los
toreros Domingo Ortega, Victoriano de la Serna, Rafael Ponce “Rafaelillo”,
Antonio Bienvenida, “Boni” y “Diamante Negro”. Todos los matadores fueron
ovacionados, escuchando música en sus respectivas faenas, dando la vuelta al
ruedo. En el quinto novillo, por petición del público, salió al ruedo Vicente
Barrera, que se encontraba en el callejón, y ejecutó unas magníficas verónicas,
siendo muy ovacionado. Antes de iniciarse el festejo se recogió arena del ruedo
para ser trasladada a México y unirla a la sepultura del insigne pintor
valenciano Ruano Llopis.
El 4 de marzo de 1951, en la
Plaza de Toros Maestranza de Maracay (Venezuela), se lidiaron reses colombianas
de Venecia (doña Clara Sierra), para los diestros Luis Sánchez Olivares
“Diamante Negro”, Julio Aparicio y Miguel Báez “Litri”. “Diamante Negro”
triunfó clamorosamente en su primer toro, siendo ovacionado con el capote.
Realizó una faena muy completa, destacando sus series de naturales. Culminó con
una gran estocada y le premiaron con dos orejas. Aparicio y “Litri” también
cortaron dos orejas a sus primeros toros.
El 28 de octubre de 1951, se celebró un
festival taurino en la pintoresca plaza de Colmenar de Oreja, actuaron los
diestros Domingo Ortega, Pepe Bienvenida, Antonio Caro, Luis Sánchez “Diamante
Negro” y Juanito Bienvenida. La tarde fue muy lucida. Todos cortaron orejas y
recibieron ovaciones.
Una memorable tarde del
“Diamante Negro” fue la del domingo, 22 de marzo de 1953. Se lidiaron toros de
“Guayabita” para los diestros: “Diamante Negro”, Enrique Vera y César Girón. El
“Diamante Negro”, realizó una faena grande, inolvidable, de esas que permanecen
en el recuerdo de los aficionados. Su público lo ovacionó como nunca en Maracay
al cortarle las dos orejas al toro “Tuyero” de “Guayabita”. La gente pidió,
insistentemente, que le otorgaran también el rabo, pero la Presidencia lo negó,
siendo fuertemente abroncada. Por su extraordinaria faena, le concedieron al
“Diamante Negro” una placa que se encuentra colocada en la Maestranza de
Maracay como recuerdo de aquella apoteósica tarde. César Girón también estuvo
muy bien en esa corrida, cortando las dos orejas de su primero y las dos orejas
de su segundo toro, que fueron rechazadas por él, ante las protestas del
público que las consideró excesivas.
El 7 de febrero de 1954, se
celebró la segunda corrida de la Feria de Maracay, torearon los diestros
“Diamante Negro”, Luis Procuna y César Girón. Los venezolanos “Diamante Negro”
y César Girón triunfaron cortando orejas, saliendo a hombros de la plaza. Se
lidiaron toros de la ganadería venezolana de “Guayabita”. El diestro mexicano
Luis Procuna fue aplaudido en sus dos toros.
El 5 de diciembre de 1954,
en la Plaza de Toros Maestranza de Maracay, actuaron los diestros Luis Sánchez
“Diamante Negro”, César Girón y Carlos Corpas. “Diamante Negro” a su primer
toro, lo toreó magistralmente con el capote y la muleta, matando de gran
estocada, cortó dos orejas; a su segundo, le cortó una oreja. Girón a su
segundo le cortó las dos orejas y rabo. Corpas, cumplió. Los tres diestros
salieron a hombros de la plaza.
Gracias a la gran amistad
del “Diamante Negro” con la Casa Bienvenida, logró que el “Papa Negro” se
interesara en ayudar la carrera del venezolano César Faraco. Don Manuel Mejías,
siendo su apoderado, llegó a firmarle una exclusiva de 20 novilladas y su
alternativa en España. Antonio Bienvenida, fue el Padrino de Alternativa de
César Faraco, el 13 de mayo de 1955 en la Monumental de Las Ventas de Madrid
durante la Feria de San Isidro, ante toros de Prieto de la Cal y Carlos Núñez.
