domingo, 15 de mayo de 2022

ELEAZAR SANANES "RUBITO": CENTENARIO DE SU ALTERNATIVA EN MADRID

  (Por: Rafael Dupouy Gómez)

Eleazar Sananes "Rubito" el día de su alternativa en Madrid, el 17 de mayo de 1922, alternando con Juan Anlló "Nacional II", Marcial Lalanda y Julián Sáiz "Saleri II". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

"Dedico este artículo como un homenaje a la memoria de Eleazar Sananes "Rubito", el primer torero venezolano que recibió la alternativa en España, y a mi querido abuelo Florencio Gómez Núñez, su compadre, gran admirador y entrañable amigo. Que Dios los tenga en su Gloria".

Rafael Dupouy Gómez.

El 17 de mayo de 2022, se cumple una importante fecha para la historia del toreo venezolano, el centenario de la alternativa en Madrid, España, del ídolo nacional Eleazar Sananes "Rubito". 

Eleazar Sananes Echeverría "Rubito", nació en Caracas el 5 de enero de 1900, rubio y de contextura, delgada, fue un torero corto en el conjunto de sus suertes, pero emocionante por su gran valor y artista por temperamento e inspiración. 

Sus comienzos fueron difíciles como participante en espectáculos de toreo bufo, imitando de pueblo en pueblo a Charles Chaplin. Practicó su aprendizaje taurino con sus compañeros de andanzas y desventuras "Bolivita", "Canelo", "Manene" y el viejo "Chispa". Luego probó suerte dedicándose al toreo serio viajando a Colombia y Perú, donde cosechó muchos éxitos, especialmente en Lima, en el histórico coso de Acho. 

El crítico taurino Rafael Durán Rondón "Curro Puya" de la revista "Élite", expresaba el furor y la idolatría que despertaba en aquella época Eleazar Sananes "Rubito": 

"El año 1920 marcó una era de evolución en el toreo nacional. Rumores que llegaban de tierras de los Incas señalaban la aparición de un muchacho venezolano, rubio por añadidura, y que les hacía a los toros "cosas de torero grande". La vieja plaza de Acho se conmovió en sus cimientos ante las hazañas del diestro que todas las tardes de corrida se ganaba una salida en hombros. Y los toros de Asín y El Olivar, bien toreados y superiormente matados, fueron cimentando el prestigio del muchacho rubio. La leyenda empezó a tejer sus hilos invisibles y el romance, la copla de ciegos, saltó espontánea invadiendo las calles, yendo de boca en boca: 

"Cuando "Rubito" salió de Lima, toda la prensa lo publicó, y en la estación de La Guaira, Capriles Power lo contrató". 

De izquierda a derecha: Un aficionado amigo, en el centro, Eleazar Sananes "Rubito" en compañía de su apoderado en España, don Antonio Gallardo, presenciando una novillada en Madrid. Año 1922. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Extracto de una interesante entrevista de "Corinto y Oro" al venezolano Eleazar Sananes "Rubito", publicada en el diario "La Voz" de Madrid, España, el año 1922, titulada "Eleazar Sananes: El Belmonte de Venezuela":

"Si el crítico taurino ha de tener fe en las referencias de los toreros españoles que regresaron de aquella joven república y en los millares de letras de molde que ha recibido de allá, en Caracas ha brotado un torero extraordinario, que lleva el "presidencial" nombre de Eleazar Sananes.

Ya en los sucesivos cablegramas y crónicas que a nosotros llegaron durante el curso de la temporada se ponía a este torero por las nubes: que si "emoción grande", que si "estilo maravilloso", que si "volapiés clásicos", que si "surgió un Belmonte en Venezuela…" ¡Un huracán taurómaco!

Y Sananes, borracho de triunfos, sordo de ovaciones y con documentación de torero cumbre, decide venir a España para que le juzgue la cátedra suprema. Y a las veinticuatro horas de desembarcar, en la primera corrida del año en Madrid, un espada le brinda su primer toro, y a las cuarenta y ocho horas caen sobre Sananes dos decenas de empresarios ofreciéndole contratos y dinero y porfiándose todos su debut en ésta, en aquélla y en la otra región, seguros de que se han de abarrotar sus plazas, porque el venezolano se trae mucho ruido.

¿Qué pasa en Caracas?

