jueves, 19 de mayo de 2016

DEBUT DE VICENTE BARRERA EN CARACAS (VENEZUELA)

Vicente Barrera, el notable torero español, al lado del lidiador venezolano Julio Mendoza, durante la corrida celebrada en el Nuevo Circo de Caracas, el 27 de enero de 1935. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

Para mis muy queridos amigos don Leopoldo Barrera Risueño y Vicente Barrera Simó con el cariño y recuerdo fraternal de Rafael Dupouy Gómez.

Como se recordará, el gran matador de toros valenciano Vicente Barrera Cambra, debutó en Venezuela, por primera vez, el 18 de enero de 1935 en la plaza de toros Maestranza de Maracay (Venezuela), siendo contratado por los hermanos Juan Vicente y Florencio Gómez Núñez. Esa tarde compartió cartel con Manuel Jiménez “Chicuelo” y el diestro mexicano David Liceaga. El diestro valenciano toreó dos corridas más en Maracay, los días 19 y 20 de enero de 1935.

Posteriormente, Vicente Barrera debutó en el Nuevo Circo de Caracas (Venezuela), el 27 de enero de 1935, actuando con Juanito Martin Caro, “Chiquito de la Audiencia” y el venezolano Julio Mendoza Palma. Se lidiaron tres toros españoles de Pérez Padilla y tres criollos de don Juan Vicente Ladera.

A continuación, comparto un extracto de la crónica taurina escrita por don Rafael Durán Rondón “Curro Puya” publicada en la revista “Elite”, en donde destaca la magnífica actuación en el coso caraqueño de Vicente Barrera:

Vicente Barrera, en el Nuevo Circo de Caracas, derrochando valor en el primer tercio. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

“Valor, vergüenza y gallardía, en estas tres palabras puede resumirse la actuación de Vicente Barrera durante la corrida celebrada el pasado domingo, 27 de enero de 1935 en el Nuevo Circo de Caracas. Y en esas tres palabras, de tan difícil realidad en los tiempos que corren, puede también condensarse el resultado de esa corrida.

Como habíamos anunciado el gran torero valenciano no hizo más que debutar en Caracas y se metió al público en el bolsillo de la recamada chaquetilla. Quien posee, como el levantino, tal cantidad de pundonor, no puede por menos que lograr el triunfo cada vez que quiera. Muestra de ello ha sido su rotundo triunfo del domingo lidiando admirablemente un manso boyante del país.

El artista valenciano domina al ejemplar de casta con sus sabios capotazos. (Archivo: Hnos. Dupouy Gómez).

¡Cómo toreó Vicente Barrera a este toro!, pueden ustedes preguntarlo a todos los que asistieron a la plaza, y todos asegurarán que nunca nadie había derrochado tal cantidad de conocimientos, tal sabiduría, y tal sensación de mando y dominio.

Basta saber que a un toro que no fue posible hacerlo embestir con el capote y que por condescendencia del Técnico se banderilleó dándole curso de la lidia, lo hizo “tragar” con la muleta y al cuarto muletazo ya estaba la gente de pie y la música amenizando la faena. Cuál sería la satisfacción de la concurrencia, que al perfilarse para matar, la gente en vista de las condiciones detestables del astado, pidió en masa que no matara. Así y solamente así se justifica una categoría tan bien ganada como la que ostenta el valenciano.

En el toro español de Pérez Padilla, y que acusó poco temperamento resultando casi ilidiable, puso de manifiesto sus grandes dotes de muletero excepcional después de ajustarse al torear con el capotillo. Clase de torero grande fue esta faena, rumbo majestuoso de quien sabe lo que prodiga, cantidad y calidad en grado máximo. Música y ovaciones continuadas de un público embriagado de torería cara fueron premio a esta hazaña de Vicente Barrera torero de los pies a la cabeza, amo y señor del ruedo desde el momento que asoma en el paseíllo”.

“Curro Puya”.
Revista “Elite”, 2 de febrero de 1935.



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