El “Diamante Negro” se portó muy bien con su compatriota y observó la corrida
desde el callejón, en compañía del “Papa Negro”. Con el paso de los años,
creció una entrañable amistad entre el “Diamante Negro” y César Faraco, correspondiéndole
al “Diamante Negro”, cortarle la coleta en la corrida de la despedida de
Faraco, el 9 de julio de 1978.
El
“Diamante Negro” fue un gran amigo de la dinastía Bienvenida. Arriba: el ídolo
venezolano con el “Papa Negro”. Abajo, de izquierda a derecha: Antonio
Bienvenida, Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”, don Florencio Gómez Núñez y
Ángel Luis Bienvenida en Caracas (Venezuela). Año 1963. (Archivo: Hnos. Dupouy
Gómez).
El 18 de septiembre de 1955,
en la Plaza de Toros del Nuevo Circo de Caracas, se celebró un mano a mano
entre el mexicano Luis Procuna y el venezolano Luis Sánchez “Diamante Negro”,
lidiando reses mexicanas de “Piedras Negras” y de “El Rocío”. La corrida estuvo
del agrado del público a pesar de la fuerte lluvia que cayó esa tarde. Procuna
le cortó a su tercer toro, las dos orejas y rabo. “Diamante Negro”, al último
toro de la corrida, le cortó las dos orejas.
El 2 de noviembre de 1955,
en la Plaza de Toros de Medellín (Colombia), se celebró un mano a mano entre el
diestro mexicano Luis Procuna y el venezolano Luis Sánchez Olivares “Diamante
Negro”. Procuna estuvo muy bien en sus tres toros, cortando: dos orejas a su
primero, una oreja a su segundo y dos orejas y rabo a su tercero. “Diamante
Negro” realizó una gran faena a su segundo toro, mató de una gran estocada y
cortó dos orejas.
Muchos triunfos se fueron
sumando en la carrera taurina del “Diamante”, pero en una de esas tardes de
ilusión, ocurrió el fatal percance que mantuvo a nuestro querido ídolo
venezolano entre la vida y la muerte.
LA GRAVE CORNADA DEL “DIAMANTE NEGRO” EN CARACAS
El 10 de noviembre de 1957
actuaba el rejoneador Ángel Peralta con los diestros Miguel Báez “Litri”,
Anselmo Liceaga y el “Diamante Negro” en el Nuevo Circo de Caracas. El ídolo
venezolano “Diamante Negro” estuvo extraordinario en su primer toro, pero
durante la lidia de su segundo, de nombre “Manzanero”, marcado con el número
62, de la ganadería mexicana de “Peñuelas”, luego de realizar una magnifica
faena de muleta, sufrió un terrible percance ejecutando la suerte suprema. Se
paralizó por completo la plaza al ver a su ídolo prendido por el cuello, con el
pitón metido debajo del maxilar, siendo levantado por el impulso de la
embestida, derribándolo y propinándole otra herida en el muslo derecho.
Mi abuelo, Florencio Gómez
Núñez, estuvo presente aquella tarde en el Nuevo Circo de Caracas. Había
acudido con mi abuela, Elena Arráiz de Gómez, mi tío Florencio Vicente y mi
madre Rosa Elena Gómez Arráiz. Momentos de verdadera angustia se vivieron en el
ruedo. La oportuna intervención del rejoneador Ángel Peralta permitió que el
“Diamante Negro”, no se ahogara con su propia sangre al ser conducido a la
enfermería, ya que lo llevaban cargado boca arriba. Peralta, al darse cuenta
del error que estaban cometiendo, dio instrucciones para que lo voltearan
inmediatamente boca abajo, de forma que pudiera expulsar la sangre que le
impedía respirar, porque se estaba ahogando. Todo esto ocurrió entre los
nervios y la prisa de quienes lo conducían por el callejón hasta la enfermería.
Como dato curioso, el
“Diamante Negro” perdió los dos dientes incisivos superiores que cayeron a la
arena y el popular monosabio “Mosquito” los recogió y se los pegó,
inmediatamente, con las manos. No perdió los dientes gracias a su oportuna y
rápida intervención. El equipo médico que lo atendió de urgencia en la
enfermería estaba integrado por los doctores Guillermo Angulo López, Hernán
Quintero Uzcátegui y Raúl Ferro.
El “Diamante Negro”, después
de la eficiente intervención del Dr. Guillermo Angulo López, fue trasladado al
Puesto de Socorro que quedaba en la esquina de Salas, donde permaneció dos
semanas hospitalizado. Posteriormente, terminó su recuperación en su
residencia.