En las tertulias taurinas hay un runrún incesante desde que Eleazar Sananes llegó a los Madriles. Y el ruido llega al graderío de la catedral del toreo, y grupos enteros de aficionados le ponen a uno la cabeza como un bombo a costa del presunto Belmonte de Caracas.

¿Es verdad que torea tan colosalmente? ¿Es verdad que les hace a los toros atrocidades? ¿Es verdad lo que dicen los toreros españoles que torearon allá con él? ¿Es verdad…?

La expectación sigue su curso veloz. Ayer, al entrar en la redacción, me entregaron un paquete de periódicos de la capital de Venezuela. Entre los periódicos venía una carta que me dirigen críticos y aficionados de allende los mares presentándome a "su" torero como un prodigio del arte taurino y como un hombre henchido de ilusión por la madre España. Y los periódicos caraqueños "El Universal", "El Eco", "La Bisoña" y "Caracas Taurina", diarios y profesionales, pintan la emoción de una muchedumbre que invade los alrededores de la casa del ídolo (una casa dicen del más puro estilo español), ansiosa de darle el adiós al emprender su primer viaje a la tierra de Cervantes, de Murillo, del Cid y de Frascuelo, embriagada de un sentimentalismo conmovedor por la marcha del héroe.

Según mis noticias, Eleazar Sananes debuta el próximo domingo en la plaza grande; según mis noticias ha declinado el honor de aceptar contratos con las empresas de otras plazas, porque quiere rendir pleitesía de sumisión en primer lugar al público y a la Prensa madrileños, de los que quiere obtener el primer informe; según mis noticias, en los campos andaluces, a los que fue invitado galantemente por varios ganaderos, ha ofrecido unos ensayos generales con éxito brillante, y, según mis noticias, Eleazar Sananes viene dispuesto a refrendar en España rápidamente el doctorado que trae de su bello país.

Cuando me disponía a firmar estas cuartillas en la mesa del café, donde fueron trazadas al vuelo, Antonio Gallardo, ese aficionado de diecinueve quilates que representó al figurón de la torería que se llama Vicente Pastor, penetró en el establecimiento y dirigióse a mí en compañía de un mozo marchoso y rubio. Este mozo era Eleazar Sananes.

¿Es cierto lo que dicen de usted los toreros españoles regresados de Caracas?

Es que son muy buenos para mí.

¿Cuánto tiempo lleva usted como torero profesional?

Poco más de dos años.

¿Y cómo no ha venido usted antes a España?

Le diré, señor. Al finalizar el invierno de la primera temporada en que yo toreé en mi país, como la suerte me fue del todo favorable, mi ilusión por torear en Madrid era grandísima; pero en mi casa ocurrió una desgracia irreparable y se malograron mis ardientes deseos. Teníamos un comercio en Caracas que nos permitía vivir decorosamente; pero mi pobre padre murió en aquella fecha, y yo no podía dejar solos a mi madre y a mis hermanos, todos menores que yo, que necesitaban de mi consuelo y de mi ayuda material. Resolví, pues, seguir toreando allá y retrasar mi viaje a la madre patria. Con eso atenuaría algo la pena de mi gente, y cuando viniera a España estaría más "hecho".

Bien pensado ¿Y sabe usted la diferencia que existe entre los toros de su tierra y los de aquí?

Sí, señor; lo sé porque he tenido algunas ocasiones de probarlo. El toro español es mucho más fuerte, más nervioso, de mucha más codicia que el de todas partes. Pero yo tengo la satisfacción de decirle que mi mayor triunfo lo conseguí con un toro español.

Eso es ya tener mucho terreno ganado. Otra cosa: ¿Cuántas corridas piensa usted torear como novillero?

Pocas si tengo suerte, especialmente en Madrid. De ser posible, de agradar sinceramente mi trabajo a este público tan inteligente, acaso una sola. ¿Hago mal, señor?  

¿Cuál es su fuerte, torear o matar?

Yo procuro justificarme de las dos maneras, y algunas veces lo he conseguido.

¿Tiene usted muchas corridas firmadas?

Por distintas empresas he tenido la suerte de ser solicitado; pero no quiero hacer nada en firme hasta ver mi resultado en Madrid".

GRAN DEBUT EN MADRID

Eleazar Sananes "Rubito", debutó en Madrid como novillero, el 6 de abril de 1922, alternando en un mano a mano con Fausto Barajas. Se lidiaron seis novillos de Don Rafael Surga Molina y A. García. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Una nota publicada en el Diario "El Liberal" de España, el 22 de marzo de 1922, señaló que Eleazar Sananes "Rubito", estuvo ejercitándose en las dehesas de Domecq, Gallardo y Castrillón. Remataba su autor diciendo: "Algo tendrá el diestro venezolano cuando la empresa de Sevilla, que le ha visto en esas pruebas, le ha contratado para dos festejos. ¡Vamos a ver si es verdad!".

Su debut en Madrid como novillero, fue el 6 de abril de 1922 con seis novillos (de desecho de tienta y defectuosos) de Don Rafael Surga Molina y A. García, alternando en un mano a mano con Fausto Barajas. Su primer novillo se llamó "Morito".

Así reseñó su impactante debut en Madrid, el reconocido Semanario Taurino "Sol y Sombra": 

"Eleazar Sananes, joven venezolano que el día 6 del corriente mes de abril debutó en Madrid, y que tan excelente impresión causó al público. 

Este artista, al realizar su sueño dorado de actuar ante el público de España, no buscó el alivio de las corridas de provincias, si no que, seguro de su triunfo, se presentó en Madrid en día laborable y luchando mano a mano con Fausto Barajas, un novillero de los de más cartel, y por si esto no fuese bastante aún, encerrándose con una corrida de toros de peso y de empuje. 

Durante el transcurso de la corrida pudimos advertir en él detalles de artista suficientemente enterado de los secretos del toreo, y si a esto se une que además de ser artista es muy valiente, no será aventurado predecir que Sananes será una figura de extraordinario relieve, según queda expuesto. 

Y esto lo realizó con los tres toros que le correspondieron, y en la primera corrida que toreó en España. Caracas no nos ha enviado en Eleazar Sananes una esperanza, por el contrario, entendemos que es una realidad, es un maestro en su arte. 

Por lo pronto los madrileños salimos de la plaza en la tarde del día 6 del corriente convencidos de que en Eleazar Sananes hay un artista, y de los buenos. 

Eleazar Sananes, al que debemos gratitud los aficionados de Madrid por habernos reservado las primicias de su arte exquisito". 

El diestro venezolano Eleazar Sananes "Rubito" en un pase de pecho, durante su segunda actuación en Madrid, el 2 de mayo de 1922. Foto: Rodero. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Luego, Eleazar Sananes "Rubito" continuó toreando exitosamente en las plazas de toros del Puerto de Santa María, Bilbao y Madrid en su segunda presentación como novillero, el día 2 de mayo de 1922 con novillos del Duque de Tovar, alternando nuevamente con Fausto Barajas y Nicanor Villalta. Esa novillada marcó un triunfo importante para el venezolano "Rubito", saliendo a hombros por la Puerta Grande en compañía del diestro aragonés Nicanor Villalta ante 13.350 espectadores. ¡Fue una tarde memorable! 

En el Diario ABC, el cronista taurino Eduardo Palacio señaló en su crónica "Un gran torero y otro con mucha vergüenza", publicada el 3 de mayo de 1922,  sobre Eleazar Sananes "Rubito", lo siguiente:

"La segunda presentación en Madrid del diestro venezolano Eleazar Sananes, ha demostrado plenamente que es un torero y que posee un valor capaz de resistir todas las pruebas imaginables. Lanceó adornado a su primer toro y remató el primer quite con un farol digno de la ovación que escuchó. Tomó las banderillas y, al cambio, dejó primero un palo, y luego un par, pero sin aguantar lo debido ninguna vez. Con la muleta hizo una faena valiente en los medios, y con el capote señaló dos buenos pinchazos y dejó una estocada delantera; no cuadraba al toro, pasó el tiempo, sonó un aviso y el venezolano se arrancó muy bien y clavó todo el estoque en lo alto. Se ovacionó al diestro, que salió a los medios, montera en mano, y se silbó al toro con inexplicable injusticia.