El 11 de diciembre de 1960,
en la Plaza de Toros Maestranza de Maracay, actuaron los diestros Luis Procuna,
Luis Sánchez “Diamante Negro” y Paco Camino que debutaba en Venezuela. Camino,
cortó una oreja a su primer toro. “Diamante Negro” realizó una gran faena, a su
segundo toro, cortándole las dos orejas. Procuna cumplió ante el peor lote de
la corrida. Los diestros “Diamante Negro” y Paco Camino salieron a hombros de
la plaza.
El 29 de septiembre de 1963,
Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro” se cortó la coleta en el Nuevo Circo de Caracas.
Alternó con Antonio Bienvenida y Félix Briones. Su último toro se llamó
“Calamar”, número 40, de 444 kilos, de la ganadería mexicana de “Xajay”. Como
dato curioso, Antonio Bienvenida, había
actuado, el 28 de septiembre de 1963 en Madrid (España) y al día siguiente, en
tiempo récord, se presentó especialmente en el Nuevo Circo de Caracas
(Venezuela) para cortarle la coleta a su compadre, el ídolo venezolano
“Diamante Negro”. Sería su primera despedida de los ruedos.
El 13 de febrero de 1966, el
ídolo venezolano “Diamante Negro” volvió a los ruedos en la Plaza de Toros
Maestranza de Maracay, alternando con “Curro” Girón y Santiago Martín “El
Viti”, ante toros de la ganadería de “El Rocío”. Curro Girón cortó dos orejas,
a su segundo toro, quinto de la tarde y fue paseado a hombros. “Diamante Negro”
cumplió y fue aplaudido.
El 12 de octubre de 1971,
toreó su última corrida en el Nuevo Circo de Caracas, alternando con Paco
Camino y Dámaso González, ante toros de la ganadería mexicana “Tequisquiapan”.
Su último toro se llamó “Atabapo”, marcado con el número 106, con 485 kilos de
peso.
Rafael
Dupouy Gómez, Luis Sánchez “Diamante Negro”, Rosa Elena Gómez Arráiz y Miguel
Dupouy Gómez en la Maestranza de Maracay. Año 1998. (Archivo: Hnos. Dupouy
Gómez).
El 21 de enero de 1972, se
retiró definitivamente de los ruedos en San Cristóbal (Venezuela), alternando
con Francisco Rivera “Paquirri” y Miguel Márquez, lidiando toros de “Las
Mercedes”.
El “Diamante Negro” recibió
con bastante alegría como obsequio el documental “Los Bienvenida en Venezuela. Huella indeleble en el corazón de una
dinastía”, realizado por nosotros los Hnos. Dupouy Gómez. Recuerdo que nos
felicitó muy emocionado al verlo, porque le trajo entrañables recuerdos a él y
a su señora.
Nunca olvidaré el detalle de
su sencillez y noble corazón cuando me llamó por teléfono para felicitarme por
mi 50 cumpleaños.
En los momentos tristes de
su desaparición física, le dedico este homenaje de recuerdo a mi muy querido
amigo Luis Sánchez Olivares “Diamante Negro”, figura y ejemplo de la historia
taurina de Venezuela. Que en paz descanse.
RAFAEL: EXCELENTE CRONICA. MUY COMPLETA. AL DIAMANTE NEGRO LO RECUERDO MUCHO, AUNQUE NO SOY AFICIONADO A LOS TOROS,POR SUS HAZAÑAS NARRADAS POR RADIO Y LA PRENSA DE LA EPOCA. TE FELICITO DE NUEVO!!
ResponderBorrarBuenas Tardes. Mi Padre Dr Domingo Vega de Armas fue su apoderado en un tiempo
ResponderBorrarRafael, reciba mi abrazo de congratulación por este buen trabajo de Luis Sánchez Olivares, figura nacional de la tauromaquia con proyección internacional. Estos elementos historiales son un aporte valioso para la cultura taurina y para soportar sobre bases firmes el aporte nacional a la fiesta brava en su dimensión mundial (Orbe taurino). Reciba mi abrazo de aprecio y complacencia. Cordialmente,
ResponderBorrarNILSON GUERRA ZAMBRANO
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