En una caída al descubierto, en el segundo de Barajas, hizo Sananes un quite pletórico de valor y oportunidad, que libró al piquero de una cornada y valió al diestro una gran ovación. Al sexto toro, un buey que llevó fuego, lo toreó Sananes en dos tiempos, echándose en el último el capote a la espalda, y siendo cogido y volteado brutalmente. Se levantó arrojando sangre por la boca y volvió al toro, negándose a pasar a la enfermería. Un banderillero, Félix Reina, quemó al bicho con tres pares sencillamente formidables, cada uno de los cuales levantó una ovación. El de Caracas, que se había lavado mientras tanto las heridas de la frente y boca, tomó los avíos y brindó a todo el público desde el centro del anillo. Se fue al buey, y éste, al salir el primer pase, le dio un pitonazo en la mejilla derecha; volvieron los toreros a querer llevarle a la enfermería y volvió a negarse a ello el espada, a quien el público aplaudía su pundonor muy justamente, pues sólo con mucha vergüenza torera se puede permanecer herido ante un buey, y más cuando se tiene la certeza de que no ha de borrarse el éxito del otro espada. Tomó Sananes a pasar de muleta, y al quinto pase sufrió un fuerte varetazo, largando seguidamente menos de media estocada. Finalmente, con la cara ensangrentada, entró con guapeza en terrenos de chiqueros, dándole todas las ventajas el venezolano al bicho y sepultó todo el acero en lo alto. El valor del venezolano se premió con una clamorosa ovación, se llenó el ruedo de capitalistas que tomaron a Villalta y Sananes en hombros, y entre grandes aplausos los sacaron por la puerta de Madrid. Un momento antes se juntaron ambos grupos y los diestros se estrecharon cordialmente las manos. En pleno triunfo, sellaron una amistad y cambiaron una felicitación sincera".     

ALTERNATIVA EN MADRID EN CORRIDA DE BENEFICENCIA

A la izquierda: El ídolo venezolano Eleazar Sananes "Rubito". A la derecha: El 17 de mayo de 1922, en la plaza de toros de Madrid, recibiendo la alternativa en la Corrida de la Beneficencia, de manos de su padrino Julián Sáiz "Saleri II". (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Existió mucha expectación y gran curiosidad por ver la presentación del torero venezolano Eleazar Sananes "Rubito" en España, a quien llamaban "El Belmonte de Venezuela", debido a sus grandes faenas realizadas en América. No fue fácil para "Rubito", poder soportar la presión de la crítica, cargada, en ocasiones, de comentarios duros e injustos sobre su persona. Algunos de sus compañeros hicieron hasta una campaña malintencionada para vetarlo en los carteles. Siempre se le exigió mucho más por ser un torero extranjero.   

Hasta que surgió la sorpresiva noticia, en la tarde del 16 de mayo de 1922, del comunicado el diestro Manuel García "Maera", señalando que no podía torear la Corrida de Beneficencia por haberse lesionado en su última actuación, quedando así certificado en su parte facultativo. La Comisión de diputados provinciales organizadora del festejo y presidida por el Sr. Villamil, hizo gestiones para que Eleazar Sananes "Rubito" toreara esa corrida y tomara la alternativa. La Asociación de Toreros protestó señalando que debía ser un torero español de los 27 que torearían el abono de Madrid, proponiendo al diestro Matías Lara "Larita", señalando que así lo estipulaba el reglamento. Sin embargo, como la Corrida de Beneficencia era un festejo de carácter extraordinario, no estaba sujeto a ello y al final, debido a las gestiones del apoderado don Antonio Gallardo, se solventó la situación. Eran las doce del mediodía del mismo 17 de mayo de 1922, cuando se terminó de definir el cartel, con la actuación del venezolano Eleazar Sananes.

"Rubito" toreó dos novilladas en Madrid antes de tomar la alternativa definitivamente, el 17 de mayo de 1922, en la antigua plaza madrileña de la carretera de Aragón en la Corrida de Beneficencia, sustituyendo al lesionado diestro Manuel García López "Maera", siendo su padrino Julián Sáiz "Saleri II", actuando como testigos, Juan Anlló "Nacional II" y Marcial Lalanda, lidiando toros de la ganadería de Gamero Cívico. El nombre del toro correspondiente a su doctorado fue "Sanluqueño", negro zaino, marcado con el número 99. 

Eleazar Sananes "Rubito" durante su faena de muleta, muy valiente, exponiéndose ante la cara del toro, en Madrid. Año 1922. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

La tarde amenazaba con lluvia. La plaza de toros de Madrid, presentaba el aspecto propicio a la solemnidad. Una gran cantidad de mujeres hermosas lucían sus mantillas y mantones de Manila. La entrada del público resultó muy buena.

Interesante relato sobre la Corrida de Beneficencia en la que participó nuestro torero venezolano Eleazar Sananes "Rubito", es la descrita por "Corinto y Oro" en su crónica:

"¡Caracas en Madrid!

El "doctor" venezolano don Eleazar Sananes, a quien la Sociedad de Matadores le ha rendido, al fin, testimonio de hospitalidad, compañerismo e hidalguía, se nos hace hoy en la corte doctor "chipén", a la española, y don Julián Sáiz, "Saleri II", es el encargado de colocarle la muceta y el birrete. Que sea para bien y para honra del arte de Paquiro.

Ante el primer toro, de Parladé. "Sanluqueño". Negro zaino, número 99. Con dos pitones. Sananes inicia su labor de doctorado con seis lances a la verónica apretados y muy bien, ¡bien! Emoción. (Gran ovación).

En varas cumple bien "Sanluqueño", pero sin embestir con el temple de los de su casta. El bicho toma cuatro puyazos y mata un caballo.

En los quites, "Saleri II" se muestra como hábil torero de siempre, y Sananes se lleva dos coscorrones leves por precipitarse demasiado.

Los palitroqueros del rubiales cumplen pronto.

"Saleri II", previas las formalidades diplomáticas de rúbrica, da la alternativa a Sananes. Se encuentra al morlaco que desarma y achucha. Por ello, Sananes no realiza una faena singular y trata únicamente de aprovechar la primera igualada. De prisa y con el brazo suelto entra Sananes y deja media estocada desprendida".

Al cuarto toro de la corrida, perteneciente a Juan Anlló "Nacional II", de nombre "Confitero", un toro grande, durante la pica, el venezolano Eleazar Sananes "Rubito" se metió en el terreno del burel para librar a un picador, siendo ovacionado.

Durante la lidia del quinto toro, de nombre "Limonero", los diestros Julián Sáiz "Saleri II" y el venezolano Eleazar Sananes "Rubito", rivalizaron en un tercio de quites, uno de "Saleri II" y dos de "Rubito", escuchando muchas palmas.

Continúa "Corinto y Oro" relatando la actuación del diestro venezolano Eleazar Sananes "Rubito" en el octavo toro:

"Al ejemplar "Lisonjito", castaño y de buen trapío, Sananes le pone a temple para la caballería con varios lances habilidosos y media verónica buena. El castaño tardea en varas; pero tiene el poder de una grúa y derrumba estrepitosamente. Nada extraordinario en quites ni en palos. El toro, quedadísimo al final.

Sananes pone la firma a la de Beneficencia con una faena sin clasicismos, aunque apretándose en algunos pases, faena que remata con media desprendida y un estoconazo que mata". 

Lamentablemente, los toros estuvieron bien presentados pero se mostraron sosos y faltos de fuerza. Únicamente pudieron destacarse y lucirse los diestros "Saleri II" que dio la vuelta al ruedo esa tarde. "Nacional II" ofreció una suprema nota de valentía, siendo ovacionado por el público. Marcial Lalanda, estuvo fenomenal con el capote en los tercios de quites y con la muleta derrochando suavidad y temple. Recibió una fuerte ovación saliendo al centro del ruedo para agradecerla. El diestro venezolano Eleazar Sananes "Rubito", hizo gala de una tranquilidad pasmosa ante sus enemigos, demostrando buenos recursos durante la lidia y habilidad para dar muerte a los toros que le correspondieron en suerte. 

Eleazar Sananes "Rubito", recibiendo al toro de su alternativa "Sanluqueño". Madrid. 1922. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Eleazar Sananes "Rubito" hizo historia y se convirtió en el primer matador de toros venezolano que tomó la alternativa en Madrid, España, actuando en la Corrida de Beneficencia que celebraba el cumpleaños del Rey Alfonso XIII. A este torero se le debe la resurrección de la fiesta de los toros en Venezuela y por eso, fue el que más partidarios tuvo en el país en su tiempo. 

MANUEL GRANERO LE IBA A DAR LA ALTERNATIVA EN MADRID

El joven diestro valenciano Manuel Granero Valls, futura promesa de la torería, fallecido trágicamente, el 7 de mayo de 1922, en Madrid, por el toro "Pocapena" de Veragua. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En carta dirigida el 18 de mayo de 1922 al empresario taurino Mauricio Capriles Power, Eleazar Sananes "Rubito", le manifestó su satisfacción y alegría al recibir la alternativa en la Corrida de Beneficencia celebrada en Madrid.           

Señalaba "Rubito": 

"El malogrado Granero, a quien Dios tenga en la Gloria, era quien me iba a dar la alternativa en esta temporada. Hasta la fecha estoy contento, pues se han cumplido mis deseos y veo asegurada mi vida de artista y mis triunfos de torero en esta villa coronada. No sabe usted con qué amor tan grande pienso en mi querida Caracas y en mis amigos de esa, cuando se me hace justicia en la gran urbe madrileña. Un saludo para usted y un abrazo para todos".

Eleazar Sananes. 

Después de demostrar en ruedos españoles todo aquello que habían visto asombrados, el célebre crítico taurino don Gregorio Corrochano, manifestó su impresión sobre Eleazar Sananes "Rubito", señalando: "En tierras de América ha nacido un gran torero". 

Adorno de Eleazar Sananes "Rubito" al debutar en la plaza de toros de Madrid, el 6 de abril de 1922. Foto: Rodero. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Luego de su alternativa en Madrid, con todos los honores, actuó Eleazar Sananes "Rubito" en Algeciras, Beziers y la capital española. 

El 18 de junio de 1922, en Algeciras, Eleazar Sananes "Rubito" obtuvo un triunfo rotundo, al cortar las dos orejas y el rabo a un toro de Miura. El mismo matador venezolano señalaba que su mejor actuación en España había sido en esta ciudad.

El 25 de junio de 1922, Eleazar Sananes "Rubito" hizo su primera presentación en Francia, en la plaza de toros de Béziers, con Emilio Méndez y Marcial Lalanda, lidiando toros del Duque de Veragua.

El 9 de julio de 1922, en una corrida extraordinaria en la plaza de toros de Madrid, ante reses de Melgarejo, se presentaron los diestros Enrique Rodríguez Moreno "Manolete II", Bernardo Casielles y Eleazar Sananes "Rubito".

La fama del diestro caraqueño se hizo más popular en Venezuela y sus partidarios formaban legión. La música del pasodoble "Rubito" era imprescindible en todas partes. Bares, cafés, bebidas y tabacos llevaban el apodo del torero y hasta la vieja parroquia de San José, donde vivía el diestro, fue perdiendo gradualmente su nombre. Llegó a llamarse la parroquia de "Rubito". 

Al año siguiente Eleazar Sananes "Rubito" vuelve a viajar a España, pero no logra conquistar al público y retorna a su país, donde nuevamente le acompañaron los triunfos.  

"El General Juan Vicente Gómez, su hijo Florencio Gómez Núñez y Juan Vicente su hermano, han sido los venezolanos que más han beneficiado el desarrollo de la tauromaquia en Venezuela. Fundaron ganaderías, entre ellas "Guayabita" y "La Providencia", plazas de toros como La Maestranza "César Girón" de Maracay, el Nuevo Circo de Caracas y La Victoria y fueron soporte fundamental para el desarrollo de matadores de toros, novilleros y aficionados. El caso de Eleazar Sananes "Rubito" es un ejemplo de lo que sintieron por la fiesta de los toros y de  lo que los venezolanos debemos agradecer y destacar en la historia de los toros en Venezuela".

Víctor José López "El Vito".

UN GRAN "RUBITERO"

Florencio Gómez Núñez, en sus años mozos, saludando montera en mano, luciendo un traje de luces perteneciente a su entrañable amigo y compadre, el ídolo venezolano del toreo Eleazar Sananes "Rubito", en la residencia caraqueña del diestro. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Mi abuelo, Florencio Gómez Núñez, era compadre del diestro Eleazar Sananes "Rubito", y siempre se consideró un apasionado "Rubitero" como se denominaba a los admiradores y partidarios del torero caraqueño. 

Recordaba mi abuelo Florencio: "Eleazar Sananes "Rubito", me impresionó mucho. Lo conocí en la finca San Jacinto propiedad del Coronel Gonzalo Crespo que estaba situada en la entrada de Maracay, allí solíamos torear novillitos bravos, éramos muy aficionados y el primero que nos dio clases de cómo era el toreo fue Eleazar Sananes "Rubito". Practicamos en un corral que allí existía, ya que la plaza de tienta la hicimos, posteriormente, en "Guayabita", cuando instalamos la ganadería. Esto fue después de su regreso triunfante de Lima en 1921. 

A Eleazar, lo vi torear por primera vez en la Plaza de Toros Arenas de Valencia (Venezuela), el 24 de junio de 1921. Mató seis toros ese día que fue muy lluvioso y conmemorativo del Centenario de la Batalla de Carabobo. Estuvo enorme esa vez, cortó cinco orejas y el tercer toro me lo brindó a mí. De allí nació una gran amistad hasta llevarle a apadrinar a Juan José, su único hijo, a quien le puso ese nombre por la profunda admiración que sentía por Juan Belmonte y Joselito. 

Florencio Gómez Núñez, como aficionado práctico, recibiendo las instrucciones de Eleazar Sananes "Rubito" en un tentadero en la ganadería "Guayabita". Año 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

De izquierda a derecha: Florencio Gómez Núñez, Eleazar Sananes "Rubito" y Juan Vicente Gómez Núñez en San José, Caracas, Venezuela. Año 1923. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Yo ayudé mucho a mi compadre "Rubito". Lo encargué como listero (persona que llevaba en orden la lista de los obreros y materiales utilizados) durante la construcción de la Maestranza de Maracay. También me empeñé en que fuera Eleazar Sananes "Rubito", el que tuviera el gran honor como torero venezolano de matar el primer toro de lidia ordinaria en la corrida inaugural de la Maestranza, el 20 de enero de 1933. "Rubito" dudó al principio, porque tenía tres años ya retirado y no se sentía en condiciones, pero después aceptó mi propuesta y nos complació tanto a nosotros como a los aficionados que querían verlo torear de nuevo.   

Eleazar Sananes "Rubito", brindando la muerte del primer toro, de lidia ordinaria, al Benemérito General Juan Vicente Gómez, Presidente de la República de Venezuela, quien aparece en el palco acompañado por su hijo Florencio Gómez Núñez, el día de la inauguración de la Maestranza de Maracay, el 20 de enero de 1933. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Eleazar Sananes "Rubito", fue un torero muy emotivo. Siempre actuaba con mucho valor y entrega. Eso le llevó a ser, en su momento, el verdadero y único ídolo que ha tenido Venezuela. Posteriormente, ocuparía su lugar en el corazón del pueblo venezolano, Luis Sánchez Olivares "Diamante Negro". 

LA RIVALIDAD ENTRE "RUBITO" Y JULIO MENDOZA

Los inolvidables diestros Eleazar Sananes "Rubito" y Julio Mendoza, grandes rivales de la época de oro del toreo venezolano. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

En nuestra historia todo caraqueño debería saber lo que significaba antaño ser "rubitero" o "julitero". Ir a una corrida en la que toreaban los dos ídolos de la Venezuela taurina de entonces equivalía a tener que entrarse a golpes por la irascibilidad de los espectadores. 

Con esa pareja vino la época de oro del toreo en Venezuela. Julio Mendoza Palma venía empujando duro y naturalmente, fue la "llave" lógica, juntos llenaron las plazas donde actuaron, y entonces se dividieron los aficionados en dos bandos, los partidarios de "Rubito" y los de Julio, incrementando, de manera significativa, la concurrencia de los circos. Cuando se formó la gran rivalidad taurina de esa pareja en los ruedos venezolanos, fue cuando más se habló de toros en Venezuela. 

Eleazar Sananes "Rubito" ha sido, indiscutiblemente, el gran ídolo de la afición venezolana. Era un torero valiente, muy fino con el capote, banderilleaba fácilmente y con la muleta hacía cosas verdaderamente emocionantes que hacían parar al público de sus asientos. 

Julio Mendoza en cambio, fue un torero muy luchador, con un sentido del torero grande. Podía mucho con todos los toros, era valiente y habilidoso pero, naturalmente, cada uno con su estilo propio. Los dos matadores de toros, tanto "Rubito" como "El Negro" Mendoza marcaron una época en la historia taurina venezolana. Eleazar que nació en la Parroquia de Santa Rosalía, pero vivió toda su vida en San José y Julito Mendoza que representaba a la Parroquia de San Juan, llenaron las plazas de toros y despertaron la ilusión de los aficionados que querían verles enfrentar cada tarde. 

Mi abuelo Florencio Gómez Núñez, asistió con frecuencia a muchas reuniones de la Peña Taurina "Eleazar Sananes", en donde fue conferencista y entrevistado para su publicación taurina "Sanluqueño". El año 1973, se llevó a cabo un homenaje a la memoria de Eleazar Sananes "Rubito" colocándole un placa en la plaza de toros de la Maestranza de Maracay, acto al que acudieron diversas personalidades del mundo del toro y mi abuelo Florencio, tuvo el honor de ser la persona que descubrió la placa, obsequiada por la Peña Taurina "Eleazar Sananes". Asimismo, recibió un bonito diploma en reconocimiento a su colaboración como participante activo a su quinto ciclo de conferencias, el 13 de diciembre de 1974.

La Junta Directiva de la Peña Taurina "Eleazar Sananes". Destacan de izquierda a derecha: Carlos Salas, Guillermo Puchi, Florencio Gómez Núñez, Antonio Martínez, Alejandro Mondría y Antonio Aragón. Año 1973. Foto: Moreno. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Diploma de la Peña Taurina "Eleazar Sananes" otorgado a Don Florencio Gómez Núñez, el 13 de diciembre de 1974. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

DISCURSO PLACA ELEAZAR SANANES "RUBITO"

MAESTRANZA DE MARACAY AÑO 1973 

Terminada la Sesión Solemne, nos trasladamos a la Plaza de Toros Maestranza de Maracay, para descubrir dos Placas de Recuerdo. Una, de las autoridades en general y que develó el ciudadano Gobernador del Estado, y la segunda, de la Peña Taurina "Eleazar Sananes", en recuerdo del torero venezolano que se encargó de lidiar el primer toro (después de don Antonio Cañero), toro de "lidia ordinaria" Eleazar Sananes.

En presencia de la Junta Directiva de la Peña Taurina "Eleazar Sananes", el señor Florencio Gómez Núñez develó la Placa de la Peña. después de que el señor Antonio Martínez, Presidente de la Entidad Taurina, pronunció unas emocionadas palabras:

"Distinguida concurrencia.

Honorable Presidente y demás miembros del Concejo Municipal.

Señores de la Comisión Taurina de Maracay.

Periodistas y compañeros de las Peñas Taurinas aquí presentes.

Señoras y señores:

Es para mi un gran honor el dirigirme a ustedes, en nombre de la Peña Taurina "Eleazar Sananes", y en el mío propio, en este momento tan significativo para la ciudad de Maracay, con motivo de celebrar el cuadragésimo aniversario de la inauguración de su plaza de toros, que si no es un monumento en su capacidad como otras de la República, es un monumento de belleza enclavado en el corazón de Aragua, que es el corazón de Venezuela; ciudad de una gran afición taurina, cuna y Maestranza de los más destacados diestros venezolanos de las últimas generaciones, y patria chica de los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez, a quienes se les debe la feliz iniciativa y construcción de tan maravilloso edificio, cuya dirección y proyectos fueron realizados por el notable arquitecto venezolano, doctor Carlos Raúl Villanueva.

Es por eso que la Peña que presido y que lleva el nombre de "Eleazar Sananes", nuestro gran torero desaparecido hace apenas dos años, y cuya historia es conocida de todos ustedes, ofrenda este humilde recuerdo en homenaje a sus grandes hazañas taurinas, y por haber sido el primer diestro venezolano en tomar, con todos los honores, la alternativa de matador de toros en la plaza de Madrid y el primero en lidiar y matar un toro en las arenas de esta plaza, que hoy celebra llena de júbilo sus cuarenta años de vida, remozada en su totalidad por el Ilustre Concejo Municipal de la capital de Aragua.

Señoras y señores:

En este momento solemne invito, en nombre de la Peña Taurina "Eleazar Sananes", a don Florencio Gómez Núñez para que nos haga el alto honor de develar esta placa, que esperamos sea un perenne recuerdo para la afición y un estimulo para las nuevas generaciones taurinas de Venezuela".

Ovación para Antonio Martínez y para don Florencio Gómez Núñez. 

(Publicado en la Revista "Venezuela Taurina", N° 102, Página 11, Febrero, 1973).

He querido dedicar estas líneas de recuerdo al diestro caraqueño Eleazar Sananes "Rubito", por ser, indiscutiblemente, una de las figuras del toreo más importantes que ha dado Venezuela. Con su ejemplo de torería, fue el primero que abrió el camino para que otros toreros compatriotas pudieran destacarse, posteriormente, en la historia de la fiesta brava nacional e internacional. 

Rafael Dupouy Gómez

 

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